20081029

Juez absuelve a los acusados de quemar fotos del Rey forzado porque el fiscal reduce a falta el delito de injurias

El juez tildó de "incomprensible" la decisión del fiscal que forzó al juez a tomar esta decisión ya que "la Audiencia Nacional no es competente para condenar faltas, sólo delitos", reprochó el magistrado. El fallo fue recibido con un sonoro aplauso por todos los acusados presentes en la Sala, que abandonaron las dependencias judiciales entre abrazos, saltos y gritos de "¡yo también quemo la Corona española!".

"Resulta incomprensible señor fiscal, porque no se han variado las circunstancias y con el mismo material probatorio se ha degradado el delito de injurias a la Corona por un mero hecho de desórdenes", lamentó Vázquez Honrubia quien recordó que "el delito de injurias o es un delito, o no es nada", por lo que matizó que "esta Audiencia es competente para conocer delitos y no faltas por lo que quedan todos absueltos".

El fiscal de la Audiencia Nacional Luis Barroso, durante su exposición de conclusiones finales, pidió que los acusados fuesen condenados a 500 euros de multa para cada uno (20 euros por 25 días) por la falta de desórdenes al entender que los acusados no injuriaron a la Corona con su actitud*. En un primer momento, el fiscal pedía multas de 3.600 euros para cada uno de los 16 procesados por el delito de injurias.

Los abogados de la defensa solicitaron la libre absolución de sus representados al entender que los hechos por los que se les imputa no supusieron un acto de desórdenes públicos, sino que se trató de un acto pacífico amparado en el derecho a la libertad de expresión. Por su parte, fuentes jurídicas confirmaron además que el fiscal ya ofreció la rebaja de pena a los acusados para llegar a un acuerdo mutuo minutos antes de la vista, pero estos no aceptaron.

Por esta causa, se sentaron en el banquillo Mustafá Shaimi, Jordi Maria Tomàs Munsó, Núria Brugada Arnau, Biel de Montserrat Vallas, Miquel Pòrtulas Oliveras, Sònia Carbó Molvé, Jordi y Xavier Rabaseda Bosch, Pau Costa Cunill, Lluís Sales Favà, Miquel Serrats Sau, Joan Pujolas Vilar, Xavier Navarro Morera, Pere Cortada Hortela, Lluc Salellas Vilar y Jordi Casas Mas.

En sus declaraciones ante el tribunal, todos ellos reconocieron abiertamente en catalán su participación en la quema de las fotos, algo que coincidieron en calificar como "un acto pacífico de solidaridad con Jaume Roura", en "ejercicio de la libertad de expresión" y en rechazo a una "institución anacrónica como la Monarquía".

ENFRENTAMIENTOS CON EL JUEZ

Precisamente, durante la vista, la compaginación de diversos idiomas dio lugar a varios momentos de confusión que generaron las risas del público de la sala. Fue el caso de uno de los imputados de origen marroquí Mustafá Shaimi, quien declaró en catalán. "Usted hable en lo que le resulte más fácil, si quiere un traductor marroquí yo se lo pongo", le dijo Vázquez Honrubia, quien, ya en el primer juicio contra dos imputados por el mismo delito, impidió a los acusados Enric Stern y Jaume Roura expresarse en catalán.

Por ello, meses depués, el Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ordenó repetir el juicio con otro tribunal, que terminó condenando a ambos jóvenes a una multa de 2.700 euros. Precisamente, después de esta absolución múltiple, el Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacioanal se reune mañana para estudiar un recurso de apelación presentado en contra de la condena contra Roura y Stern.

Posteriormente, el independentista catalán marroquí comenzó a contestar a su abogado en español, rectificando rápidamente en catalán. Esta confusión generó las risas de la Sala y los elogios del juez. "Cuidado, que se pone usted a hablar en castellano, es usted bilingue, genial", dijo.

Las risas se repitieron en varios momentos de la vista, provenientes de las decenas de amigos de los acusados que se encontraban en el juicio. "Me gusta que en mis juicios la gente se lo pase bien, pero no tanto", dijo el juez, que amenazó con desalojar la sala "en caso de continuar el jolgorio".

En otro momento, Vázquez Honrubia se enfrentó con el acusado más veterano del grupo, también a causa de la lengua. Jordi María Tomás Munso, de 48 años, comenzó su declaración preguntando al magistrado si nadie le iba a preguntar si sabía castellano. El juez le constestó insistiendo en que, "para agilizar el proceso", se le harían las preguntas en ese idioma, pero le recordó su derecho a responder en catalán.

En ese sentido, el juez llegó a calificar como "lamentable" su desconocimiento del español, aunque a veces se dan casos". Si conozco el castellano porque es la unica lengua que me han dejado estudiar, dijo el acusado. Estupendo para la gramática y para su conocimiento", zanjó el juez.

POLÉMICO INICIO CON RETRASO

Al inicio de la vista, el juez del Juzgado Central Penal de la Audiencia Nacional, José María Vázquez Honrubia, amenzó a los 16 acusados de un delito de injurias graves contra la Corona por quemar fotos del Rey en septiembre de 2007 en Girona con expulsarles de la sala debido a que portaban una camiseta con la leyenda "Yo también quemo la Corona española", escrita en catalán.

El juez les ofreció permanecer con la camiseta aunque puesta de otra manera, pero para ello fue necesario llamar al intérprete de catalán para que les comunicase las instrucciones del juez. "Es verdad que ustedes no me entienden, que llamen al traductor", dijo el magistrado, Los acusados terminaron poniéndosela al revés y la leyenda seguía viéndose, pero en la espalda.

El juicio, previsto para las 10.00, comenzó con una hora y cuarto de retraso debido a las férreas medidas de seguridad desplegadas por la Policía Nacional que, a la entrada a Madrid, detuvo a los dos autobuses que venían desde Girona con los 16 procesados acompañados de cerca de un centenar de simpatizantes. Los agentes procedieron a un primer registro de los autobuses, donde se incautaron varias banderas así como una caja con camisetas en defensa de los imputados, según uno de los abogados.

Posteriormente la Policía llevó a cabo nuevos registros en los aledaños de la Audiencia Nacional, concretamente en la céntrica Plaza de Colón, a donde el grupo de antimonárquicos llegó a las 9.00 de la mañana. Los agentes tan sólo permitieron descender de los autocares a los 16 imputados que en su camino a las dependencias judiciales entonaron proclamas como "esta es su democracia" o "Audiencia Nacional tribunal de excepción" mientras, desde el interior de los vehículos, sus simpatizantes mostraban banderas independentistas catalanas.