20121128

¿Por qué los bancos y las autopistas son los únicos negocios que nunca quiebran en España?

Para variar, una noticia contando verdades a medias..

Si un banco quebrara, el último que podría perder patrimonio serían los depositantes (además hay el FGD); los primeros que perderías serían los accionistas y los que le han dejado dinero a ese Banco (preferentes, bonos..).. habría que liquidar los bienes y ver cómo quedaría la cosa, pero en ningún caso perderían los que tuvieran una cuenta; el problema es que si quebraran se "auditaría" (nuevamente), y se vería lo que se ha hecho con el dinero, y quedarían al descubierto las artes de la casta.. y eso no interesa.. así que de momento, a inyectar dinero público (el de los borregos) para tapar la porquería..

El tema de las autopistas es el siguiente: cuando se estudió construirlas, se hizo un estudio del tráfico que circularía por ellas, y en base a esos ingresos se hicieron unas inversiones.. casualidades, que ese tráfico previsto está muy lejos del real.. con lo cual el Estado acaba pagando la diferencia para garantizar los ingresos mínimos a la concesionaria..

Es como construir el AVE para que en una estación haya 200 pasajeros anuales (caso real): el Estado tiene que seguir manteniendo esa línea (mantenimiento, trenes, personal..)..


¿Por qué los bancos y las autopistas son los únicos negocios que nunca quiebran en España?

Desde que empezó la crisis, y más en los últimos dos años, no han parado de quebrar y cerrar multitud de negocios en este país, dejando en la cuneta a miles de trabajadores. Las cifras están en la cabeza de todos al igual que la visión de miles de comercios cerrados por todas las esquinas del país.

La crisis más profunda que ha atravesado España desde la posguerra civil, sin embargo, se sufre de dos maneras, como si algunos sectores productivos hubieran sacado billete de primera clase en alguna ventanilla desconocida que impide que sus empresas echen el cierre cuando el negocio es totalmente inviable y acumula millones de pérdidas. El resto de los mortales, empresarios y trabajadores de otras ramas productivas, buscan esa ventanilla pero no la encuentran. Su única salida es ajustarse el cinturón, intentar buscarse la vida de otra manera, exportando, por ejemplo, si pueden, o cerrar.

Esos negocios con bula son los bancos y las autopistas. Día tras día aparecen noticias constatando la mala marcha de algunas empresas de estos sectores, que en general lo están pasando francamente mal. Pero también leemos que el Gobierno se afana en buscar cualquier tipo de solución antes de dejarlas cerrar. ¿Por qué? ¿Por qué para estas firmas hay salvavidas y para el resto de los mortales no?

En el caso de la banca es una decisión que viene impuesta por Bruselas, es decir, por los países que nos han prestado miles de millones de euros durante la burbuja inmobiliaria y que quieren cobrar hasta el último céntimo de lo que han prestado a la muchas veces insensata banca española. Si un banco como Bankia quiebra no tendría coste para el contribuyente español pero supondría quitas o pérdida de parte o todo su patrimonio para los depositantes y para los citados prestamistas extranjeros y españoles.

El Gobierno español se ha sumado a esta tesis, no sabemos si con plena convicción, aunque muchas veces parece que sí, o buscando también que la solución salpique lo menos posible a los políticos de todos los colores que han controlado las antiguas cajas de ahorro, donde se concentra el grueso del problema de insolvencia del sector. Ha dado ayudas millonarias y ha creado y financiado un banco malo que asuma todos los errores de las entidades financieras con problemas.

En Estados Unidos, por poner un ejemplo, han quebrado decenas de bancos tocados por la crisis subprime. Otros han recibido ayudas pero ya las han devuelto, y no ha pasado nada, ni a la calificación de solvencia de la deuda del país ni al sistema financiero, que ha digerido el problema.

En el caso de las autopistas, existen unos diez tramos abiertos a comienzos de este siglo que son una verdadera ruina porque están diseñados en la época de la burbuja y todas las previsiones de tráfico han sido un fiasco. Son autopistas paralelas a autovías gratuitas que discurren por zonas en las que iban a construirse nuevos núcleos urbanos gracias al boom inmobiliario. No ha ocurrido tal cosa y ahora esas vías de peaje están de facto en quiebra. ¿Qué ha hecho el Gobierno actual? Continuar y ampliar la política de apoyo del ejecutivo anterior. Les inyecta dinero para compensar la diferencia entre los ingresos reales y los previstos y les da préstamos participativos, a bajo interés y cuya devolución está condicionada a la marcha del negocio, para que no quiebren.

¿Por qué? Porque estas autopistas de peaje se adjudicaron, como todas las demás, con una cláusula que establece la responsabilidad patrimonial del Estado en caso de quiebra. Es decir, que somos todos los que pagaríamos las deudas de esas empresas si son inviables. Y deben la friolera de 3.000 millones de euros. El Gobierno prefiere ir poniendo parches que asumir de golpe esa pesada losa. Como se suele decir, si debes 100.000 euros al banco tienes un problema, si le debes 100 millones, el problema lo tiene el banco o el Estado que respalda a ese banco.

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