Parece un publireportaje de "qué bien se está en prisión"; considerando las sumas que ha manejado y lo mucho que ha "desaparecido" aún puede parece un premio.. si es que además no parece que vaya a devolver lo "desaparecido"..
Vozpópuli - La 'nueva vida' de Díaz Ferrán: a las 8, diana; 80
Del lujoso chalé en el número 15 de la calle Juan Belmonte, de Madrid, a
una humilde celda de 10 metros cuadrados en la cárcel enclavada en el
kilómetro 37 de la carretera comarcal 611 del término municipal de Soto
del Real. El ex presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, ha visto
como en cuestión de horas su vida daba un cambio radical. La orden de
ingreso en prisión dictada contra él el pasado miércoles por el juez de
la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, transformará al empresario en uno
más de los cerca de 1.700 reclusos actualmente ingresados en el Centro
Penitenciario Madrid V. Sus horarios, sus menús, sus actividades tendrán
que adaptarse a partir de ahora a la rutina que marca Instituciones
Penitenciarias para todas las cárceles: diana a las ocho de la mañana,
desayuno media hora después, un máximo de 80 euros semanales para gastar
a la semana en el economato del centro...
Tras un primer episodio de ansiedad, Díaz Ferrán se ha adaptado
"como un campeón" a la vida en prisión, según fuentes penitenciarias
El primer gran cambio lo vivió al llegar al centro penitenciario. El ex
presidente de la CEOE tuvo que plasmar sus huellas dactilares en una
ficha y fue fotografiado, de frente y de perfil, antes de tener que
entragar todas sus pertenencias de valor --desde el reloj al móvil-- por
las que se le entregó un recibo para recuperarlas cuando salga. Los
funcionarios le facilitaron entonces un juego de sábanas, una manta y
una bolsa de artículos de higiéne que incluye los cubiertos de plástico
con los que tendrá que acudir a diario al comedor del centro. También
recibió una peculiar tarjeta de crédito, llamado en la jerga
penitenciaria como el peculio, muy distinta de las que estaba
acostumbrado a utilizar hasta ahora. En ella, su familia podrá cargarle
dinero para sus gastos, que no podrán superar los 80 euros a la semana.
El economato del centro será el destino de la mayor parte de este
dinero, donde comprar objetos de aseo, comida o, simplemente, tomarse un
café.
El siguiente gran cambio lo notará en el alojamiento. Su chalé de más de
300 metros cuadrados repletos de alfombras persas, televisores de
plasma y muebles de estilo inglés, incluida dos lámparas de huevo de
avestruz, ha dejado paso ahora a una humilde celda del módulo ingreso
durante los primeros días estará sólo. Las fuentes penitenciarias
aseguran que por ahora, y tras la una crisis de ansiedad que sufrió al
entrar, está "como un campeón. Parece que se adapta bien a la nueva
situación", recalcan. El otro gran imputado en la Operación Crucero, el
liquidador Ángel de Cabo, permanece en la enfermería del centro con
problemas de ansiedad.
A la espera de ingresar en un módulo ordinario
En esta parte de la cárcel, la relación del ex presidente de la CEOE con
otros reclusos ha sido mínima. La comida en bandejas se la llevan a la
celda presos que hacen la labor de ordenanzas y sus salidas al patio son
reducidas, entre una hora y hora y media. El resto del día lo pasa
dentro de su celda. Sin embargo, esta situación no se prolongará más
allá del lunes, según las fuentes consultadas. Y, de hecho, puede
cambiar en los próximos días. "La dirección del centro está de 'puente' y
hasta que lleguen, dado el personaje que es, los educadores que están
de guardia no tomarán la decisión de a qué módulo de la cárcel se le
envía o si llega la orden del Ministerio del Interior de que se le
traslade a otro centro más 'amable' y menos masificado, como los también
madrileñas de Estremera y Aranjuez", señalan fuentes penitenciarias.
La rutina penitenciaria obligará al ex presidente de la CEOE a
levantarse a diario a las 8 de la mañana. Media hora después bajará a
desayunar
Será entonces cuando tenga que asumir el gran cambio. Será ingresado en
una celda de no más de 10 metros cuadrados que deberá compartir con otro
recluso. El mobiliario, en consonancia con el espacio, mucho más
modesto que los lujos de su chalé: una litera, un escritorio, unas
asépticas estanterias para depositar su ropa, un retrete y un lavabo.
Allí estará recluido sin posibilidad de salir entre las 21:30 de la
noche hasta las ocho de la mañana del día siguiente. Porque ese será
otro de los grandes cambio en su "nueva vida': la rigidez de horario.
Así, tras ser despertado irremediablemente a esa hora, media hora
después bajará a tomar el sencillo desayuno: café con leche y tostadas
con mantequilla.
Sobre las nueve habrá terminado y empezará un periodo de cuatro horas
que, mientras no sea asignado a algún servicio como lavandería,
biblioteca, trabajos en enfermería..., deberá llenar en los dos espacios
del módulo donde acuden la mayor parte de los reclusos: el patio y la
sala de televisión. En el primero podrá pasear o practicar algún
deporte, aunque con la llegada del invierno, será más el tiempo que pase
en la habitación donde la 'caja tonta' es la reina absoluta. Allí,
además de ver la tele, podrá leer la prensa, jugar a las cartas o al
clásico parchis, y aprovechar los cinco minutos de teléfono para hablar
con su familia. También será el momento en el que podrá pedir permiso a
los funcionario para ir a las duchas a asearse. Todo vale para pasar el
tiempo lo más rápidamente posible hasta la una de la tarde.
Comida, siesta y vuelta al patrio
Esa es la hora a la que la cocina del centro penitenciario envía la
comida del mediodía a los distintos comedores de los módulos de la
cárcel. Díaz Ferrán tendrá que esperar su turno en una fila para coger
su bandeja donde los reclusos encargados de servir las viandas irán
depositando un primer plato, un segundo y postre. Una hora para comer
que podrá acompañar con una café en el economato del centro pagado con
su tarjeta de peculio. Luego deberá subir como todos los presos a su
celda hasta las 16:30, momento que muchos aprovechan para echarse la
siesta. Eso sí, este descanso tras el almuerzo también lo tendrá
limitado, porque a partir de esa hora tendrá que volver al patio, al
gimnasio o a la sala de televisión a dejar pasar el tiempo hasta la hora
de la cena, fijada inexorablemente para las ocho y media. Hora y media
después deberá subir a su celda para pasar la noche... hasta las ocho de
la mañana del día después.
El erario gastará cada día 3,65 euros en dar desayuno, comida y cena
al empresario. Para Navidad y Año Nuevo, está presupuestado el doble
Pronto descubrirá también que el menú tiene poco que ver con los
sofisticados platos que suelen servir en los restaurantes de lujo que
frecuentaba hasta ahora. De hecho, el coste de la pensión completa queda
muy lejos de esas facturas de más de tres cifras a las que estaba
acostumbrado a pagar. Instituciones Penitenciarias tiene asignado para
los grandes centros penitenciarios, como el de Soto del Real, un
presupuesto de 3,65 euros por día y preso, incluido el sueldo de los
cocineros y del personal del almacen. Con ese dinero, la cárcel facilita
a los presos el desayuno, una comida y una cena, compuestas estas
últimas de un primer plato claiente, un segundo y postre.
Eso sí, si cuando llegue Navidad Díaza Ferrán no ha conseguido reunir
los 30 millones de euros que el juez Velasco le ha impuesto de fianza,
podrá disfrutar del extra culinario que el Ministerio del Interior tiene
previsto para los días 25 de diciembre y 1 de enero. Esos días, al
igual que el de la festividad de La Merced, patrona de Instituciones
Penitenciarios que se celebra el 24 de septiembre, el presupuesto para
dar de comer a cada recluso se dobla y alcanza los 7,30 euros. Un cambio
muy significativo para un empresario que a sus 70 años --los cumplirá
el próximo 27 de diciembre-- tendrá que cambiar de vida por un largo
periodo de tiempo ya que se enfrente a unos delitos, los de alzamiento
de bienes, insolvencia punible y blanqueo de dinero, que llevan
aparejados hasta 16 años de cárcel.
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