20121216

¿La siguiente burbuja? Los bonos se asoman a un nuevo ciclo bajista que podría durar 30 años

¿La siguiente burbuja? Los bonos se asoman a un nuevo ciclo bajista que podría durar 30 años

Cuanto más dinero se inyecta al sistema más peligro hay de que se genere una burbuja. Entre 2001 y 2003, el entonces presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, mantuvo los tipos de interés en el 1% y por ello se le responsabilizó en 2008 de la crisis subprime... Si desde diciembre de 2008 a nuestros días, el precio del dinero en Estados Unidos se encuentra en mínimos históricos del 0% y, además, el regulador monetario ha inyectado cerca de 2 billones de euros, ¿a qué hay que temer?

Las advertencias sobre la burbuja que se está formando en algunos mercados de renta fija cada vez son mayores. Firmas de inversión, pasando por gestores de hedge funds hasta los departamentos de análisis de los principales bancos del planeta alertan del riesgo que suponen bonos soberanos que están pagando, incluso, rentabilidades negativa con los precios en máximos históricos.

EDM da un dato: con el patrimonio mundial de los fondos por encima de sus máximos de 2007, los vehículos de bonos registran un récord de suscripciones y patrimonio e, incluso, hasta en los hedge funds la renta fija pesa más que la renta variable por primera vez en la historia. Así, el bono a diez años de 16 de los 50 mayores países del mundo cotiza por debajo del 2%.

"La burbuja de bonos parece evidente", explica Ignacio Pedrosa, director de inversores institucionales de EDM Asset Management en su última newsletter. "Sin embargo, los precios siguen en máximos históricos de forma complaciente, en un entorno en el que todo el mundo asume que la política acomodaticia será eterna".

El problema es que los bancos centrales tienen como misión controlar la inflación y, aunque en el caso de la Fed de EEUU prima velar por la economía del país a diferencia de otros organismos como el BCE, lo cierto es que en cuanto el IPC se comience a alejar de los objetivos fijados se cortará el grifo y esto puede empezar más pronto que tarde.

De hecho, Pedrosa pone el acento en dos aspectos que no hay que perder de vista en la vorágine de titulares referidos a la crisis de deuda de Europa, primas de riesgo, precipicios fiscales, dimisiones de presidentes y un largo etcétera que han hecho que los indicadores económicos pases a un segundo plano para los mercados: el mercado inmobiliario -responsable de la crisis financiera que arrastra hoy EEUU- se ha estabilizado tras una corrección del 50% de los precios; y el giro que está experimentando la balanza comercial de China, con el aumento de las importaciones. "Ambas tendencias nos podrían estar dando pistas sobre un posible resurgir de la inflación".

En este sentido, el experto recuerda que en entornos inflacionistas, las acciones tienen un mejor comportamiento que los bonos y en el siglo XX, con una inflación media del 4,5%, la renta variable ha registrado una rentabilidad media anual del 5,2%.

Pero el riesgo de un estallido de la burbuja de bonos viene apoyado también por factores históricos. La experiencia es un punto y basta con echar un vistazo al comportamiento del bono americano de los últimos 60 años para intuir que el mercado de deuda se ha convertido en una bomba de relojería.

Así, Pedrosa recuerda que la última vez que el diez años de EEUU cotizó en los niveles actuales fue en 1946, tras terminar la II Guerra Mundial y que los 30 años posteriores ofreció rentabilidades negativas, con la consecuente pérdida de poder adquisitivo de sus tenedores. "La actual búsqueda de los inversores de la seguridad financiera ha propiciado que la rentabilidad por dividendo del S&P 500 sea mayor que la del bono americano a diez años", afirma el analista. "Algo que no ocurría desde la década de los 50, justo cuando empezó el último y mayor mercado bajista para los bonos", concluye.

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