Nos empobrecemos a base de mentiras
Atendiendo a su intencionalidad, hay dos tipos distintos de mentira: la
mentira por cobardía y la mentira de vanidad. Si me preguntárais en qué
grupo catalogo a las del Gobierno os respondería que no lo tengo nada
claro aún. La de ayer con las pensiones ya fue la gota que colmó el
vaso. Dado que Remo ya le dio al tema el repaso que se merecía no
profundizaré más en el mismo. No obstante, me pregunto: ¿a dónde nos
lleva Rajoy en materia económica con tantas falsas verdades?
El equipo del PP apenas lleva un año en el poder y los “donde dije digo,
digo Diego” ya se han convertido en la tónica habitual de sus
decisiones. A mí la política me importa poco y creo que este no es el
lugar para debatirla, pero cuando las mentiras llegan al plano
económico, nos empobrecen y afectan a la vida cotidiana de millones de
contribuyentes, incluida la mía, considero que es el momento de decir
“basta”.
¿Qué me dicen del IRPF y del IBI? Muchas promesas de que se opondrían a
cualquier subida de impuestos y mucha palabrería asegurando que hacerlo
implicaría más paro y más recesión pero parece ser que las palabras se
las llevó el viento. Ambos impuestos sufrieron recargos: el IRPF subió
entre el 0,7 y el 7 % según el tramo, y el IBI entre el 4 y el 10 %.
Del “No más IVA”, mejor ni hablar. Mucha foto y mucha rebelión
institucional enfocada a no tocar bajo ningún concepto este impuesto
pero al final en septiembre se subió del 18 al 21 %. Y así podríamos
seguir hablando de las tasas universitarias, de la amnistía fiscal, del
copago sanitario o de los impensables recortes en educación que en
teoría jamás se iban a dar.
Este Gobierno nos miente y para mí la mentira más sangrante de todas ha
sido la reforma laboral. Prometieron el contrato único con indemnización
creciente. La reforma de nuestro mercado laboral era un punto clave a
tocar y nuestro ministro De Guindos se puso delante de una cámara y
prometió que no sólo no abarataría el despido, sino que además este se
vincularía a un tipo de contrato único que incluso me atrevo a decir que
dadas las circunstancias, sindicatos y oposición estaban dispuestos a
aceptar. Nada, nuevas mentiras que se tradujeron en una reforma laboral
que conseguirá que el número de desempleados supere los seis millones en
unos pocos meses.
La paciencia se agota al mismo ritmo que nuestros bolsillos se vacían.
La política económica de este Gobierno va a llevar al país al colapso
económico, va a hacer desaparecer las clases medias e incitará a
millones de personas a hacer las maletas y emigrar en busca de una
oportunidad laboral. Como ya he dicho en más de una ocasión: no
merecemos un Gobierno que nos mienta.
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