Vozpópuli - Saltan los nervios en el Ministerio de Hacienda por los pobres resultados recaudatorios de la amnistía fiscal
El Ministerio de Cristóbal Montoro se ha mostrado
especialmente contumaz, defendiendo a capa y espada que cumpliría con
los objetivos de 2.500 millones de recaudación. Sin embargo, la propia
estructura de la regularización impedirá que se ingrese mucho con esta
iniciativa. Quizá se llegue sólo a la mitad en el mejor de los casos, y
eso dejaría en evidencia una medida que despertó muchas críticas.
Después de la tozudez del Gobierno con que iba a revalorizar las
pensiones con el IPC, el siguiente campo de batalla es la amnistía
fiscal. Ahí, el Ministerio de Hacienda se ha mostrado especialmente
contumaz, defendiendo a capa y espada que cumpliría con los objetivos de
2.500 millones de recaudación. Pero va a tenerlo muy difícil, pues hace
escasos días técnicos de Hacienda (del sindicato Ghesta) estimaron que
hasta octubre sólo se ingresaron 149,6 millones.
Hacienda ha endurecido la legislación contra el fraude; ha aprovechado
el impulso de Estados Unidos persiguiendo a los bancos suizos para
amenazar también con que estrecharía el cerco a los paraísos fiscales
habituales de los españoles; ha creado una unidad especial contra los
evasores fiscales; ha enviado cartas intimidatorias; y ha conseguido que
entidades suizas adviertan a sus clientes españoles de los riesgos de
no acogerse a la regularización.
Todo con tal de conseguir la meta de los 2.500 millones. Sin embargo, la
propia estructura de la regularización impedirá que se ingrese mucho
por esta medida. Y en Hacienda han surgido los nervios.
En principio, la cantidad amnistiada tributaba un 10 por ciento. No
obstante, los asesores fiscales, que cobran por estas regularizaciones,
criticaron que habría que corregirla para atraer más declaraciones. Y
ello llevó a que no se computase la parte prescrita.
El problema es que los fondos prescritos obtenidos en medio de la
bonanza no abonan nada. Y eso representa una buena parte de los recursos
evadidos. Es decir, la amnistía tendrá éxito aflorando bases imponibles
que en ejercicios posteriores tributarán, pero no a la hora de
embolsarse más dinero para las arcas. Y en Hacienda se concentrarán en
vender eso cuando den los resultados tras acabar el plazo este viernes.
Quizá se llegue sólo a la mitad del objetivo en el mejor de los casos, y
eso dejaría en evidencia una medida que despertó muchas críticas y que
Montoro puso con calzador para intentar que le cuadrasen los
presupuestos.
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