Botín paga una pensión de 45 millones a Luzón y le bloquea otros 20 hasta 2017
La cuesta de enero no ha sido igual de difícil para todos. Un privilegiado ha sido Francisco Luzón, el que fuera considerado el número tres en la cúpula de Banco Santander y
que se vio obligado a presentar su renuncia tras el intento fallido de
hacerse con la vicepresidencia de la entidad. En el inicio de 2013, el
veterano directivo ha percibido en efectivo 42,2 millones de los 65 que le correspondían por su pensión, parte de la cual le ha sido diferida en acciones.
Luzón fue forzado a dimitir en enero de 2011 por indicación de Emilio Botín,
quien al parecer descubrió determinadas maniobras de su otro delfín
para ocupar el cargo de Alfredo Sáenz. El consejero delegado y
vicepresidente estaba siendo juzgado en aquellos momentos por una causa
surgida en los años noventa y por la que fue inhabilitado para ejercer
su oficio de banquero. Finalmente, el Gobierno de José Luis Rodríguez
Zapatero le concedió el indultó en plena transición de poderes al PP, al
tiempo que la familia Botín destapaba la infidelidad del que era
consejero director general de Latinoamérica, el área que más beneficios
aportaba y aporta al grupo.
Su marcha se produjo a los 64 años de
edad, por lo que se la vistió como una prejubilación. Luzón siguió
cobrando su salario como alto directivo de Banco Santander -2,5 millones de euros-
y usando sus servicios básicos, como secretaria y chófer, pese a que su
salida no fue amistosa. De hecho, el veterano ejecutivo fue cesado un
jueves a mediodía y ya no pasó por el despacho ni a recoger sus
pertenencias personales. Fue su conductor el que tuvo que ir a
recuperarlas más tarde en una evidente demostración del enfado entre las
partes.
Ahora, un año más tarde de aquel acontecimiento, Luzón, ya con 65 –su cumpleaños es el 1 de enero-, ha podido rescatar gran parte de su millonaria pensión. Pero no lo ha tenido fácil. El exdirectivo solicitó a Emilio Botín “el abono en una única prestación de las pensiones que le correspondían por importe bruto de 65,4 millones de euros”.
Pero el banco tan sólo le reembolsó 42,2 millones brutos, unos 21,1 netos, en concepto de retribución fija y atenciones estatutarias. Más los 2,5 millones del sueldo. Además, le concedió 14,2 millones de euros brutos, 7,1 netos, teniendo en cuenta la retribución variable ya devengada en la fecha de jubilación al resto de ejecutivos del grupo.
Esa cantidad de 7,1 millones de euros netos ha sido invertida obligatoriamente en la compra de 1,144 millones de acciones de Banco Santander, que “quedarán depositadas con carácter indisponible hasta el 23 de enero de 2017”.
Por último, el grupo financiero le ha dado otros 6,6 millones brutos
(3,3 netos) en concepto de una retribución variable no devengada todavía
en títulos del banco (1,061 millones) y que tampoco podrá tocar hasta
enero de 2017. Este paquete de títulos solo las cobrará en el caso de
que se cumplan las condiciones (objetivos de rentabilidad para el
accionista, beneficio atribuido, etc…) del plan de fidelización.
Según
distintas fuentes, Luzón pretendía recuperar los 65,4 millones de golpe
y porrazo en lugar de por partes. Esa es la estrategia habitual que han
hecho la mayoría de los altos directivos que han dejado las cúpulas
bancarias, como en su día hiciera José Ignacio Goirigolzarri
cuando abandonó BBVA. Se da la circunstancia de que algunos
exejecutivos de Banco Santander que recibieron pensiones millonarias se
llevaron sus jubilaciones a la Caixa, que tiene un fondo de rentas muy atractivo para este tipo de clientes.
Congelación de sueldos
El
pago a Luzón ha aparecido en el informe de retribuciones de Banco
Santander, pero no en el de gobierno corporativo porque el pago se ha
realizado ya en 2013. En ese documento enviado el pasado martes a la
Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la entidad divulgó que
tanto su presidente, Emilio Botín, como su consejero delegado, Alfredo
Sáenz, se habían rebajado su retribución total cerca de un 30%.
Un guiño a los sindicatos que están de uñas contra el primer grupo financiero español después de que Botín haya decidido congelarles el salario por segundo vez en tres años. Como adelantó El Confidencial
el pasado 5 de febrero, la entidad ha optado por absorber la subida del
1,25% pactada en el convenio de la banca para cerca de 10.000 empleados
en España, lo cual ha sido muy mal acogido en un momento en el que se
está pidiendo un esfuerzo extra por la fusión entre la matriz y Banesto.
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