Como explicar la financiación irregular del PP a los niños
Según cuenta El País, la contabilidad interna que manejaron Álvaro
Lapuerta y Luis Bárcenas, tesoreros del PP entre 1990 y 2009, refleja
pagos periódicos, trimestrales o semestrales, a toda todita la cúpula
del partido (secretarios generales y vicesecretarios generales). Las
mayores entregas registradas son a Javier Arenas y Francisco
Álvarez-Cascos, pero también aparece, nuestro carismático presidente,
Mariano Rajoy. En los papeles figuran numerosas donaciones de
constructores, entre ellos tres imputados en el ‘caso Gürtel’.
Como cualquiera con titulación en educación primaria y “1º de
plastilina” aprobado, entenderá, esto huele pero que muy mal. Más cuando
Dolores de Cospedal, Rodrigo Rato, Mayor Oreja , Javier Arenas, Ángel
Acebes y Álvarez Cascos se han apresurado a negar haber recibido dichos
pagos… Como niños pequeños maldisimulados diciendo “Yo no he sido”
delante de un jarrón roto.
Soy madre soltera de dos niños de 6 y 8 años, y hoy me podía la
crispación. Según leía y escuchaba sobre la dudosa financiación del
partido que nos gobierna me iba encendiendo yo sola, planificando en
secreto un asalto a la sede de la calle Génova. Ha sido un alivio
cuando, recogiendo a los niños del colegio, he comenzado a recibir las
primeras convocatorias para manifestar el malestar ciudadano a las 8 de
la tarde en el PP de Madrid.
Como no podía dejar a mis vástagos solos en casa, les he tratado de
explicar la situación. No ha sido fácil. En principio estoy totalmente
en contra de traslucir ningún mensaje político a los niños, de influir
en su futuro ideario y de llevarlos a manifestaciones. Me encantaría que
el día de mañana decidan libremente y sin coacción luchar por lo que
consideren justo. Así que, me he propuesto explicarles de qué va la
falta de transparencia en la financiación del Partido Popular sin
connotaciones positivas ni negativas. Les aseguro que ha sido harto
difícil. ¿Cómo lo harían ustedes?
Les he contado que hay unos señores que gobiernan y que mandan sobre
todos los españoles, porque los españoles les han votado. Que hoy en el
periódico ponía que esos señores han recibido dinero, aunque ellos ya
tienen mucho, y que si por favor me podían acompañar, porque yo quería
decir en la calle frente al edificio de esos señores lo que pensaba.
Como ven, he explicado el tema de una forma sencilla y sin faltar a la
verdad, esperando que lo entendieran.
He hecho una pancarta. Por un lado, he dibujado un sobre en el que ponía
“Dimisión”. He tratado de explicar a mis pequeñuelos lo que quiere
decir “dimitir”, pero no han captado del todo la idea. Me he dado cuenta
entonces de que es un concepto muy complicado para una mente de 6 u 8
años, o para un dirigente del PP. Perfecto. He captado la idea. He de
transmitir un mensaje sencillo y entendible… como si fuera para un niño.
Así que por el otro lado de la pancarta, he puesto: “PP, me caéis mal”.
Contundente y simple.
Entonces mis hijos han decidido hacer pancartas también. Me han
preguntado qué ponían. Otra pregunta difícil ¿Qué decir sin influirles?
Así que les he dicho “Lo que penséis. Tiene que ser lo que penséis de
verdad”.El mayor, Lopoldo, ha escrito (copio tal cual): “SOIS INVECILES
IROS A TOMAR POR CULO TIRAOS UN PEDO FRIKIPOLLAS EGOISTAS DEL DINERO
JODEROS ATONTADOS DEL CULO”. Ha coronado además su pancarta con una
terrorífica calavera que encontré la semana pasada en la basura.
El menor, Lucas, ha puesto en su cartel: “ME EN CANTA KUNFU PANDA LA
LEYENDA DE PO” y ha añadido un dibujo explicativo de cierto símbolo de
Kunfu Panda. Como también estoy a favor de la libertad de expresión no
he opinado más que de las faltas ortográficas. Me han dicho “eso ahora
da igual”, lo que me ha parecido un juicio de gran madurez (aunque no
por eso voy a renunciar a ilustrarlos en el preciso y precioso uso de
nuestra lengua).
Hemos salido triunfales hacia la calle Génova. Cortada por todas partes.
Hemos entrado finalmente por Alonso Martínez y nos hemos quedado junto a
la boca del metro con nuestras pancartas. Además de encontrarnos en
distintos momentos con Marta, Eva, Soraya, Iria, Raúl, Dani, Rubén,
Bibiana y no sé cuantos amigos más (cosa que me alegra muchísimo),
corresponsales de Colombia y de Francia, periodistas, ancianitos,
curiosos y fotógrafos, han inmortalizado la pancarta de la calavera, o a
mí sosteniéndola. Por los motivos que he explicado antes, no he
permitido que fotografiaran la cara a mis retoños. Y además, si el día
de mañana se afilian al PP, no quiero que sea como represalia por mi
exposición de su imagen para con una causa contraria.
En seguida se han cansado y nos hemos vuelto a casa con nuestras
pancartas. Ahora en la soledad de mi soltería maternal frente al
ordenador me pregunto “¿Y si estamos explicando un mensaje erróneo?; ¿Y
si la ciudadanía está sobrecualificada a pesar de elegir
democráticamente a un gobierno corrupto?; ¿Y si las entendederas del PP
están por debajo de los 6 años intelectualmente hablando? ¿Deberíamos
ir a Génova –donde por cierto, mis hijos creen que viven los señores del
gobierno– con pancartas de ME ENCANTA KUNFU PANDA?”
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