serán sus costumbres.. el vídeo en el enlace..
Imágenes exclusivas: Una negra se desnuda y practica la felación a un grupo de jóvenes en pleno centro de Sevilla
Los “nuevos españoles” al natural, Gustavo Adolfo Becquer y Casta
Esteban y Navarro, Machado y Leonor, a orillas del Guadalquivir. O tal
vez: “Bienvenidos al zoológico…”. Podría ser un reportaje de Aminal
Discovery, pero es algo más cercano. Es el ritual de apareamiento
africano en pleno centro de Sevilla este fin de semana, concretamente en
la zona de la Alameda, el cortejo preliminar, el coqueteo previo a la
cópula… ¡Bendita inmigración, exhaltante multicultura! ¡Eramos tan
pobres, tan tristes, tan rancios, antes de esta venturosa diversidad!.
Las chocantes y grotescas imágenes de este vídeo nos muestran en toda
su crudeza la verdadera cara de la africanización de España, la
implantación sin freno de la barbarie y el salvajismo, que han echado
raices en nuestra desgraciada nación. Unas poblaciones con sus instintos
primitivos intactos, con su brutalidad innata indómita, con su
desenfreno desatado, se ha hecho un nido en España ante la pasividad e
indiferencia de la mayoría de los españoles e incluso la complicidad de
no pocos de ellos. De hecho, la imagen del grupo de jóvenes sevillanos
que aparece en el video resulta tan repugnante y vomitiva como la de la
propia africana.
Es la mejor imagen del nivel de cretinización al que
han sido conducidos miles de jóvenes españoles, desposeídos de cualquier
idea trascendente, carentes de referencias éticas y estéticas y también
del más elemental sentido de la dignidad. Llama a reflexión esa
aceptación, por parte de la franja más decaída y degenerada de la
población, de este derrumbe civilizacional, de esta enfermiza alabanza
de la cloaca multicultural que exhala sus pestilencias como un
contenedor de basura en pleno agosto, pero lo más increible es sin duda
el rechazo masivo de los españoles y europeos a ver la realidad de
frente. No queremos ver para no tener que actuar.
¿Qué sociedad, que país se puede construir con semejantes materiales?
No es necesario esforzarse mucho para imaginárselo: echemos una mirada a
África, el modelo original. El presente de África prefigura nuestro
inmediato futuro. ¿Qué podemos esperar de quienes nunca han salido de
las formas más primitivas de vida humana? ¿Es razonable esperar que
cafres indomesticables como la de la imagen hagan en apenas unos meses o
uno años de aclimatación a nuestra civilización el camino que nuestros
antepasados han tardado centenares de miles de años en recorrer?
¡Locura, insensatez, delirio, químera, desvarío!
La irresponsabilidad de nuestros gobernantes y la apatía de los
españoles y europeos han llevado al borde del abismo a España y a la
civilización que nos alumbró durante siglos.
Somos tanto más culpables cuanto que las inteligencias más preclaras
de nuestra nación ya habían, hace tiempo, descubierto las claves de la
interpretación y la comprensión de este asqueroso engendro democrático.
En todo caso, de estas repugnantes imágenes surge un epitafio
inevitable: “Aquí hubo una vez una civilización”.
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