20130205

Imágenes exclusivas: Una negra se desnuda y..

serán sus costumbres.. el vídeo en el enlace..


Imágenes exclusivas: Una negra se desnuda y practica la felación a un grupo de jóvenes en pleno centro de Sevilla

Los “nuevos españoles” al natural, Gustavo Adolfo Becquer y Casta Esteban y Navarro, Machado y Leonor, a orillas del Guadalquivir. O tal vez: “Bienvenidos al zoológico…”. Podría ser un reportaje de Aminal Discovery, pero es algo más cercano. Es el ritual de apareamiento africano en pleno centro de Sevilla este fin de semana, concretamente en la zona de la Alameda, el cortejo preliminar, el coqueteo previo a la cópula… ¡Bendita inmigración, exhaltante multicultura! ¡Eramos tan pobres, tan tristes, tan rancios, antes de esta venturosa diversidad!.


Las chocantes y grotescas imágenes de este vídeo nos muestran en toda su crudeza la verdadera cara de la africanización de España, la implantación sin freno de la barbarie y el salvajismo, que han echado raices en nuestra desgraciada nación. Unas poblaciones con sus instintos primitivos intactos, con su brutalidad innata indómita, con su desenfreno desatado, se ha hecho un nido en España ante la pasividad e indiferencia de la mayoría de los españoles e incluso la complicidad de no pocos de ellos. De hecho, la imagen del grupo de jóvenes sevillanos que aparece en el video resulta tan repugnante y vomitiva como la de la propia africana.

Es la mejor imagen del nivel de cretinización al que han sido conducidos miles de jóvenes españoles, desposeídos de cualquier idea trascendente, carentes de referencias éticas y estéticas y también del más elemental sentido de la dignidad. Llama a reflexión esa aceptación, por parte de la franja más decaída y degenerada de la población, de este derrumbe civilizacional, de esta enfermiza alabanza de la cloaca multicultural que exhala sus pestilencias como un contenedor de basura en pleno agosto, pero lo más increible es sin duda el rechazo masivo de los españoles y europeos a ver la realidad de frente. No queremos ver para no tener que actuar.

¿Qué sociedad, que país se puede construir con semejantes materiales? No es necesario esforzarse mucho para imaginárselo: echemos una mirada a África, el modelo original. El presente de África prefigura nuestro inmediato futuro. ¿Qué podemos esperar de quienes nunca han salido de las formas más primitivas de vida humana? ¿Es razonable esperar que cafres indomesticables como la de la imagen hagan en apenas unos meses o uno años de aclimatación a nuestra civilización el camino que nuestros antepasados han tardado centenares de miles de años en recorrer? ¡Locura, insensatez, delirio, químera, desvarío!

La irresponsabilidad de nuestros gobernantes y la apatía de los españoles y europeos han llevado al borde del abismo a España y a la civilización que nos alumbró durante siglos.

Somos tanto más culpables cuanto que las inteligencias más preclaras de nuestra nación ya habían, hace tiempo, descubierto las claves de la interpretación y la comprensión de este asqueroso engendro democrático. En todo caso, de estas repugnantes imágenes surge un epitafio inevitable: “Aquí hubo una vez una civilización”.

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