20130225

Kinépolis pierde en 2012 un total de 1,4 millones de espectadores en Europa; de ellos 300.000 en España, pero no piensa reducir el precio de las entradas

A ver, señores:

  • 2002:   Sueldo medio en Madrid: 1200€
                      Precio entrada de cine: 5,5€

  • 2013:   Sueldo medio en Madrid: 900€
                      Precio entrada de cine: 10€

No es tan difícil de entender, ¿o sí?



Kinépolis pierde en 2012 un total de 1,4 millones de espectadores en Europa; de ellos 300.000 en España, pero no piensa reducir el precio de las entradas

Kinépolis, ha conseguido el pasado año 19,8 millones de espectadores en sus 22 complejos cinematográficos europeos, lo que significa casi un 7% menos de afluencia a sus recintos de Bélgica, Francia, Suiza y España.

En nuestro país, el grupo belga ha perdido un total de 300.000 espectadores, pasando de 4,2 millones en 2011 a 3,9 millones en 2012. Este descenso es atribuido –según fuentes de la empresa- a la subida del IVA, la crisis económica y a la falta de buenas películas españolas.

La cifra indica también que el gigante belga no apuesta por una reducción del precio de las entradas y tampoco pretende atraer grandes masas de espectadores, a precios más bajos bajos, sino más bien todo lo contrario: desean espectadores que dejen dinero en taquilla y consuman los productos de sus candy lanes.

De hecho, en Kinépolis Madrid, y de lunes a jueves, se encuentran cerradas la mitad de sus salas y se ha reducido al mínimo el número de empleados. No se ve, por tanto, y desde una óptica estrictamente comercial, cómo se puede “desestacionalizar” el consumo entre semana con una tarjeta de 10 pases, cuyo coste es de 75 euros; es decir 7,5 euros por entrada, y en una época de crisis muy dura para los espectadores más jóvenes.

Cada vez más dependientes de los snacks y el merchandising

Desde que el cine comenzó a perder espectadores en las salas, allá por la década de los sesenta del siglo pasado, la estrategia seguida por los grandes grupos de exhibición ha sido incrementar el precio de las entradas y paliar así este descenso en la afluencia. Actualmente, la proyección en 3D, aunque justifique un sobreprecio en las entradas, su coste es considerado por muchos espectadores como excesivo, cuando no abusivo.

Lo más destacable, sin embargo, de la cuenta de resultados de Kinépolis es que de los 254,5 millones de euros que han ingresado en Europa, solamente 140 millones, un 55% del total, procede exclusivamente de la venta de entradas. El resto, se obtiene de la venta de bebidas, snacks y merchandising, además de alquiler de locales para celebración de actos; publicidad, distribución de films y actividades inmobiliarias.

Como decían en el viejo Hollywood, no se gana dinero con la venta de entradas sino con la de palomitas. Una reflexión que el autor de este blog había realizado ya en el año 2009 para la revista Telos, perteneciente a la Fundación Telefónica: :: revista TELOS :: Experiencias ::
El futuro de la exhibición. La transformación de los complejos de cine en complejos de ocio
The Future of Movie Exhibition. Transforming Movie Theaters Complexes into Shopping Mall


Modelo de parque temático

Con una fuerte y potente imagen de marca, Kinépolis es la empresa exhibidora que más se asemeja en España al modelo de ocio de “parque temático”. En realidad, los complejos Kinépolis intentaron convertirse desde sus comienzos en un Family Entertainment Centres, con espacio para bares, restaurantes, tiendas, cafés, boleras…
Desde sus inicios, tuvieron la vocación de convertir a sus cines en complejos de ocio. Más que salas de cine, donde se exhiban películas, sus complejos son entendidos como un lugar de encuentro para disfrutar de un rato de ocio. No importa que la materia prima que sustente a las salas sean hoy día los films de ficción. En un futuro próximo, sus “ingresos alternativos” podrían llegar a superar la facturación de los films: grandes acontecimientos deportivos; series de televisión, conciertos de música clásica; retransmisión de óperas o videoconferencias de empresas, etc.

Su apuesta estratégica se ha centrado en tres ejes claros: ser los mejores empresarios de cine; desarrollar el mejor marketing y llevar una adecuada gestión inmobiliaria. Así, en la firma cobra una especial importancia su patrimonio inmobiliario, que acumula hasta el momento 327 millones de euros en activos, y pone de manifiesto una vez más la simbiosis existente entre los grandes complejos cinematográficos y los grandes desarrollos urbanísticos.

En España el Grupo cuenta con un total de 64 salas, con 22.059 asientos y unos 400 empleados. Consta de tres grandes complejos: Kinépolis Madrid, Kinépolis Valencia y Kinépolis Granada. El primero de ellos, Kinépolis Madrid, fue inaugurado en 1998, en la Ciudad de la Imagen, gracias a las facilidades concedidas por la empresa pública de la Comunidad de Madrid, Arpegio, para relanzar una extensa área que albergase a las empresas relacionadas con la tecnología del cine, el video y la televisión.

Kinépolis Madrid fue sin duda un “business case” muy especial, porque un megaplex suele alcanzar habitualmente su velocidad de crucero después de año y medio o dos años de actividad. Curiosamente, en su primer año de funcionamiento, de septiembre a diciembre, acumulaba unas pérdidas de 288.000 euros. Sin embargo, al año siguiente, en 1999, ya había obtenido un beneficio bruto de 2,4 millones de euros.

Kinépolis Madrid ha sido durante años uno de los mayores éxitos empresariales en el campo del ocio en España. Pero mantener ahora la velocidad de crucero del buque insignia del grupo y seguir rentabilizando los cines de Valencia y Granada exigirá grandes dosis de innovación empresarial en una época en la que tras el 3D y los ingresos alternativos, pocas armas le quedan ya a las empresas de exhibición.

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