Las inmobiliarias afrontan vencimientos por más de 7.000 millones de euros
Las inmobiliarias afrontan vencimientos por más de 7.000 millones de euros
Las inmobiliarias barajan la dación en pago de activos o el traspaso a la Sareb
Cuenta atrás para Reyal Urbis. La inmobiliaria, en preconcurso de
acreedores, quema los últimos cartuchos para refinanciar un préstamo
sindicado cercano a 2.300 millones de euros. Si ese acuerdo no llega
antes del próximo día 23, el grupo que preside Rafael Santamaría
protagonizaría el segundo mayor concurso de acreedores en el sector
inmobiliario (con un pasivo de 4.000 millones), después de Martinsa
Fadesa.
El tsunami de vencimientos también salpica a Realia, que tiene que
renegociar su deuda en marzo, y al resto de las cotizadas, que miran con
preocupación sus agendas. Colonial, de hecho, ha empezado ya a hacer
los deberes, pese a que su refinanciación no toca hasta 2014.
Reyal se acogió en octubre de 2012 al preconcurso antes de tener que
recurrir a la antigua suspensión de pagos. La inmobiliaria ha planteado a
la banca acreedora (Santander, BBVA, Sabadell y Popular; BFA apoya la
operación, pero no la financia) una propuesta de reestructuración para
segregar la práctica totalidad de sus activos y pasivos a una filial y
mantener unos pocos con el fin de seguir desarrollando sus actividades.
No descarta tampoco un canje de activos por deuda por el que los
acreedores financieros tendrían la opción de aceptar la cancelación
total de sus créditos mediante dación en pago de los activos
transmitidos a dicha filial.
La compañía ha sufrido en sus cuentas un año muy crítico que le ha
dejado en los nueve primeros meses del año pérdidas por 258 millones de
euros, además de una deuda neta de 3.614 millones de euros.
Las 'barbas' de tu vecino
El turno siguiente es para Realia, que se verá las caras con sus
accionistas el 27 de marzo. La compañía afronta este primer trimestre un
proceso de refinanciación del 35 por ciento de su deuda. La mora total
asciende a 2.327,7 millones de euros. De esos, la mayor parte vence en
2017. Pero hay 850 millones de un crédito sindicado de promoción y suelo
que vencía el pasado 31 de diciembre y sobre cuyo pago ahora se logró
un aplazamiento. De esta carga, unos 400 millones pasarían a la Sareb ya
que tiene el 30 por ciento de su capital en manos de FCC y el 27,6 por
ciento en el banco malo (a través de Bankia).
Cuando las barbas de tu vecino veas cortar... Y es lo que ha hecho
Colonial, poner las suyas a remojo y empezar a trabajar en su
refinanciación casi dos años por anticipado (vence en 2014). Asentia, su
propio banco malo donde tenía transferidos los activos inmobiliarios,
le ha pasado factura. La matriz suma una deuda de 2.000 millones a los
que hay que sumar 1.400 de la filial. Su objetivo es vender su banco
malo o cerrarlo. No hay otra, sobre todo si se tiene en cuenta que tiene
complicado su traspaso de activos a la Sareb ya que el 90 por ciento de
su capital está en manos de entidades extranjeras: RBS, Crédit Agricole
y Goldman Sachs.
Vallehermoso. En estos momentos, la filial se ha convertido en un
quebradero de cabeza para Sacyr, que negocia con los bancos una quita.
La inmobiliaria arrastra una deuda de 1.300 millones de euros que vencen
en agosto de 2015.
El vuelco en el parqué lo daba el mes pasado Metrovacesa al solicitar
una opa de exclusión con el argumento de ahorrar los costes que acarrean
las cotizadas. En el fondo de esta operación, sin embargo, late un
traspaso de activos a la Sareb, lo que le permitiría a las entidades
bancarias sacar de sus balances los activos tóxicos. Hace dos años la
promotora llegó a un acuerdo con el 90 por ciento de sus acreedores para
refinanciar su deuda, que ascendía a 5.725 millones de euros
. Quabit, por su parte, abanderó el canje de activos hace un año, al
pasar parte de su patrimonio a la banca, que le permitió cerrar su
tercera refinanciación por 1.300 millones de euros, a cinco años.
En cualquier caso, la refinanciación se ha convertido en un calvario,
más en un momento en el que el sector está enladrillado, víctima de su
propia burbuja.
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