20130214

Las inmobiliarias afrontan vencimientos por más de 7.000 millones de euros

Las inmobiliarias afrontan vencimientos por más de 7.000 millones de euros

Las inmobiliarias barajan la dación en pago de activos o el traspaso a la Sareb

Cuenta atrás para Reyal Urbis. La inmobiliaria, en preconcurso de acreedores, quema los últimos cartuchos para refinanciar un préstamo sindicado cercano a 2.300 millones de euros. Si ese acuerdo no llega antes del próximo día 23, el grupo que preside Rafael Santamaría protagonizaría el segundo mayor concurso de acreedores en el sector inmobiliario (con un pasivo de 4.000 millones), después de Martinsa Fadesa.

El tsunami de vencimientos también salpica a Realia, que tiene que renegociar su deuda en marzo, y al resto de las cotizadas, que miran con preocupación sus agendas. Colonial, de hecho, ha empezado ya a hacer los deberes, pese a que su refinanciación no toca hasta 2014.

Reyal se acogió en octubre de 2012 al preconcurso antes de tener que recurrir a la antigua suspensión de pagos. La inmobiliaria ha planteado a la banca acreedora (Santander, BBVA, Sabadell y Popular; BFA apoya la operación, pero no la financia) una propuesta de reestructuración para segregar la práctica totalidad de sus activos y pasivos a una filial y mantener unos pocos con el fin de seguir desarrollando sus actividades.

No descarta tampoco un canje de activos por deuda por el que los acreedores financieros tendrían la opción de aceptar la cancelación total de sus créditos mediante dación en pago de los activos transmitidos a dicha filial.

La compañía ha sufrido en sus cuentas un año muy crítico que le ha dejado en los nueve primeros meses del año pérdidas por 258 millones de euros, además de una deuda neta de 3.614 millones de euros.
Las 'barbas' de tu vecino

El turno siguiente es para Realia, que se verá las caras con sus accionistas el 27 de marzo. La compañía afronta este primer trimestre un proceso de refinanciación del 35 por ciento de su deuda. La mora total asciende a 2.327,7 millones de euros. De esos, la mayor parte vence en 2017. Pero hay 850 millones de un crédito sindicado de promoción y suelo que vencía el pasado 31 de diciembre y sobre cuyo pago ahora se logró un aplazamiento. De esta carga, unos 400 millones pasarían a la Sareb ya que tiene el 30 por ciento de su capital en manos de FCC y el 27,6 por ciento en el banco malo (a través de Bankia).

Cuando las barbas de tu vecino veas cortar... Y es lo que ha hecho Colonial, poner las suyas a remojo y empezar a trabajar en su refinanciación casi dos años por anticipado (vence en 2014). Asentia, su propio banco malo donde tenía transferidos los activos inmobiliarios, le ha pasado factura. La matriz suma una deuda de 2.000 millones a los que hay que sumar 1.400 de la filial. Su objetivo es vender su banco malo o cerrarlo. No hay otra, sobre todo si se tiene en cuenta que tiene complicado su traspaso de activos a la Sareb ya que el 90 por ciento de su capital está en manos de entidades extranjeras: RBS, Crédit Agricole y Goldman Sachs.

Vallehermoso. En estos momentos, la filial se ha convertido en un quebradero de cabeza para Sacyr, que negocia con los bancos una quita. La inmobiliaria arrastra una deuda de 1.300 millones de euros que vencen en agosto de 2015.

El vuelco en el parqué lo daba el mes pasado Metrovacesa al solicitar una opa de exclusión con el argumento de ahorrar los costes que acarrean las cotizadas. En el fondo de esta operación, sin embargo, late un traspaso de activos a la Sareb, lo que le permitiría a las entidades bancarias sacar de sus balances los activos tóxicos. Hace dos años la promotora llegó a un acuerdo con el 90 por ciento de sus acreedores para refinanciar su deuda, que ascendía a 5.725 millones de euros

. Quabit, por su parte, abanderó el canje de activos hace un año, al pasar parte de su patrimonio a la banca, que le permitió cerrar su tercera refinanciación por 1.300 millones de euros, a cinco años.

En cualquier caso, la refinanciación se ha convertido en un calvario, más en un momento en el que el sector está enladrillado, víctima de su propia burbuja.

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