Tasas de hiperinflación fuera de control; ahora es cuando se necesita imponer Glass-Steagall
18 de febrero de 2013 — En un artículo reciente titulado "Supernova de
crédito", Bill Gross, gerente de PIMCO —la compañía de corretaje de
bonos más grande del mundo— advirtió que el sistema financiero mundial
estaba a punto de estallar como una supernova. Gross señaló con
precisión uno de los síntomas de la burbuja que se ha generado con el
rescate hiperinflacionario de la banca insolvente desde que se abandonó
el Sistema de Bretton Woods de Franklin Roosevelt en 1971:
"En la década de 1980, por cada $4 dólares de crédito nuevo se generaba
$1 dólar de PIB real. Durante la última década, se han necesitado $10
dólares [de crédito generado], y desde 2006, se han necesitado $20
dólares para producir el mismo resultado". Gross caracteriza esto
correctamente como "un monstruo que requiere a perpetuidad cada vez
mayores cantidades de combustible, una estrella supernova que se expande
y se expande, pero, en el proceso comienza a consumirse a sí misma".
Pero incluso haciendo a un lado el hecho de que Gross no tiene ni la
menor idea sobre la causa de la crisis, mucho menos de una solución
viable, lo que el describe de lo que podríamos llamar "tasa de
apalancamiento" cada vez peor, es solo la punta del témpano. Como el
mismo lo reconoce en una nota de pie de página del artículo, las cifras
de deuda que utiliza en sus índices incluye toda la deuda del gobierno,
de las empresas y los hogares de Estados Unidos, pero no "no incluye la
deuda 'fantasma' ".
Esa mentada deuda "fantasma" es realmente la gigantesca burbuja de los
derivados financieros y de otras burbujas especulativas que constituye
el total global de los agregados financieros –-la tercera curva de la
famosa "Triple Curva" de Lyndon LaRouche— y que ha venido creciendo
mucho más rápidamente que la simple deuda. En realidad, la "tasa de
apalancamiento" de todos los agregados financieros mundiales con
relación a la deuda de EU, ha venido creciendo más rápido aún que la
"tasa de apalancamiento" de la deuda con respecto al PIB.
De tal modo que, si en 1985 se requerían $4 dólares de nueva deuda por
cada $1 dólar del PIB, se necesitaban $10 dólares de agregados
financieros globales por cada $1 dólar del PIB. Para 2012, la "tasa de
apalancamiento" había crecido cinco veces, y se requerían $20 de deuda
para generar $1 dólar en el PIB. Pero la "tasa de apalancamiento" de los
agregados financieros había crecido 50 veces, de modo que ahora se
requieren ¡$500 dólares en agregados financieros por cada aumento de $1
dólar en el PIB!
Y recuerden que el propio PIB constituye una medida falaz, inflada de la
actividad económica productiva. El hecho es que el producto
físico-económico real se ha desplomado en la medida en que se dedica una
proporción cada vez mayor de los activos financieros para alimentar a
la "supernova de crédito".
Esta es la sintomatología de una política hiperinflacionaria que se ha
desbocado. El cáncer no solo ha tomado todo el cuerpo, sino que ahora se
consume a sí mismo.
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