Enfrentarse a Iñaki Urdangarin y frenar sus negocios millonarios le costó muy caro a Esteban González Pons. En 2006, siendo consejero de Territorio y Vivienda de la Generalitat Valenciana, el actual vicesecretario general del PP tumbó el plan que le presentó el yerno del Rey para urbanizar La Albufera y construir un puerto deportivo en ese espacio protegido. El entonces presidente autonómico, Francisco Camps, que bendijo previamente el proyecto, sacó al año siguiente a González Pons de su Gobierno y lo marginó políticamente, según han revelado a El Confidencial fuentes del PP valenciano.
González Pons, que el pasado martes compareció como testigo ante el instructor del caso Nóos, José Castro, aseguró al juez que Urdangarin y el promotor inmobiliario valenciano Enrique Bañuelos, entonces presidente de la desaparecida Astroc, le presentaron en 2006 un proyecto para recalificar unos terrenos de La Albufera, espacio protegido por su alto valor ecológico, con el fin de levantar un gran complejo urbanístico. El plan incluía la edificación de viviendas unifamiliares en la zona de El Saler y la construcción de un puerto deportivo en la desembocadura del nuevo cauce del río Turia, además de otras infraestructuras en pleno corazón de La Albufera.
Camps, que ya
había regado con abundante dinero público y sin concurso previo otros
proyectos del duque de Palma -las tres ediciones del Valencia Summit y
los I Juegos Europeos-, no se opuso a los planes de Urdangarin y
Bañuelos. Pero González Pons los rechazó frontalmente. El expresidente
de la Generalitat, cuyas aspiraciones políticas pasaban entonces por desembarcar en Madrid en un Gobierno con o sin Mariano Rajoy, calculaba que una buena relación con el yerno de don Juan Carlos -y, por extensión, con la Casa Real- podría favorecerle. Para su conseller de Territorio, sin embargo, el parque natural de La Albufera y El Saler eran sagrados.
Las relaciones entre Camps y González Pons ya eran por entonces bastante tensas.
El expresidente valenciano le quitó en 2005 la portavocía del Ejecutivo
autonómico y lo mandó a Territorio y Vivienda, y ese cambio sólo sirvió
para ahondar las diferencias que los separaban. Camps consideraba que
la política urbanística de González Pons era demasiado
ecologista, y la decisión de este de declarar parque natural el río
Turia desató abiertamente las hostilidades entre ambos, porque los
terrenos eran propiedad de la familia Trenor, uno de los clanes
burgueses más poderosos de Valencia y, por añadidura, muy bien
relacionados con Camps.
'Puente de plata'
El no de González Pons a los planes urbanísticos de Urdangarin fue la
gota que colmó el vaso. Camps no se lo perdonó, y un año después, en
2007, tras volver a ganar las elecciones autonómicas por mayoría
absoluta, apartó a González Pons del Gobierno autonómico y lo envió de
portavoz al Parlamento regional. El presidente de la Generalitat ya no
contaba con él, y un año más tarde se lo quitó definitivamente de encima
al incluirlo en la candidatura del PP al Congreso de los Diputados: el
actual vicesecretario de Estudios y Programas del partido aprovechó el puente de plata que le tendió Camps y se instaló en Madrid.
Las fuentes consultadas aseguran que la reunión que González Pons mantuvo con Urdangarin y Bañuelos en 2006 fue muy breve y no estuvo exenta de tensión. El yerno del Rey y el promotor inmobiliario se presentaron con el proyecto bajo el brazo, titulado Valencia olímpica, un puerto para La Albufera,
ligado a la celebración en la capital del Turia en 2010 de los I Juegos
Europeos. González Pons, según esas fuentes, rechazó una recalificacion
urbanística de la zona protegida, y recordó a Urdangarin que su
compromiso era conseguir que la candidatura de Valencia a esas olimpiadas europeas resultara ganadora.
Fue precisamente González Pons quien en diciembre de 2005, unos meses
antes de oponerse a los planes de Urdangarin para La Albufera, firmó el
convenio con el Instituto Nóos para la celebración en Valencia de los I
Juegos Europeos a cambio de casi seis millones de euros. El proyecto no
cuajó, pero eso no impidió que Urdangarin y su exsocio, Diego Torres, se embolsaran cerca de 400.000 euros. Durante su reciente declaración ante el juez Castro, González Pons descargó toda la responsabilidad en Camps, dando a entender que con su firma en el convenio se limitó a cumplir las órdenes de su entonces jefe político.
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