PP: patriotas a sobresueldo
Aznar
lo dijo de sí mismo cuando presentó sus memorias (escritas “sin corsés,
con franqueza y patriotismo“, según las notas de prensa que anunciaban
su publicación): “He intentado ser en mi vida un patriota razonable, un
buen español“. No en vano, y como prueba de ello, supongo, ordenó
que ondeara en la plaza de Colón de Madrid la bandera de España más
grande, de 294 metros cuadrados, sobre un mástil de 50 metros de altura y
19 toneladas de peso. Según dijo entonces su ministro de Defensa,
Federico Trillo, para “honrar la bandera de todos los españoles en la
capital del reino por medio de un mástil que pudiera enarbolarla a la
máxima altura posible”. Lo dejó también muy claro en el congreso
que su partido (“el único indispensable en este país” según afirmó en
ese mismo acto) celebró poco después de ganar las últimas elecciones: “Tenemos la determinación de hacer lo que España necesita, hacer patriotismo, que es lo que toca en este momento“. O cuando recibió un premio algo después en un pueblo de Toledo: “Hagamos
del patriotismo un compromiso diario y de la ambición por España una
gran oportunidad”. Incluso es su fórmula (“Necesitamos un baño de
trabajo y patriotismo“) para salir del fondo de la crisis en la que nos
encontramos, o mejor dicho, a la que nos ha llevado “tantas dosis de
incapacidad, insolvencia, deseo de dividir e interés por estar en el
poder, aunque sea a costa de los intereses de España”, es decir, justamente el antipatriotismo de los demás, de la anti España.
No le va a la zaga el nuevo presidente. Cuando hacía campaña electoral para llegar a serlo los medios reconocieron enseguida su oferta, así era de nítida: “Rajoy se niega a hablar de recortes y receta patriotismo contra la crisis“, titulaba
uno de ellos. Y en su tierra natal dejó bien clara su fórmula magistral
de gobierno para estos convulsos tiempos cuando señaló en un mitin que “el
esfuerzo, el coraje, la determinación y el patriotismo” son
“suficientes para sacar la situación económica adelante”. Y, como el
buen español de bien que reconoció en él otro gran patriota, el
malogrado Manuel Fraga, lo repite sin cesar allí por donde va: “no
mentir ni engañar a la gente”, para sacar a España se necesitará, sobre
todo, ”mucho patriotismo”.
Y tras de ellos dos, todos los demás patriotas.
El secretario general de cuando el patriotismo constitucional como
principio básico de su partido, Javier Arenas; el citado Federico
Trillo, posiblemente el ministro que más veces haya exaltado, jurado,
besado, portado u homenajeado a la bandera; la señora Cospedal, que por
patriotismo era por lo que nos decía que había que defender la reforma
laboral; Montoro, que cuando sube los impuestos afirma que lo hace
porque “lo más patriótico ahora mismo es pagarlos“; la vicesecretaria
andaluza, Esperanza Oña, que aboga por fomentar el patriotismo “generoso
y acogedor” en contra de quienes “desprestigian el cariño hacia España”
y que aboga por el fomento del patriotismo en España para combatir
políticas separatistas. Y así uno detrás de otro y de otra: Acebes, Mato, Lapuerta, Rodrigo Rato… ¡Luis Bárcenas!
Pero
es muy singular el patriotismo de todos ellos. Airean banderas por
doquier pero ponen en venta a media España y la hacen cada vez más
desigual dando privilegios a unos españoles en perjuicio de otros;
revientan de emoción cuando gana la selección española pero se alegran
cuando nuestros jóvenes mejor preparados emigran porque, dicen, es bueno
que sea fuera donde exploten sus talentos. Rezuman sentimientos de amor
patrio por los cuatro costados pero desprecian y criminalizan a los
compatriotas que no pensamos como ellos. Y, para colmo, resulta ahora
que sus constantes expresiones de patriotismo no son ni mucho menos
gratuitas ni generosas sino que se forran con ellas, porque los
políticos mejor pagados de la Patria con el dinero de todos los
españoles son patriotas a golpe de sobresueldos millonarios.
Patriotismo de puro teatro, un viaje a ninguna parte. No me extraña que cobren los sobresueldos en concepto de gastos de representación y de dietas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario