Las "recomendaciones" impuestas por Bruselas a España: primeras impresiones
La Comisión Europea relaja el objetivo de déficit para la economía
española en los próximos años pero, a cambio, le “recomienda” una
batería de hasta 30 medidas y reformas que tienen como objetivo
dinamizar la economía española. Antes que nada, es bueno preguntarse por
qué Bruselas puede decidir no sólo el déficit que tendrá España sinó
las políticas que deberá implementar. Para responder a la pregunta
debemos remontarnos a junio de 2012, cuando Europa tuvo que "rescatar" a
España. ¿Recordáis? Hubo un enorme debate sobre si aquello era un
rescate o, como decía el gobierno, un "préstamo en condiciones
favorables". El debate no era semántico. Un "préstamo en condiciones
favorables" no estaba asociado a ningún tipo de obligación
"macroeconómica". Simplemente se tenía que devolver. Un rescate, por el
contrario, implicaba que unos "hombres de negro" controlarían la
política económica española hasta que España saliera de la crisis. La
letra pequeña del "Memorandum of Understanding" (el MOU) que discuimos
en este blog, ya dejaba claro que el rescate bancario español iba ligado
a "condiciones fiscales, macroeconómicas y estructurales". El gobierno
de España ha hecho el despistado durante un año pero los europeos se han
dado cuenta y hoy han "recomendado" (traducción: han impuesto) toda una
serie de medidas "fiscales, macroeconómicas y estructurales").
Curiosamente el debate sobre si aquello era un rescate o un "crédito en
condiciones favorables" ha desaparecido de las páginas de los periódicos
pero hoy, el comisario Ollin Rehn le ha recordado al gobierno de don
Mariano Rajoy que esos requerimientos iban en serio y se deben cumplir. Y
de paso, ha demostrado que, una vez más, Mariano Rajoy y sus ministros
nos estaban mintiendo: resulta que el "crédito en condiciones
favorables" iba ligado a unas estrictas condiciones de política
económica de las que el gobierno español no se podrá escaquear.
Vamos por partes. El nuevo objetivo de déficit es de 6,5% en 2013, 5,8%
en 2014, 4,2% en 2015 y 2,8% en 2016. Esta relajación de los objetivos
de déficit este año y los próximos dos, van a reducir el “dolor” a corto
plazo pero van a implicar un mayor endeudamiento del estado. Y eso,
naturalmente, va a conllevar una crecientemente sofocante partida de
intereses que poco a poco se va comiendo los impuestos que pagan los
ciudadanos y que va a conllevar dolor a medio y largo plazo. Por lo
tanto, Bruselas permite que no se realicen tantos recortes a corto plazo
a cambio de una mayor factura financiera a medio y largo plazo.
Lógicamente, le reducción de la austeridad aliviará un poco la crisis
económica aunque no será la panacea que conduzca a la economía hacia el
crecimiento del PIB.
Para inducir y fomentar el crecimiento económico, Bruselas ha diseñado
toda una batería de propuestas y reformas (hasta 30 medidas) que España
debe implementar. Agruparé las medidas en 5 grupos:
Primero, más eficiencia en el gasto público. La UE piensa que no sólo el
estado español gasta demasiado sino que gasta mal. En este sentido,
recomienda que se reduzca el gasto administrativo a todos los niveles
(demasiada burocracia inútil) y se apruebe un plan de eficiencia de la
administración pública antes de Octubre de 2013.
Además, pide que se racionalice el gasto sanitario (sobre todo el
farmacéutico en hospitales) y se mejore la eficiencia y la coordinación
de los centros sanitarios. La reducción del gasto sanitario deberá
hacerse, sin embargo, sin reducir la acesibilidad de los grupos más
vulnerables a la sanidad pública. No sé qué implica todo esto sobre el
copago farmacéutico.
La UE recomienda que se “desindexen” los salarios de los funcionarios y
otros de precios del sector público del IPC. Esto quiere decir que los
salarios y precios que se revalorizan automáticamente cada año cuando
sube el IPC deben dejar de hacerlo. Así, en épocas de crisis como la
actual, las cuentas del sector público no se deteriorarán tan
rápidamente cuando caigan los ingresos y el gobierno esté obligado a
seguir aumentando los gastos porque estos están “indexados”. En este
sentido, Bruselas recomienda que se apruebe cuanto antes una Ley de
Desindexación.
También pide que se ponga fin las obras públicas en infraestructuras no
rentables. Deben haber visto los vídeos de Jordi Évole con aeropuertos
fantasma, AVEs sin pasajeros y carreteras que no van a ninguna parte.
Toque de atención para el AVE que el presidente del gobierno quiere
construir para ir a su pueblo.
Otra recomendación importante es que se acabe con el déficit tarifario
eléctrico. Básicamente, los anteriores gobiernos del PP y del PSOE
intentaron promover las energías renovables, unas energías que, de
momento, son mucho más caras que las tradicionales. Sin embargo, no
quisieron pasar la factura de esas energías mucho más caras a los
ciudadanos. La diferencia entre el coste real de la energía y el precio
que se cobraba a los consumidores fue asumido por el estado en forma de
deuda. El gobierno debe, pues, una enorme cantidad de dinero (parece que
unos 30.000 millones de euros) a las empresas energéticas. Toda esta
locura debe acabar inmediatamente, indica Bruselas.
Y finalmente, en el capítulo de la racionalización del gasto, la UE
recomienda adoptar todas esas medidas sin dejar de proteger a los
colectivos con riesgo de caer en la pobreza y la marginación.
Segundo, reformar la seguridad social para que sea “sostenible”.
Traducción: reducir las pensiones futuras y no aumentar tanto las
pensiones actuales. Para ello, requieren que se intruzcan "factores de
sostenibiliadad" en el sistema de pensiones. En el post del otro día
expliqué los factores de sostenibilidad que estaba considerando el grupo
de expertos por lo que no voy a repetir aquí lo que se está
considerando. Solamente decir que una de las recomendaciones de Bruselas
es que los “factores de sostenibilidad” sean introducidos
inmediatamente y no esperar al 2027 como dice la ley de 2011.
Tercero, “revisar” el sistema impositivo. Traducción: cuando Rajoy decía
ayer que estaba considerando bajar los impuestos, nos estaba engañando
de nuevo porque los impuestos van a subir. Bruselas no dice que se deba
subir los tipos impositivos del IVA pero sí que muchos de los productos
que actualmente tienen tipo reducido pasen a tener tipo normal. Entre
los productos susceptibles de experimentar aumento del IVA están el
material sanitario e instrumental (cosa que va a complicar la reducción
de costes que requiere el punto número uno) y los hoteles, restaurantes y
trabsposte de viajeros, cosa que va a afectar al sector turismo, hasta
ahora el único motor que funciona de la economía española. Naturalmente,
en el grupo de tipos reducidos susceptibles de incrementar, también
están los alimentos, la vivienda y el agua.
En la rueda de prensa que el ministro Montoro dio unas horas después de
que se anunciaran las medidas, don Cristóbal se mofó de los periodistas
que habían escrito que Bruselas recomienda que se suba el IVA. “Que
alguien me diga por favor donde dice Bruselas que se suba el IVA”, decía
desafiante el ministro. Ya se lo diré yo, don Cristóbal: en el punto 2
de las recomendaciones, página 8 se recomienda que algunos de los
productos que ahora tienen tipos reducidos pasen tener tipo normal. Es
decir, a esos productos se les va a subir el IVA por más que el ministro
nos trate de ignorantes.
Además, Bruselas recomienda la introducción de impuestos
medioambientales (traducción: gasolina más cara para todos) y cambiar la
fiscalidad de las empresas para que no tengan tantos incentivos a
endeudarse. La deuda privada es, junto con la pública, uno de los
grandes problemas de la España actual.
Cuarto, seguimiento de las reformas del mercado laboral ya implementadas
y mejorar las políticas activas de ocupación. No está claro qué quiere
decir “seguimiento” de las reformas ya hechas y qué se debe hacer una
vez el seguimiento diga que no están funcionando. Lo que sí queda claro
es que las políticas activas de ocupación deben implementarse
inmediatamente. Políticas activas son las que el gobierno implementa
para ayudar a los parados a encontrar trabajo. En este sentido, Bruselas
recomienda que se modernice el Servicio Público de Empleo (el INEM)
para garantizar la asistencia individualizada a los desempleados según
su perfil y su formación. También pide que se acelere la cooperación
entre el sector público y privado para facilitar la contratación (es
decir, que se fomenten las ETT).
Especial preocupación tienen los europeos por los jóvenes y los parados
no cualificados (el 35% de los parados en España no tienen
cualificación). Aquí Bruselas pide peras al olmo ya que recomienda una
profunda reforma del sistema educativo. Irónicamente, lo hace cuando no
hace ni una semana que el gobierno ha aprobado una de esas reformas.
Supongo que Bruselas también ve que la única manera de mejorar la ley
Wert es tirarla a la basura. Hay que introducir un sistema educativo que
enseñe a los jóvenes cosas útiles, que reduzca el abandono escolar
prematuro, que potencie la educación contínua y que se haga en 2013 a
más tardar. La educación es la clave del crecimiento y los sucesivos
gobiernos españoles no se han tomado en serio el problema de la
educación. A ver si los europeos les obligan a ponerse las pilas.
Y quinta, la competitividad. Por fin llegamos a la clave del problema.
Hay que aumentar la productividad de los trabajadores y las empresas
españolas. Basta ya de esconderse tras la excusa “es que las reformas
para fomentar la competitividad tardan mucho en surtir efecto”!!! Hace
ya 6 años que estamos en crisis. Si al comenzar la recesión hubieran
hecho caso a los que decíamos que hay que invertir en productividad y
competitividad, las reformas que tardan menos de 6 años en surtir efecto
ya estarían dando sus frutos! ¿Qué recomienda Bruselas para fomentar la
competitividad? Pues una parta ya lo he dicho: ¡educación! Además,
quieren que los entes reguladores en todos los sectores se dediquen a
regular en favor de la eficiencia y no en favor de los lobbies, los
clientes, los partidos, los chupópteros de toda índole.
La UE quiere que se liberalicen los sectores protegidos por castas de
funcionarios (“sectores profesionales”, los llaman) que tienen como
único objetivo poner trabas a la competencia para vivir de rentas. En
este sentido requieren que se haga una ley de Colegios y Servicios
Profesionales. España debería convertirse en un país donde los
emprendedores ganan dinero porque tienen buenas ideas y hacen las cosas
bien y no un país donde quien gana dinero lo hace porque está protegido
por las estructuras del estado. También requiere "unidad de mercado",
una unidad de mercado que debe ser a nivel europeo: no tiene sentido que
una empresa china que está decidiendo si invertir en Europa o Estados
Unidos, vea que si se va a Estados Unidos se va a tener que comprar un
solo teléfono móvil. También va a tener que contratar a un solo abogado,
un solo contable y un solo notario. Si viene a Europa, sin embargo, va a
tener que contratar 27 teléfonos (si no lo hace, cada vez que cambie de
país lo van a acribillar a "roaming"), 27 abogados, contables y
notarios. Por más que lo digan los pro-europeos, Europa NO ES un mercado
común en los servicios y eso lo deben arreglar. Y eso no lo puede
arreglar el gobierno de España. Lo debe arreglar el gobierno de Europa.
Se recomienda fomentar la emprendiduría y la internacionalización de las
empresas, reducir las barreras, los permisos, los procedimientos y las
licencias que imponen los burócratas. Debe facilitarse la creación y el
cierre de empresas, limitando la responsabilidad personal del
emprendedor en caso de quiebra. También pide el fin de la discriminación
contra las grandes superficies a favor de los lobbies de pequeño
comercio (una medida que expliqué en este post, en catalán).
Resumiendo, Europa relaja los objetivos de déficit para España y, a
cambio, le obliga a hacer todo tipo de reformas. Dejadme acabar con
algunos pensamientos aleatorios.
Primero, de alguna manera, da la impresión de que Europa ha dejado de
confiar en España a la hora de hacer reformas (ha prometido muchas pero
ha hecho pocas) y que a partir de ahora va a marcar mucho más de cerca. Y
esto está bien.
Segundo, todos los que aplauden la relajación del déficit porque eso va a
implicar “menos recortes”, que lean de nuevo este post: se va a subir
el IVA para algunos de los productos que ahora tienen tipos reducidos,
se van a subir otros tipos de impuestos (¿gasolina?), las pensiones y
salarios de funcionarios van a dejar de subir automáticamente y la
factura de la luz va a ser más cara. Es decir, los ciudadanos van a ver
reducido su poder adquisitivo. Seguramente todo esto es parte de la
llamada "devaluación interna" que consiste en reducir salarios reales
para volver a ser competitvos. Ese es un error. La competitividad debe
alcanzarse a través de una productividad y no de un menor salario.
Tercero, lo más decepcionante del anuncio de hoy es la poca concreción
de las medidas. Muchas de ellas suenan bien y van en la dirección
correcta. Pero según como se implementen pueden acabar siendo inútiles o
perjudiciales. Como dicen los americanos, "the devil is in the
details".
Y cuarto, a la espara de ver cómo se implementan las reformas educativa y
las medidas de fomento de la competencia y la competitividad, la mejor
noticia de hoy es que se vuelve a hablar de competitividad. Después de
años discutiendo sobre si la austeridad reduce o aumenta la demanda
agregada de la economía y despues de que tipos como Paul Krugman nos
intentaran hacer creer que la única manera de crecer era con la
expansión del sector público (menos austeridad), parece que el debate ha
cambiad por fin. El problema de la falta de crecimiento no es de
demanda sino de oferta. Cuando España consiga crecer al 3 o 4% anual,
las medidas fiscales, los déficits, las deudas y las primas de riesgo
dejarán de ser importantes. La clave está, pues, en conseguir ese
crecimiento y eso solo va a suceder por la via de la oferta. Por la vía
de la productividad. Por la vía de la competitividad. España ha perdido
seis años en el empeño. No se puede perder ni un segundo más. Y Bruselas
está de acuerdo: cuanto antes se empiece, mejor.
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