20130629

A por el 'cuponazo' cervical

A por el 'cuponazo' cervical

  • Los intentos de fraude a las aseguradoras crecen en un año un 10% en Gipuzkoa. El año pasado se detectó un incremento «notable» en fraudes de baja cuantía, de hasta 500 euros, «compatibles con la situación de crisis
  • «Cuando alguien alardea de haber engañado al seguro, llévate la mano a la cartera: lo pagamos entre todos»
  • «Hay a quien le hurtan el móvil o las gafas de una terraza y denuncia que ha sido bajo amenaza»
  • «En ese caso, además del intento de estafa, se está incurriendo en un delito de falsedad documental»
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Intentar 'colar' un golpe preexistente para reparar el coche sin soltar un euro, simular un 'cuponazo' cervical, como llaman en el sector a esos latigazos fingidos tras un choque para cobrar una indemnización, o tratar de renovar 'por la patilla' algún electrodoméstico de casa. Las compañías aseguradoras están familiarizadas con la picaresca, con intentos de engaño últimamente más numerosos. «Los casos de pequeño fraude se están investigando precisamente más ahora que nunca porque es donde se ha notado un incremento compatible con la crisis», explican desde Unespa, la patronal de las aseguradoras, que el año pasado destinaron 9,5 millones a perseguir el fraude, un 18,3% más que en 2011.

De hecho, las cifras confirman este incremento de intentos de fraude, que en el caso de Gipuzkoa ha pasado de 1.322 casos detectados en 2011 a un total de 1.454 en 2012, una subida del 10% general que alcanza el 16% si se analizan los engaños que se tratan de perpetrar en seguros de automóvil, según el último informe de Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones-ICEA. En el conjunto de la Comunidad Autónoma Vasca, el año pasado se detectaron 5.261 intentos de fraude, frente a los 4.420 del año anterior.

Las aseguradoras distinguen habitualmente dos tipos de fraude. El organizado, el de las tramas profesionales, «que son recurrentes, se mantienen en el tiempo y se mueven entre países. Están más vinculadas a la persecución judicial y policial», explica Javier Fernández, director de comunicación de Unespa.

Se trataría, por ejemplo, de las tramas que se dedican a robar coches, sacarlos del país y venderlos, o cambian las matrículas de dos vehículos similares para intentar que la aseguradora se haga cargo del que estaba previamente accidentado. «No se trata del defraudador ocasional, es más profesional, e incluso pueden ser redes con talleres, abogados e incluso peritos», explica Mariano Villa, responsable de lucha contra el fraude de Lagun Aro.

Más en los automóviles

Y luego están los fraudes más ocasionales, «más burdos», señala Fernández, quien recuerda que este tipo de engaños «no se comete al seguro, sino al resto de los asegurados», que son los que el año siguiente van a sufragar ese engaño con un incremento de la prima. «Cuando alguien va a un bar y comenta su fraude no te rías. Lo que tienes que hacer es echar mano de tu cartera», dice. Ya lo dice el eslogan de ICEA: unos pocos lo utilizan y entre todos lo soportamos. Este es, precisamente, el tipo de engaño que más ha aumentado con la crisis. En 2012 se produjo un «notable incremento», del 20%, en fraudes de baja cuantía de hasta 500 euros, «lo que es compatible, aunque no justificado, con el actual escenario de crisis», señala el informe. Por tipología, es en el seguro del automóvil donde más fraudes se detectan. En Gipuzkoa, en concreto, 1.036 casos el año pasado, 145 más que en 2011. En el conjunto de España, se identificaron 107.589 engaños de este tipo. Dentro de este tipo, la ocultación de daño o preexistencia es el más numeroso (34%). Es el clásico fraude «en el que tienes un golpe en el coche, que está a terceros, llamas a la compañía, contratas un todo riesgo por daños propios por teléfono y envías una foto de un coche que no es el tuyo», explica Fernández.

A continuación se sitúa el siniestro simulado, con un 24% de los casos. «Por ejemplo, hay un siniestro que ha ocurrido de una manera en la que no tendría cobertura, como un seguro a terceros. Entonces tengo un amigo, un conocido o un compañero de trabajo que dice que me lo ha causado. Ha habido un daño real pero no de la forma en la que declaran que ha ocurrido», cuenta Villa.

A la vez que presenta su informa anual, ICEA entrega los premios del concurso sectorial de detección de fraudes. En la última edición, uno de los casos premiados se refería a una familia de cinco integrantes que alegó tener un dolor de cuello permanente. El portavoz de Unespa asegura que «el latigazo cervical está a la orden del día. Tienes un accidente, dices que te duele, y entonces el seguro tendría que pagar. Pero como aseguradora vas al juez y dices: 'mire, yo me he gastado en reparar ese coche 0,79 euros en un intermitente, con lo cual eso no puede provocar daño cervical'. Esto está pasando».

Hasta el punto de que en el argot del sector se habla de 'cuponazo' cervical. «Es cierto que detrás de estos esguinces suele haber un informe médico, pero también es verdad que esta lesión es más fácil de simular que otras», señala Villa, quien recuerda un caso en Lagun Aro en el que un vehículo chocó contra otro, cuyos cuatro ocupantes alegaron sufrir este tipo de latigazo. Fue un choque en el que no intervino ninguna autoridad, una colisión por detrás en la que no se dio parte al principio porque «en caliente no te das cuenta y al día siguiente vas a urgencias».

La investigación, reconoce Villa, no fue muy ardua, porque cuando comentaron a su cliente que ya habían recibido la reclamación de los cuatro ocupantes éste les respondió: «¿Cómo que cuatro? ¡Pero si solo iba el conductor en el coche!».

La reclamación desproporcionada (22%), la exclusión de cobertura (9%) y la falsedad de documentos (6%) son otros de los fraudes más comunes en el seguro del automóvil.

Cambiar la vitrocerámica


En cuanto a las pólizas de la tipología 'Diversos y responsabilidad civil', el año pasado se detectaron 339 en Gipuzkoa, frente a los 362 de 2011. Se dan, por ejemplo, en los seguros multirriesgo de las viviendas. «Ahí lo típico es intentar renovar algún electrodoméstico a cuenta del seguro. Darle un golpe a la vitrocerámica, o decir que te han robado en casa e intentar incluir en el robo más cosas de las que realmente tenías».

También se 'disfrazan' de robo algunos hurtos. Las aseguradoras sí se hacen cargo de los primeros, cuando se producen bajo amenaza y coacción, pero no cuando, por ejemplo, alguien deja las gafas de sol o su teléfono inteligente encima de una mesa de una terraza y se los roban.

El responsable de lucha contra el fraude de Lagun Aro recuerda que el fraude es un delito tipificado, «pero en algunos casos además del intento de estafa hay otro delito, que es el de falsedad documental, porque se denuncia ante la policía casos de falsos de robos, lo que puede llegar a estar penado con la privación de libertad».

La salud también es fuente de fraudes. Por ejemplo, ocultar daños preexistentes, «tener una enfermedad muy grave y hacerte un seguro de salud, un seguro de vida, sin comunicarlo. El seguro, legalmente, no puede asegurar siniestros que ya se han producido», recuerdan desde Unespa. Villa apunta a otra tipología similar: «Sufres un accidente de tráfico, dices que esa lesión proviene de ese siniestro cuando realmente lo sufrías antes».

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