20130609

Crímenes… ¿machistas?

en la nueva religión "de género" la mujer es el epicentro de todo (no faltan políticas y recursos para "visibilizar" la mujer), y un ejemplo moral; otro dogma irrebatible es presentar al hombre como el "demonio", algo que ahora se denomina "machismo"; luego se va repitiendo el dogma y ya tenemos demonios en cada casa y machismo en cada esquina.. disfruten lo votado..


Crímenes… ¿machistas?


UN hombre ha machacado a una mujer hasta llevarla a un estado de coma del que, finalmente, no se pudo recuperar. No era la primera mujer que moría a manos de ese hombre. Al menos otra ha corrido la misma fatal suerte. Los crímenes han sido cometidos por alguien que había construido su vida sobre una gran mentira. Y nos han conmocionado profundamente.

Esos asesinatos han sido catalogados; al haber sido calificados como crímenes machistas se les ha asignado una categoría, la de "violencia de género". Pero yo me pregunto si, efectivamente, han de ser considerados bajo ese prisma o si, en realidad, no debieran ser tomados, simplemente, como dos asesinatos más, por horribles y repugnantes que sean. Me lo pregunto de forma ingenua, porque desconozco la respuesta.

Cuando un hombre mata a otro hombre después de torturarlo, -esas cosas ocurren aunque, afortunadamente, poquísimas veces-, se trata de un asesinato, sin más aditamento. Pero cuando la víctima es una mujer, además de ser un asesinato parece que es un "crimen machista" casi siempre, sean cuales sean sus circunstancias o las motivaciones que lo provocan. Y sin embargo, no están claras las razones por las que ese crimen merece esa consideración; al menos para mí no lo están, porque también podría ser considerado como el acto de uno de esos asesinos en serie que pensamos que solo existen en las películas y series de televisión.

¿No será que el sello "violencia de género" nos sirve para asignar al crimen una categoría y que, obrando así, nos resulta más fácil entender el fenómeno? Evitamos de ese modo enfrentarnos al perturbador hecho de que hay crímenes absurdos, sin sentido. Es más, al categorizarlo, le asignamos una causa social última. Y es que cuando pensamos que las raíces de un comportamiento patológico son de naturaleza social, cuando creemos que obedece a la (mala) educación, cuando localizamos su origen en el entorno en que vivimos, en cierto modo lo racionalizamos. Le asignamos una causa que, por abominable que sea, podemos "entender". Y no solo le otorgamos un origen "comprensible" (ojo, digo comprensible como sinónimo de "inteligible", en absoluto "justificable"), sino que, además, le atribuimos unos responsables últimos que, en el fondo, son quienes, supuestamente, mantienen o ayudan a mantener un status quo basado en la desigualdad entre hombres y mujeres. Así, algo en principio absurdo se convierte en la consecuencia de un estado de cosas que, en última instancia, tendría su origen en las desigualdades entre hombres y mujeres y, por lo tanto, en un "sistema injusto".

Vergonzoso

Lo siento, pero no alcanzo a entender las razones por las que el asesinato de una mujer a manos de su marido y los crímenes del gimnasio bilbaino pertenecen a una misma categoría o comparten una misma causa última. Quizás sean sólidas, pero se me escapan. Mis dudas, por cierto, nada tienen que ver con un aspecto de este macabro episodio que debiera ser, ese sí, motivo de reflexión: la forma hipócrita, mezquina y culpable con que tratamos la inmigración de los pobres y la prostitución.

La desprotección y desamparo que producen el cóctel de inmigración ilegal y prostitución es inaceptable y vergonzoso. Y ha tenido, como hemos visto en este caso, fatales consecuencias. Hay mucho que cambiar en lo relativo a la inmigración y la situación social y legal de quienes ejercen la prostitución; eso sí está en nuestras manos. Pero me temo que personajes tenebrosos como el falso monje shaolín los habrá siempre, porque la educación o una sociedad más igualitaria no evitarán su existencia, por muy perturbador que eso nos resulte.

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