evidentemente: sólo los pobres pagan impuestos
El rey se niega a pagar los impuestos de sus dos ferraris, pese a los requerimientos de Hacienda
La Agencia Tributaria ha abierto dos expedientes de impago a Hacienda
por la importación de dos vehículos marca Ferrari que, procedentes de
los Emiratos Arabes Unidos, fueron obsequiados al rey Juan Carlos tras
una visita a Abu Dhabi junto a la princesa Corina. El expediente fiscal,
que tiene fecha de diciembre de 2011, consta de una declaración
tributaria complementaria y otra de requerimiento de pago por vía
ejecutiva, pero no ha podido cobrarse aún porque la Casa Real española
se niega a ello.
En el expediente consta como es el sr. Mohamed bin Rashid al Maktoum, a
la sazón jeque y primer ministro de los Emiratos Árabes, quien envía
desde Abu Dhabi dos ferraris, cuyo valor de mercado es de 500.000 euros.
La legislación tributaria española obliga a los receptores de este tipo
de dádivas a declararlas en el IPRF y abonar a Hacienda el impuesto
correspondiente por la importación del vehículo. Según fuentes
parlamentarias, el jeque Mohamed bin Rashid al Maktoum se negó a abonar
dicho impuesto y alegó que debía ser el destinatario del regalo el que
lo sufragara, toda vez que era la única cantidad que debía satisfacer
por el costoso envío. Pero Casa Real no admitió tal obligación, alegó
que los ferraris eran de Patrimonio Nacional y dio órdenes para que se
retiraran sin pagar de la zona de aduanas del aeropuerto de Barajas
(Madrid), toda vez que los dos vehículos llegaron en avión.
Los trabajadores de Barajas no se explican como pudo Casa Real retirar
los dos ferraris de la aduana sin satisfacer los impuestos, algo que
está contrastado porque al menos dos grupos parlamentarios poseen una
copia de la declaración fiscal complementaria que se elaboró al
respecto, así como la reclamación del pago por la vía ejecutiva. A
cualquier ciudadano le es imposible retirar de la aduana de Barajas
cualquier producto de importación si antes no se ha satisfecho el pago
de los impuestos del mismo, pero alguien “de arriba”, según estas mismas
fuentes, dio la orden para que los dos ferraris se recogieran en el
aeropuerto y se llevaran a la Zarzuela sin sufragar ningún pago o
promesa del mismo. Policías, inspectores de aduanas, funcionarios de
Hacienda y trabajadores del recinto tuvieron que doblegarse ante las
severas instrucciones recibidas por un alto funcionario que dejó además
un documento escrito al respecto.
Aunque la documentación del “caso de los ferraris” del rey es pública y
contiene un voluminoso conjunto de papeles oficiales con todos los
impresos que una importación tan lujosa acarrea, ningún grupo
parlamentario de los que componen las dos cámaras (PP, PSOE, IU, CiU,
PNV, UPyD) solicitó explicación alguna cuando estalló el escándalo, no
solo en España sino a nivel internacional. Entonces, Izquierda Unida fue
el único partido que se limitó a realizar una inocente pregunta por
escrito, la forma de control parlamentario más benigna para el Gobierno,
toda vez que no obliga a explicación oral o comparecencia parlamentaria
alguna y puede dilatarse meses en la respuesta. Obviamente, la Casa
Real, a través del Ministerio de la Presidencia, respondió con una serie
de vaguedades e incluso insolencias, pues alegó que ni pensaba
venderlos para paliar el déficit público ni destinarlos a un Museo para
disfrute de todos los ciudadanos: ““las posibles reformas normativas e
iniciativas de distinta índole a las que alude Su Señoría no están
incluidas entre los compromisos asumidos por el Gobierno”, le replicó a
Cayo Lara.
Éste diputado, lejos de molestarse por el desplante, ni solicitó
comisión de investigación alguna, ni obligó a comparecer al ministro de
Hacienda, Cristóbal Montoro o a la vicepresidenta Soraya Saenz de
Santamaría (la responsable de los gastos de la Casa Real), ni formuló
ninguna pregunta en el pleno del Congreso o en alguna de las numerosas
comisiones del Congreso o del Senado. La Casa Real y el Gobierno, en
complicidad con la oposición, se limitaron a esperar a que “pasara el
chaparrón”, en palabras de un diputado monárquico socialista, que
pronosticó que “ni IU ni UPyD harán sangre del tema y el tiempo
confirmará lo que digo”. Y en efecto, un año después, el tiempo le ha
dado la razón: los dos ferraris fueron retirados de Barajas sin pagar un
euro, ante la estupefacción de las decenas de trabajadores del
aeropuerto que fueron testigos del abuso y el silencio cómplice de los
350 diputados y 265 senadores cuyos sueldos pagan todos los ciudadanos.
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