Con ministros, asesores, "personal de confianza", cargos y carguitos.. que nunca han trabajado en la privada, ni siquiera han estudiado más allá de la Educación Básica.. es lo que hay..
No somos los aventureros que dicen. Venimos a Alemania muertos de miedo'
Un
lado de la maleta va cargado de esperanzas e ilusiones. El otro está
lleno de miedos y dudas. Es el equipaje, equilibrado al principio, que
han hecho muchos españoles en los últimos meses. Un billete de ida y una
bolsa de viaje para buscarse la vida en Alemania. La suerte, los
contactos y la capacidad de adaptación decidirán el resto. Si es un
destino para quedarse y mejorar o si el paraíso soñado no es tal y las
ganas de volver pesan más que cualquier otra cosa.
Según la Oficina Federal de Estadística de Alemania, casi la mitad de
los emigrantes que prueban suerte en el país regresan al cabo de unos
meses. ¿Por qué? ¿Cuáles son las dificultades que han encontrado?
Responder con datos a estas cuestiones es el objetivo de la encuesta
online que plantea el Real Instituto Elcano y que estará abierta hasta
el 30 de junio. La investigadora Carmen González Enríquez explica a
ELMUNDO.es que la intención es doble: "Una puramente analítica, para
conocer bien el perfil de españoles que están emigrando y, en segundo
lugar, queremos ver cuáles son los obstáculos que enfrentan para hacer
propuestas a los Gobiernos que realmente faciliten la movilidad
europea".
Ya hay cosas que saben de antemano. Por ejemplo, que esta emigración es
muy diferente a la que se produjo en los años 60. "Se está marchando una
población universitaria muy cualificada y eso es distinto a lo que
ocurrió hace cinco décadas, cuando se iba mano de obra sin cualificar",
señala Carmen. Otra diferencia es que antes "era el resultado de un
proceso organizado. Había acuerdos entre los países y los españoles se
iban ya con un puesto de trabajo buscado y casi con alojamiento. Ahora
va cada uno por libre, a buscarse la vida con mucha angustia", añade.
"La emigración de ahora es muy distinta a la que se produjo en los años 60"
Alemania se ha convertido en el principal polo de atracción de la nueva
emigración que procede de los países de Europa del Sur, con Italia a la
cabeza, seguida por Grecia y España. La inmigración hacia las ciudades
germanas batió un récord en 2012, con 1.081.000 personas, un 13% más
respecto al año anterior y la cifra más alta desde 1995. "Sin embargo,
el número de salidas es también muy alto: 579.000 extranjeros se fueron
de Alemania el pasado año", señala González Enríquez.
"Los jóvenes aspiran a encontrar fuera un trabajo acorde a sus estudios.
Pero no es lo que les ofrecen y entonces llega la decepción", explica
la profesora.
El que vuelve
Llegó a Berlín hace seis meses y ya tiene preparada su vuelta a España
este mismo mes. Siempre supo que su estancia en Alemania sería temporal,
aunque pensó que aguantaría un poco más. Pero las cosas han cambiado
para Eduardo S., gaditano licenciado en Historia, que antes de tomar la
decisión de abandonar su país estaba preparando unas oposiciones que se
cancelaron. "Ahora me han ofrecido un trabajo en Cádiz, un negocio
familiar que me permite seguir formándome". Sabe que es "un milagro" en
los tiempos que corren y no se lo ha pensado un segundo.
"Me marché en enero. No hablo alemán pero tengo buen nivel de inglés y
elegí esta ciudad porque conocía a gente. Vine a buscarme la vida sin
trabajo pero teniendo los contactos, que en mi opinión es bastante más
importante, pues conseguir una habitación para vivir o saber de antemano
el farragoso papeleo burocrático que hay que realizar al llegar son
problemas complejos", explica a ELMUNDO.es. Eduardo, como otros en su
misma experiencia, repite que "es difícil que te alquilen una habitación
siendo extranjero" y la situación económica de los españoles tampoco
ayuda.
En Berlín el alemán no es indispensable para trabajar, pero "sí lo es si
tienes pensado progresar. Así que lo normal es acudir a clases todos
los días durante dos, tres y hasta cuatro horas y enfrentarse a la
disyuntiva de trabajar o de estudiar el idioma, convirtiéndose en una
pescadilla que se muerde la cola. Muchos optan por aceptar media jornada
en los famosos minijobs".
"La situación de España desde fuera se ve muy negra"
Para este gaditano de 29 años, "la mayoría de los españoles que he
conocido no son esos aventureros de los que se habla, sino personas
obligadas a emigrar por circunstancias económicas". Y reconoce que
"todos llegamos a un país extranjero, con un idioma que no hablamos y
cagados de miedo".
En cuanto a los empleos que se pueden conseguir rápido, este joven
cuenta que "se trabaja mucho en negro, especialmente si el empleador no
es alemán. Y cobrando poco. Es muy habitual en los hoteles de cuatro y
cinco estrellas que las plantillas estén compuestas por emigrantes
españoles que trabajan ocho horas por 300-500 euros y una promesa de
contrato indefinido que no suele llegar". Él trabajó en un restaurante
mexicano, por 10 euros la hora.
La situación de España desde fuera "se ve muy negra. No conozco a nadie
que tenga posibilidades a corto plazo de regresar. Y para quienes
quieren volverse, esta impotencia es una losa muy pesada en el día a
día". No obstante, Eduardo valora positivamente la experiencia. También
se ha divertido, y se ha hecho más fuerte.
El que se queda
Héctor Llanos se fue hace tres años a Berlín, "cuando la situación en
España era parecida pero no la misma. Los que llegamos entonces teníamos
un perfil muy distinto porque nuestra decisión de abandonar España y
viajar era una elección personal y deseada, mientras que ahora es un
plan B".
Según este periodista 'freelance', "la gente que llegó conmigo era en su
mayoría la pareja de un alemán o una alemana o parejas de españoles en
los que uno de los dos llegaba con un trabajo bajo el brazo (no
buscándolo) y el otro, ya de paso, intentaba huir de la crisis española.
Queríamos estar aquí. Pero eso ha cambiado y la gente ahora viene tras
llevar mucho tiempo en paro y algunos sin que les guste el idioma o el
país y así es muy difícil adaptarse".
Desde su experiencia, ve que "muchos españoles se están volviendo, pero
los últimos en llegar". En Berlín, que es diferente al resto de ciudades
alemanas "te puedes permitir venir a ver qué pasa y después marcharte o
no, porque es barata", dice Héctor. "La situación de España no es muy
esperanzadora. Desde la distancia es aún peor de lo que esperábamos",
concluye.
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