20130625

¡Pinchazo! La rentabilidad de la deuda se dispara un 45% desde mayo en los países desarrollados

¡Pinchazo! La rentabilidad de la deuda se dispara un 45% desde mayo en los países desarrollados

Lo que hicieron los bancos centrales, los bancos centrales lo están deshaciendo. Ha bastado la alusión de la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, a que irá retirando los estímulos en los próximos meses para remover los cimientos de los mercados financieros. Todos, en general, pero uno muy en particular, el de la deuda pública o soberana, es decir, el de los títulos emitidos por los estados para financiarse. En su caso, las palabras de la Fed confirmaron las sospechas que ya venían albergando los inversores y han acelerado las ventas que ya se estaban produciendo desde comienzos de mayo. Desde entonces, el rendimiento de los bonos a 10 años de los países desarrollados se ha disparado de media un 45%, un impulso que ha situado las rentabilidades de los títulos de varios de estos países en máximos desde 2012 e incluso desde 2011.

La mayor dosis de ventas, con el consiguiente repunte de los rendimientos, que suben cuando el precio de los títulos baja, se las ha llevado el mercado más directamente afectado por el viraje estratégico que ha esbozado la Fed: el estadounidense. Desde comienzos de mayo, la rentabilidad de los treasuries a 10 años ha subido en 92 puntos básicos, hasta el 2,54%. O lo que es lo mismo, un incremento porcentual del 57% que ha situado el rendimiento en máximos desde agosto de 2011.

Sus hermanos mayores, los títulos a 30 años, también se han tensado hasta el 3,55%, el nivel más alto desde el verano de 2011. En el caso norteamericano, el repunte de los rendimientos de la deuda pública a largo plazo no sólo supondrá un desafío para las arcas públicas, que tendrán que financiar su déficit a unos costes más altos, sino que representará un desafío para la recuperación del mercado hipotecario e inmobiliario estadounidense, puesto que los contratos hipotecarios están referenciados a la deuda a más largo plazo. Los intereses de las hipotecas a 30 años se encuentran de nuevo en torno al 4%, el nivel más alto desde comienzos de 2012.

Pero el comportamiento de EEUU no es tan exclusivo como se pudiera pensar. Los bonos a 10 años de Alemania, Reino Unido y Austria también han visto subir su rendimiento en torno al 55% en las siete últimas semanas, hasta situarse, respectivamente, en el 1,81%, en el 2,53% y en el 2,29%. Estos niveles representan las cotas más altas de los últimos tiempos en todos los casos: en el austriaco, desde julio de 2012; en el germano, desde marzo de 2012; y en el británico, desde octubre de 2011.

En todos estos países, y en otros como Francia, Bélgica, Holanda, esta escalada alcanza cotas porcentuales tan altas porque parten, precisamente, de los rendimientos más bajos en términos históricos. Esos niveles, auspiciados por las políticas extraordinariamente expansivas de los bancos centrales y por la aureola de seguridad que los ha rodeado en el transcurso de la crisis del euro, habían forjado la sospecha de que los precios de los bonos soberanos de los países desarrollados se habían inflado en exceso. El súbito pinchazo de las últimas semanas confirma esa sensación por la brusquedad del movimiento.

España, por encima del 5%

La oleada global de ventas de deuda ha sacudido igualmente a los bonos de los países periféricos. Si durante abril habían sido los principales receptores del dinero fresco proporcionado por el Banco de Japón, ahora les toca salir de esas carteras, con el pertinente repunte de los rendimientos. En el caso español, desde comienzos de mayo, cuando el interés de los títulos a 10 años descendió al 4,03%, ha aumentado ya en 108 puntos básicos -o un 27%-, hasta el 5,11%, el nivel más alto desde febrero. Un comportamiento casi idéntico han registrado los títulos italianos, que han pasado del 3,76 al 4,83%. Aún más intensas han sido las ventas en la deuda portuguesa y griega. La primera ha pasado en el mismo periodo del 5,23 al 6,80% y la segunda, del 8,13 al 11,6%.

Como, en puntos básicos, el rendimiento de los títulos periféricos ha subido más que el de los alemanes, sus respectivas primas de riesgo se han vuelto a ampliar. La brecha entre la rentabilidad de los bonos españoles y alemanes, que llegó a situarse claramente por debajo de los 300 puntos básicos, ha crecido hasta los 330. Y la prima italiana está de nuevo por encima de los 300 puntos básicos -303-.

Foco de riesgo

En caso de mantenerse o prolongarse en el tiempo, el repunte de los rendimientos supondría un importante foco de riesgo para la estabilidad financiera mundial. En primer lugar, porque encarecería la refinanciación de la ingente cantidad de deuda pública generada por los países durante la crisis. Según precisó ayer el Banco Internacional de Pagos (BIP), el volumen de deuda pública de las naciones del G20 ha crecido en 23 billones de dólares desde 2007, con lo que los costes derivados de renovar esta deuda a unos intereses más altos supondrían un desafío para las finanzas públicas de esos países. Al mismo tiempo, el incremento de los intereses representará una traba para la recuperación, porque el encarecimiento de la financiación del sector público se filtrará a la del sector privado.

Además, y desde el punto de vista de los inversores, no hay que olvidar que el repunte de los rendimientos se produce por la caída del precio de los bonos. Por tanto, los inversores que los posean estarán sufriendo las correspondientes pérdidas de valor en sus carteras, un riesgo de cuya magnitud también advirtió ayer el BIP. Y esto, a su vez, reforzaría el círculo vicioso de la deuda, en el sentido de que los grandes compradores de los bonos -bancos, aseguradoras y gestoras de inversión colectiva- reducirían su demanda de títulos soberanos y eso complicaría la financiación de los estados.

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