Sólo trece personas acuden al sorteo de 111 viviendas sociales en La Albericia
Especialistas
en el sector achacan al alto precio y a la falta de demanda la caída de
la asistencia a estos eventos, que congregaban a 2.500 interesados en
2006
El sorteo de las 111 viviendas sociales que el Ayuntamiento va a
construir en La Albericia sólo congregó ayer a trece personas en el
Palacio de Exposiciones. Un 0,1% de los 13.135 vecinos que quieren una
VPO en Santander, según la lista que manejan tanto el Gobierno regional
como el Consistorio. La asistencia a estos actos ha ido cayendo en los
últimos años. Lejos quedan aquellos aforos de 2.500 personas en el
Palacio de Deportes, en marzo de 2006, para ver en directo cómo se
repartían 239 viviendas públicas en Peñacastillo. Pero no hace falta
retroceder tanto. Hace sólo dos meses, en el mismo escenario que el de
ayer, 150 vecinos de Santander acudieron al sorteo de 48 viviendas en
General Dávila. Esta involución puede entenderse como un reflejo de la
pérdida de interés por las VPO o como una simple anécdota. Para el
alcalde, por ejemplo, la escasa asistencia de ayer no tiene relación
alguna con la demanda, sino con que existen otros medios para enterarse
del resultado. «No hace falta estar presente porque la Sociedad de
Vivienda y Suelo lo comunica enseguida», dijo Íñigo de la Serna. Otros
especialistas del sector consultados por este periódico señalan
directamente al precio de la vivienda pública y a la falta de
financiación como culpables. Incluso, el propio Ejecutivo cántabro ha
reconocido que tiene 105 viviendas sociales vacías que no consigue
colocar, una cantidad que asciende a las 503 si se cuentan las de
promoción privada.
El Ayuntamiento defiende su política de construcción de VPO con datos
encima de la mesa. Desde su constitución hace siete años, la Sociedad de
Vivienda y Suelo (SVS) ha levantado 806 pisos protegidos en suelo
municipal, tanto de alquiler como de venta, con una inversión de 86,5
millones de euros. Todos están ocupados, aseguran desde el Ayuntamiento,
excepto 13 de las 48 viviendas de General Dávila que se sortearon en
abril y que «se están ocupando progresivamente», además de otros dos
bajos que se reservan para casos de realojo. La demanda, entonces, está
cubierta para el Consistorio. «Los últimos datos registrados constatan
que se ha frenado sustancialmente la emigración de la población
santanderina hacia el extrarradio, alcanzándose valores cercanos a los
de 2005. Hay una elevadísima demanda de VPO que nos impulsa a seguir
mantenimiento nuestro compromiso constante de apoyo a esta política»,
defendió ayer Íñigo de la Serna.
La subida de los precios de la vivienda pública en contraste con lo que
se pide por casas de segunda mano es, sin embargo, un hecho confirmado
por expertos en este sector, como la presidenta del Colegio Oficial de
Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (Coapi), Marisa Medinabeitia, y su
homóloga en la Asociación Empresarial de Gestión Inmobiliaria (AEGI),
Carmen Rodríguez. «Las VPO cuestan parecido a las de mercado libre ahora
mismo, incluso lo superan en muchos casos. ¿Quién va a querer una
vivienda social igual de cara que una de segunda mano, con los mismos
problemas de financiación y con más limitaciones para poder venderla?»,
coincidieron ambas.
Para el alcalde, el precio no es un problema. «Las viviendas municipales
son un 73% más baratas que las de mercado libre», aseguró. Según los
datos facilitados por el Ministerio de Fomento correspondientes al
primer trimestre de 2013, Santander es la séptima capital de provincia
más cara de España en cuanto al precio de la vivienda libre, con un
valor medio de 1.900 euros/m2 construido. Por el contrario, el precio de
la vivienda protegida de régimen general en Santander, que es la que
promueve principalmente la SVS, es de 1.100 euros/m2 construido.
Comparativa de ofertas
Pero basta una visita a las ofertas inmobiliarias de Santander para
comprobar que estos datos oficiales no siempre se cumplen. Una vivienda
con tres habitaciones en la promoción que ayer sorteó el Ayuntamiento en
La Albericia cuesta 157.000 euros (IVA incluido). Con ese mismo número
de cuartos, hay un piso a la venta en la calle Cardenal Cisneros por
90.000 euros. El precio de las VPO de dos estancias asciende a 129.000
euros. En la calle Francisco Palazuelos y en Cisneros hay dos casas en
venta, de 65 m2 y con las mismas habitaciones, por 110.000 y 125.000
euros, respectivamente.
La falta de financiación es otra de las principales causas por las que
los agraciados con una vivienda pública las rechazan cada vez más.
14.000 de los 21.848 cántabros apuntados para optar a una VPO cobran
menos de 6.000 euros al año. Sólo 800 de ellos ganan más de 18.000 euros
anuales. Ante estas dificultades, las administraciones cántabras y de
todo el país están orientando su mercado de viviendas sociales hacia el
alquiler con opción a compra.
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