20130624

Una joven arroja a su bebé al desagüe de su finca en Alicante y luego simula un aborto

las feminazis están muy mal de la cabeza; con el "nosotras parimos, nosotras decicimos" deben creer que matar a un bebé es un aborto (un poco tardío, claro).. y puede que ni llegue a pisar la cárcel.. será una "enajenación mental transitoria", ese recurso tan habitual.. "mi hijo es mío y lo mato cuando quiero", ahora toca subvención, psicólogo y pisito..



Una joven arroja a su bebé al desagüe de su finca en Alicante y luego simula un aborto

  • La policía detiene a la madre y los bomberos rescatan con vida al niño después de que permaneciera 40 horas atrapado 
  • La policía continúa las investigaciones para determinar si otra persona participó en los hechos


La vecina del 3ºB estaba más que cansada de los maullidos de un gato. Pasaban unas horas de la tarde del sábado cuando fue a buscar a otro vecino del bloque de viviendas, situado en el barrio Virgen del Carmen en Alicante. «Oye, que yo no puedo dormir ven a escuchar esto». Miraron por el patio de luces, no vieron nada y lo dejaron pasar. Pero a las once de la noche, la mujer estaba más que desesperada. Los maullidos no cesaban. «Ya no sé si me estoy volviendo loca o qué», comentó. Ese llanto no le dejaba estar tranquila.

Horas después, una llamada telefónica movilizó a los bomberos de Alicante para rescatar supuestamente un gatito, pero el servicio terminó con el salvamento de un neonato con unas escasas 40 horas de vida. El niño había sido arrojado por el hueco de desagües del edificio. Estaba envuelto en unas telas y una bolsa, pesaba 2,100 kilos y se aferraba a la vida entre dos tuberías. Los bomberos no se podían creer lo que estaban viendo.

Tras una rápida investigación, la Policía Nacional detuvo a la madre del bebé por un delito de tentativa de asesinato. La madre, española y de 26 años, dio a luz el mismo viernes por la tarde y, según las investigaciones policiales, arrojó a su hijo por el estrecho hueco comunitario en el que confluyen los desagües de las viviendas. La rápida intervención de los bomberos permitió salvarle la vida.

Acogida por unos amigos

Los hechos sucedieron sobre la una de la madrugada tras dar la voz de alarma la vecina. «Le dije que llamara y se ve que lo hizo», comentó ayer el vecino, todavía atónito ante el descubrimiento. Ninguno de los inquilinos quería dar su nombre y pedían que no se les fotografiase porque «todos nos conocemos», pero uno de ellos estuvo durante todo el rescate y conocía a la mujer. «Era alta y rubia», explicó el vecino. La madre fue acogida hace unos meses por una pareja que vivía en el 1ºC del bloque de viviendas 6, en el número 4 de la calle Benisa.

«La casa era de los abuelos y hace unos seis meses el padre la arregló y se vino a vivir su hija con su pareja. Éste tenía un crío. Hace unos meses acogieron a esta amiga, que estaba embarazada de unos siete meses, aunque a mí la vecina me ha contestado esta mañana (por ayer) cuando le pregunté que cómo era posible que tirase a su hijo, que pensaban que tenía un quiste. ¿Quién se cree eso?».

Los bomberos empezaron a buscar y moverse por las viviendas. Y al localizar el origen de los sonidos, en el patio de luces, se percataron que eran lloros o gemidos. Aunque no podían ver bien qué había, desde luego no era un gato. El rescate fue muy complicado. Accedieron al primer piso por el balcón (en ese momento no estaban los propietarios), y desde un pequeña ventana del baño se deslizó con cuerdas un bombero por el patio de luces. Entre las tuberías vio al pequeño envuelto en mantas y una bolsa.

El patio de luces de la finca es un pequeño habitáculo que recorre verticalmente el edificio y que está ocupado casi en su totalidad por las tuberías y bajantes de cada uno de los pisos del inmueble. «Estaba entre las bajantes y la pared del patio de luces, no dentro de ninguna tubería ni sumidero», afirmó con rotundidad José María Piña, uno de los bomberos que participaron en la operación de salvamento.

Envuelto entre telas

Tras sujetar con cuerdas a un compañero, éste se deslizó por el hueco, quitó algunas prendas caídas y vio un piececito. «Era un pequeño, envuelto entre telas y en una bolsa de plástico rota», apuntó el sargento Antonio Montero, quien destacó que este agujero en la bolsa permitió al bebé respirar. El pequeño aún tenía el cordón umbilical y la placenta. El bombero sujetó al bebé y con la ayuda de sus compañeros ambos salieron de ese pequeño hueco.

«Lloró. Mis compañeros me preguntaron si se salvaría y yo les dije que, al menos, en esas primeras horas seguiría con vida», relató Piña. El sargento de los Bomberos de Alicante, con estudios de Enfermería, limpió al pequeño, le saneó las vías respiratorias y le dio calor. «Uno de los principales problemas de los neonatos es la pérdida de temperatura», explicó.
Instantes después, y tras bajarlo por las escaleras del vehículo de los bomberos, el pequeño fue atendido por el personal sanitario de una ambulancia de Servicio de Asistencia Médica Urgente (SAMU) y trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos de Neonatos del Hospital General de Alicante

Mientras los bomberos salvaban la vida del pequeño, los agentes de la Policía Nacional realizaban las primeras indagaciones en la finca para localizar e identificar a la madre. Tras tomar testimonios a los vecinos, comprobaron que en el bloque vivía una mujer joven en avanzado estado de gestación. Esta persona se convirtió en la principal y única sospechosa.

La Policía Nacional localizó a la sospechosa en el Hospital General de Alicante, donde ingresó el viernes alegando que había sufrido un aborto. Los agentes se personaron y, según fuentes policiales, tras informarle de los motivos de la detención, reconoció los hechos y explicó que no deseaba tenerlo. También dijo que no disponía de dinero para abortar. El pequeño fue ingresado en estado grave en la Unidad de Neonatos del Hospital General de Alicante con una fractura de radio y otras lesiones, «pero saldrá adelante», afirmaron fuentes sanitarias.

«Era muy chiquitito, de pelo morenito y sus brazos eran como un dedo mío; un bombero lo tenía envuelto en una manta», explicó un inquilino todavía incrédulo ante lo que había vivido. «Con la mujer no he hablado porque llevaba muy poco, pero la vecina (la propietaria que la acogió) es una persona normal y muy agradable y sus abuelos, maravillosos».

Varios policías se personaron ayer por la mañana para hablar con la propietaria de la vivienda, ya que la investigación sigue abierta para conocer si pudo intervenir otra persona en el abandono del bebé. La madre fue trasladada posteriormente por agentes a la casa para realizar la reconstrucción de los hechos, a expensas de que pase a disposición judicial en las próximas horas.

Entorno familiar del bebé

La consellera de Bienestar Social, Asunción Sánchez Zaplana, explicó a Efe que los técnicos van a evaluar el entorno familiar y social del recién nacido antes de adoptar cualquier medida de tutela, aunque incidió en que «de momento, lo más importante es que el bebé se recupere perfectamente».

Entre los vecinos, que mostraron el hueco por dónde fue introducido el pequeño, era ayer difícil sacarles palabras más allá del asombro, sobre todo, porque -según insistían- apenas conocían a la madre, aunque algunos comentaban que «ya tenía una chiquita de unos tres años y por aquí la vimos, pero no vivía con ellos; en la casa estaba la pareja, un crío de él y luego vino esta chica».

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