20130707

"Me han secuestrado a la hija y el Estado español no hace nada"

normal: es un hombre y en hispanistán los hombres son ciudadanos de segunda.. además no cuentan con la presunción de inocencia y suelen tener que demostrar su "no culpabilidad".. si a ésto le juntamos cómo funciona la justicia en hispanistán.. y luego una legislación hipertrofiada pero inútil (porque la casta está más ocupada en llenarse los bolsillos..) como indican en el último párrafo.. tenemos un buen cóctel.. disfruten lo votado..



"Me han secuestrado a la hija y el Estado español no hace nada"

  • Un vecino de Viladecans está desesperado porque su mujer se llevó a la menor, de ocho meses, a Venezuela hace dos años 
  • Denuncia la lentitud de los juzgados y la burocracia del Ministerio de Justicia 
El 12 de julio hará dos años que Javier Guerrero, vecino de Viladecans, se le cayó el mundo encima.
 
Su pareja desde hacía tres años, Gloria María Dos Santos, le llamó desde el aeropuerto de El Prat para decirle que volvía a su país, Venezuela, con la hija de ambos, Montserrat, de ocho meses, y embarazada de tres meses de un niño, Jesús Alejandro, también de la pareja.


Desde aquella llamada, Guerrero no ha parado de mover cielo y tierra para conseguir ver a los niños. "Quiero ejercer de padre, y si es necesario le dejo el piso a ella ya los niños", afirma Guerrero, que, desesperado por la burocracia de los juzgados y del Ministerio de Justicia, quiere explicar su periplo.

Asesorado por su abogada, Marina Requena, rápidamente Guerrero puso una denuncia por la vía penal de sustracción de la menor. El juzgado de primera instancia e instrucción número 2 de Gavà acordó el pasado marzo la búsqueda y captura de la mujer, y se informó a todos los cuerpos policiales del Estado español. Incluso, tienen su dirección en Venezuela, pero no ha pedido su extradición.


Javier Guerrero, con su abogada, Marina Requena (en el centro), y su hermana Rosalía Foto: MP

Tres procesos judiciales

El segundo frente judicial abierto fue solicitar la custodia de la menor. El titular del juzgado de primera instancia número 8 de Gavà concedió a Guerrero la guarda y custodia de la hija y se requería a la madre que le devolviera la niña.

La mujer recurrió el auto, y Guerrero sufrió la excesiva movilidad de jueces y fiscales en partidos judicial fuera de Barcelona.

Un nuevo magistrado aplazó la vista de medidas cautelares de mayo a octubre de 2012, y luego en diciembre porque no se podía hacer por videoconferencia. En mayo pasado, un tercer juez y una segunda fiscal, nuevos en el juzgado, aplazaron la vista porque había que escuchar a la madre, la cual "sólo da excusas para perder el tiempo y burlarse de todos", asegura la abogada. Aún no tienen fecha para esta vista.

La tercera vía legal es la reclamación internacional de la niña. El Convenio de La Haya, aprobado en 1980, sobre sustracciones de menores, explica los procedimientos de hacerlo a través de los estados firmantes. El Ministerio de Justicia español es el encargado de hacer la reclamación. Parece, sin embargo, que sólo se envía la documentación y se espera la buena fe del otro país.

A Guerrero no le funcionó. Un tribunal de Caracas concluyó en diciembre de 2012 que Montserrat no había sido sustraída ilegalmente. El ministerio español ni se enteró de este juicio ni supo qué responder a la abogada de Guerrero cuando el pasado marzo supieron de este juicio en el que no se pudieron defender. "Me han secuestrado a la hija, y el Estado español no hace nada", se lamenta Guerrero con los ojos llorosos.

Cansado de tanta burocracia y fracaso, Guerrero contactó con una organización a través de internet que le prometió ver a los niños y devolverlos a España. Suscribió un préstamo de 24.000 euros, que debe volver con su sueldo mileurista, y el 7 de abril pasado fue a verlos unas horas, y comprarles ropa. De volver a los menores a casa, nada de nada. Ahora le reclaman más dinero en esta entidad, donde encontró un vecino de Manresa en la misma situación.

Si no obtiene ninguna salida, Guerrero está dispuesto a venderlo todo e ir a vivir a Venezuela, aunque sabe que no es un país seguro para los hijos. "El problema de España es que no es necesaria la autorización de los dos progenitores para llevarse un hijo en el extranjero. En América latina, sí", concluye su abogada.

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