y que ésto lo sepan los inversores extranjeros (los malvados "mercados") y ni siquiera aparezca en los "medios de información"..
disfruten lo votado..
Juan Laborda - España, ejemplo de Monarquía bananera
Yo simplemente le comenté que no éramos una República sino una Monarquía, a lo que él respondió, “No problem, Spain is becoming my favourite Banana Monarchy”.
Cuando
ya pensábamos que estábamos curados de espanto, cuando la anestesia
colectiva suministrada por los discípulos “goobelianos” patrios parecía
admitir cualquier trágala, salió a escena el inefable Cristóbal Montoro.
En plena representación de esa obra teatral trágico-burlesca en que se
ha convertido el devenir diario de nuestro país, nuestro ufano ministro
decidió subir al escenario. Pero no crean ustedes que se conformó con un
papel secundario, ¡no!, ya ni siquiera le valía hacer de protagonista.
Quería, al menos por un día, ser el director de la representación
teatral, y establecer las correspondientes acotaciones.
Y sus indicaciones a sus conciudadanos, convertidos en actores
secundarios de una obra de terror, eran dos. Por un lado, deberían
mostrar su inmensa felicidad y alegría por un dato de déficit público,
el correspondiente a 2013, completamente maquillado y alejado de la
realidad. Por otro, de manera chulesca, reprendió a Cáritas por ofrecer
dotes de realismo sobre cómo es la vida cotidiana de millones de
españoles, mísera.
Con razón un atento observador e inversor
internacional afirmó, tras unas estruendosas carcajadas, “Spain is
becoming my favourite Banana Republic”, algo así como “España se está
convirtiendo en mi República Bananera favorita”. Yo simplemente le
comenté que no éramos una República sino una Monarquía, a lo que él
respondió, “No problem, Spain is becoming my favourite Banana Monarchy”.
Para desgracia de nuestro neófito director de teatro, durante esa misma
semana se dio a conocer el dato preliminar de inflación de marzo y que
de nuevo, en su variación interanual, entró en territorio negativo. Frente
a la verborrea oficial, la realidad es muy dura, tremenda, España se
encuentra en parada cardiorrespiratoria, ha entrado en el peor de los
males económicos, deflación por endeudamiento.
El dato de déficit público, un nuevo juego floral
Desde estas líneas venimos denunciando como los indicadores económicos
publicados, relativos a nuestra querida España, están siendo manoseados
grotescamente por un gobierno, el nuestro, ávido de trasladar la
ciudadanía la farsa de que el empobrecimiento masivo al que nos han
sometido ha sido por nuestro bien.
Como botón de muestra expusimos nuestras dudas sobre la congruencia del
dato de PIB correspondiente al último trimestre de 2013. La magnitud de
la contracción del consumo público era muy extraña. Registró una
caída real del 14,6% y una contribución al crecimiento trimestral
anualizado del PIB de -3 puntos porcentuales. De ahí la pregunta que
numerosos economistas nos hicimos, “¿es una caída real del gasto o
estamos traspasando la contabilización del mismo al siguiente ejercicio
para intentar acercarse al objetivo de déficit del 6,5% del PIB?”.
La respuesta es muy sencilla, se cerró la admisión de gastos de 2013 una semana antes de acabar noviembre. Increíble.
No me sean malos, no vayan a pensar ustedes que la Alemania de Merkel
nos va a afear la conducta, y de esa manera estropear el nuevo acto o
jornada de la obra teatral diseñada por Rajoy y compañía. No, no lo
hará, se está reservando para los stress test o pruebas de resistencia a
que someterán a la banca y donde la nuestra saldrá muy mal parada.
Como están asustados por la deflación, harán la vista gorda en materia de déficit público, elecciones tocan.
Incluso los países de la Unión Europea ya han aprobado un cambio en el
método de cálculo del déficit público estructural que beneficia
especialmente a España, ya que se traducirá en una relajación del
esfuerzo de ajuste exigido por Bruselas. La razón es muy sencilla. La
metodología propuesta para calcular el paro estructural y de ahí el
déficit estructural se relajará, y con ello los nuevos deberes venideros
en materia fiscal. Algo es algo.
Las desigualdades, fruto del rescate a las élites
Pero el gobierno no puede acallar, y por lo tanto ocultar, una cruda
realidad. La pobreza vuelve a instalarse en nuestro país con toda su
intensidad. Diversos informes de Caritas, UNICEF, o Save The Children ya
nos avisaban de lo que era un secreto a voces. Añadan ustedes también
los recientes informes “sesudos” de distintos organismos multilaterales
-FMI y OCDE- sobre las consecuencias y los efectos de la crisis y de las
políticas económicas que ellos mismos recomendaban. Los resultados para
nuestro país no pueden ser más demoledores.
La crisis ha
sido aprovechada en nuestro país por quienes la generaron –gerencia
bancaria y acreedores foráneos- para hacer un ajuste de cuentas con la
ciudadanía. Para ello han contado con la ayuda inestimable de una clase
gobernante mediocre e insensible. Las cifras ponen de manifiesto que
Occidente en general, y muy especialmente nuestra querida España, se
encuentran inmersos en una fase de aparente recuperación y apogeo de las
élites, pero que en realidad oculta un empobrecimiento masivo de la
ciudadanía. Se trata de un equilibrio inestable que al final acabará
estallando. Y es esto lo que trata de acallar Montoro.
Lo dicho, “Spain is becoming my favourite Banana Monarchy”.
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