20121207

El jurado popular de Camps sigue sin cobrar las dietas un año después del juicio


El jurado que absolvió a Camps no aprobaría la ESO


El jurado popular de Camps sigue sin cobrar las dietas un año después del juicio. Las Provincias


Los once miembros deben recibir cerca de 2.000 euros cada uno por el mes que pasaron en la sala del TSJ

El jurado popular de Camps sigue sin cobrar las dietas un año después del juicio

La factura final de Justicia a todos los integrantes supera los 25.000 euros
Algunos jurados han llamado a la conselleria para reclamar el pago de su trabajo


El jurado que absolvió al expresidente de la Generalitat Francisco Camps y al diputado popular Ricardo Costa de haber recibido regalos de la trama Gürtel sigue sin cobrar las dietas un año después de que arrancara el juicio. La próxima semana se cumple el primer aniversario de uno de los procesos más mediáticos de la historia judicial valenciana.

Fue el primer juicio con jurado que se celebraba en el Tribunal Superior de Justicia. Y, sin duda, se puede calificar como el más pesado que ha tenido que soportar un un tribunal popular. Lo habitual es que un juicio con jurado dure unos cuatro días. En ocasiones, incluso menos. Pero es que el conocido como caso de los trajes se desarrolló a lo largo de 28 sesiones. Algunas de mañana y tarde. Jornadas soporíferas de hasta nueve horas revisando documentos, tomando notas y escuchando a las fiscales, al abogado del PSPV y a los dos letrados de la defensa. Cada uno con su propia historia acerca de los hechos. Ese trabajo aún espera su remuneración económica.

Las cuentas resultan sencillas. Cada miembro del jurado recibe 67 euros por día de juicio. Esta cifra multiplicada por las 28 sesiones sale a unos 1.876 euros. A esta cantidad hay que sumar los desplazamientos de los miembros a la sede del TSJ ya sea en transporte público o en su propio vehículo. A las cifras anteriores hay que sumar otros 33 euros por el día en el que se conformó el jurado. Esa jornada acudieron 18 personas de las que finalmente se eligió a los once finalistas. En total, la factura que tarde o temprano tendrá que pagar la Conselleria de Justicia ronda los 25.000 euros.

El coste, sin embargo, es todavía mayor ya que los miembros del jurado tuvieron que pernoctar durante su deliberación en un céntrico hotel de Valencia. De igual modo, las comidas durante las jornadas dobles también corrieron a cargo de la Generalitat.

La falta de dinero en las cuentas públicas ha impedido pagar hasta la fecha a los miembros del jurado. Fuentes consultadas por LAS PROVINCIAS informaron de que algunos integrantes del tribunal, molestos con la situación, habían llamado a la conselleria para quejarse por la demora en el pago. En algún caso, según las fuentes consultadas, les habían contestado diciendo que el dinero no estaba presupuestado. Desde la Conselleria de Justicia admitieron llamadas de jurados preguntando acerca de cuándo cobrarían, pero no las vincularon directamente a este caso, al de los trajes.

Unos 12 juicios en Valencia
Valencia celebra cada año cerca de una docena de juicios con jurado. Cumplir con esta función no es una actividad que resulte sencilla. Al menos para la mayoría. Algunos pueden acogerla con entusiasmo, pero para otros se convierte en una carga.

En cualquier caso, comporta presión y a veces problemas de conciencia acerca de si su decisión es la correcta. En el caso del juicio de Camps, los miembros del jurado recibieron críticas tras emitir su veredicto de no culpabilidad no tanto por la decisión en sí -que también las hubo- sino al descubrirse que el escrito en el que sostenían su decisión y que habían facilitado al presidente Juan Climent contenía fallos ortográficos.

Cada dos años, la Audiencia elige a unas 3.000 personas del censo como posibles jurados. Para cada juicio, se eligen de esta muestra a un número de candidatos para cada proceso. Finalmente llegan aproximadamente la mitad al inicio del proceso. De ellos, quedarán once.

Las partes someten a unas preguntas a los aspirantes para tratar de conocer cómo piensan acerca de determinadas cuestiones. Y ver si podrían ser favorables a su causa. Las partes pueden vetar hasta a cuatro candidatos. Así, por ejemplo, en el caso de los trajes, las defensas decidieron excluir a dos personas por su cercanía a sindicatos. Pensaron que serían de inicio contrarios a los dos políticos.

No obstante, antes de este proceso los aspirantes pueden presentar excusas para evitar ser jurados. Entre las más habituales figura ser mayor de 65 años, haber sido ya jurado en los últimos cuatro años, soportar cargas familiares que impidan asistir a las sesiones o residir en el extranjero, entre otras posibilidades.

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