Pues parece que emprender no mola ¿verdad?
Alrededor del concepto de emprendedor se ha ido creando un halo que
parece que los ha convertido en los “nuevos bohemios”. Charlas,
talleres, eventos, reuniones, ... actividades que pretenden infundir el
espíritu de que “emprender mola”. Luego llega la cruda realidad, como la
que nos muestra el Observatorio de Clima Emprendedor 2012 que ayer
dieron a conocer SAGE y la Fundación Iniciador, y vemos que en la
mayoría de los casos emprender no mola nada.
Los datos son tan reales que asustan. Según el 92% de los emprendedores,
España no es un país propicio para emprender, ya que consideran que se
fomenta poco o nada la creación de empresas y además el 60% de los
autónomos y el 57% de los empresarios reconocen tener un sueldo más bajo
que cuando trabajaba por cuenta ajena. Por no recordar que la mayoría
de las empresas que se crean apenas llegan a durar cinco años. Atractivo
¿verdad?
Si tenemos asumido que la generación de riqueza parte de una floreciente
actividad económica y que esta depende de la buena salud de las
empresas, que además son las que generan empleo, está claro que el
panorama es, como poco, sombrío.
Es responsabilidad de las Administraciones, de Instituciones y de los
propios emprendedores cambiar esto. Desde luego es necesario que se
aprueben medidas que fomenten la creación de empresas, el acceso a la
financiación o .
Pero también el emprendedor ha de poner de su parte. No basta con tener
ilusión y que los demás nos faciliten el camino. La actitud se supone y
que el camino sea más fácil o difícil depende, en muchos casos, de ellos
mismos y de que asuman que hay que ser profesionales a la hora de
montar un negocio.
Desde luego hacen falta más empresas, hace falta gente que se anime a
crearlas y hay que poner a su disposición un ecosistema favorable para
que esa iniciativa tenga éxito. Para ello hay que reflexionar sobre
estos datos y ver que hay mucho por hacer y por parte de todos.
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