El tripartito subvencionó a los detectives de la trama de espionaje con 45.000 euros
- Partidos, jueces, deportistas y empresarios recibieron ofertas de compra de dosieres; Método-3 trabajó para una «CIA catalana»
El escándalo por la trama de espionaje a políticos, jueces, fiscales, empresarios
y, según se supo ayer, también deportistas, en Cataluña adquiere día a
día mayor dimensión, sin que los actores directamente implicados, bien
por haber encargado supuestamente las escuchas y los seguimientos, bien
por ser víctimas de los mismos, sepan ahora cuál es el verdadero
alcance. Como en ningún otro escándalo de los que han sacudido la
sociedad catalana en los últimos años, la sensación de que nadie está a salvo se extiende.
Así, mientras la Policía Nacional ha remitido a un juzgado de Barcelona la denuncia presentada por la presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho,
las informaciones en torno a la circulación y compra y venta de
dosieres comprometedores se extiende. Según ha podido saber este diario,
en las últimas semanas, y antes de que saliese a la luz el escándalo,
varias de las personas investigadas por la red de escuchas organizada
por Método-3 han recibido de manera indirecta ofertas para hacerse con dosieres que aluden a ellos, un servicio que, planteado de esta manera, constituiría un flagrante delito de extorsión.
Fuentes conocedoras del caso asumen que los partidos catalanes están siendo víctimas ahora de la connivencia y
proximidad durante años con una agencia de detectives que, sospechan,
fue mucho más allá de las atribuciones habituales en un negocio de por
sí peculiar. «Estamos en estado de shock, todos conocíamos a esta
gente», explica a ABC un alto dirigente de un partido político de la
comunidad.
Comienza a cuajar la idea de que la agencia funcionaba por libre
«Creemos que algunos partidos hicieron
encargos, pero en gran parte el origen de la información podría surgir
de la propia iniciativa de Método-3, que luego la vendía a quien pudiera interesar»,
se explica. El caso ha caído como un meteorito en el ecosistema
político catalán. La desconfianza entre las formaciones se extiende,
también a nivel interno. Los nombres de personas supuestamente
investigadas que empiezan a circular y el listado de quienes encargaban
los trabajos, o luego los compraban, dibuja un mapa de la sospecha y el
juego político entre lo sofisticado y lo cutre, con encargos internos
tan encaminados a conocer las debilidades de los oponentes como a las
miserias de líderes dentro de una misma formación.
Los detectives también realizaron servicios para el gobierno de Montilla (PSC),
que en 2010, último año de mandato, le otorgó subvenciones por 45.000
euros en concepto de ayudas a la innovación e internacionalización
empresarial. Método-3 realizó el famoso informe sobre la avellana por el
que el gobierno tripartito pagó 30.000 euros.
Oriol Pujol, en el restaurante
Método-3 aparece relacionada, asimismo, con la
vieja aspiración del gobierno de CiU de crear su propio servicio de
inteligencia, primero a través de Miquel Sellarès, que trabajó para
Jordi Pujol como director general de seguridad Ciudadana, cargo asumido
después por Xavier Martorell, actual director de Prisiones y que según
fuentes policiales, recurrió a los servicios de Método-3, lo que
confirmaría que la agencia trabajaba para CiU, algo que ayer desmentían
los nacionalistas. De lo que sí hay testimonio gráfico es de Oriol Pujol
y sus socios en la trama de las ITV en el restaurante La Camarga en
julio de 2011, el mismo local donde se grabó un año antes a Camacho, con
la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola, hermano de Oriol.
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