20130219

El tripartito subvencionó a los detectives de la trama de espionaje con 45.000 euros


El tripartito subvencionó a los detectives de la trama de espionaje con 45.000 euros


  • Partidos, jueces, deportistas y empresarios recibieron ofertas de compra de dosieres; Método-3 trabajó para una «CIA catalana»



El escándalo por la trama de espionaje a políticos, jueces, fiscales, empresarios y, según se supo ayer, también deportistas, en Cataluña adquiere día a día mayor dimensión, sin que los actores directamente implicados, bien por haber encargado supuestamente las escuchas y los seguimientos, bien por ser víctimas de los mismos, sepan ahora cuál es el verdadero alcance. Como en ningún otro escándalo de los que han sacudido la sociedad catalana en los últimos años, la sensación de que nadie está a salvo se extiende.

Así, mientras la Policía Nacional ha remitido a un juzgado de Barcelona la denuncia presentada por la presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, las informaciones en torno a la circulación y compra y venta de dosieres comprometedores se extiende. Según ha podido saber este diario, en las últimas semanas, y antes de que saliese a la luz el escándalo, varias de las personas investigadas por la red de escuchas organizada por Método-3 han recibido de manera indirecta ofertas para hacerse con dosieres que aluden a ellos, un servicio que, planteado de esta manera, constituiría un flagrante delito de extorsión.

Fuentes conocedoras del caso asumen que los partidos catalanes están siendo víctimas ahora de la connivencia y proximidad durante años con una agencia de detectives que, sospechan, fue mucho más allá de las atribuciones habituales en un negocio de por sí peculiar. «Estamos en estado de shock, todos conocíamos a esta gente», explica a ABC un alto dirigente de un partido político de la comunidad.
La peculiar forma de funcionar de la agencia de detectives, que podía trabajar a dos bandas -podía acabar investigando a quien había hecho el encargo- y su implicación en algunos de los episodios más sonados y espinosos de los últimos años, han puesto a Método-3 en entredicho. «Rumores de que en Cataluña se ha espiado a políticos ya hace al menos un par de años que circulan. No pensábamos que fuese cierto», dice el citado dirigente. Comienza a cuajar la idea de que, al margen de encargos concretos, la agencia funcionaba por libre; a veces sólo se trataba de una recopilación más o menos detallada de informaciones y rumores, que luego se intentaban poner en el mercado. Dosieres, sostienen fuentes consultadas, que ahora se están intentando vender directamente a los aludidos.

«Creemos que algunos partidos hicieron encargos, pero en gran parte el origen de la información podría surgir de la propia iniciativa de Método-3, que luego la vendía a quien pudiera interesar», se explica. El caso ha caído como un meteorito en el ecosistema político catalán. La desconfianza entre las formaciones se extiende, también a nivel interno. Los nombres de personas supuestamente investigadas que empiezan a circular y el listado de quienes encargaban los trabajos, o luego los compraban, dibuja un mapa de la sospecha y el juego político entre lo sofisticado y lo cutre, con encargos internos tan encaminados a conocer las debilidades de los oponentes como a las miserias de líderes dentro de una misma formación.

Los detectives también realizaron servicios para el gobierno de Montilla (PSC), que en 2010, último año de mandato, le otorgó subvenciones por 45.000 euros en concepto de ayudas a la innovación e internacionalización empresarial. Método-3 realizó el famoso informe sobre la avellana por el que el gobierno tripartito pagó 30.000 euros.

Oriol Pujol, en el restaurante

Método-3 aparece relacionada, asimismo, con la vieja aspiración del gobierno de CiU de crear su propio servicio de inteligencia, primero a través de Miquel Sellarès, que trabajó para Jordi Pujol como director general de seguridad Ciudadana, cargo asumido después por Xavier Martorell, actual director de Prisiones y que según fuentes policiales, recurrió a los servicios de Método-3, lo que confirmaría que la agencia trabajaba para CiU, algo que ayer desmentían los nacionalistas. De lo que sí hay testimonio gráfico es de Oriol Pujol y sus socios en la trama de las ITV en el restaurante La Camarga en julio de 2011, el mismo local donde se grabó un año antes a Camacho, con la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola, hermano de Oriol. 

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