Los bancos panameños se plantan ante los casos Bárcenas y Urdangarín
Han hecho llegar a los principales bufetes una advertencia de que no abrirán cuentas a empresas cuyo titular sea un español con relevancia política o social.
El presunto blanqueo de dinero en Panamá por parte de personas de relevancia política y social en España ha provocado una auténtica convulsión en la sociedad de este pequeño y tranquilo país centroamericano, que pese a no ser considerado un paraíso fiscal mantiene una política de opacidad empresarial y unas ventajas fiscales que atraen a evasores de medio mundo.
Los periódicos y medios digitales de esta nación de apenas tres millones de habitantes y una de las más competitivas de Iberoamérica llevan informando puntualmente sobre los vínculos de ex tesorero del PP Luis Bárcenas y del Instituto Nóos e Iñaki Urdangarín (¿Marca Hispanistán?)con determinados testaferros y sociedades panameñas a través de las cuales movían sus capitales.
Ante estas circunstancias, los bancos panameños han decidido poner todos los medios a su alcance para intentar frenar una situación que pone en riesgo su negocio y que, desde luego, fomenta una pésima imagen en una nación que ha tratado evitar ser considerada como un paraíso fiscal.
Así y según ha podido saber LA GACETA, las entidades financieras panameñas, de gran peso pero no excesivamente numerosas, han hecho llegar a los principales despachos de abogados del país su decisión de no abrir cuentas a particulares o empresas cuyos beneficiarios últimos sean españoles con relevancia social o política. Los bufetes son prácticamente el único medio para que un extranjero puede abrir una cuenta bancaria en ese país.
Se trata de evitar casos como el de Bárcenas, que pudo haber utilizado hasta cinco empresas pantalla en Panamá, con sus correspondiente cuentas bancarias, para blanquear dinero y que usó la Fundación Sinequanon para depositar 22 millones de euros en una cuenta del Dresdner Bank en Suiza.
O el de Urdangarín, que según la prensa panameña podría haber utilizado hasta 27 empresas en el país, 8 de su supuesto ingeniero financiero, el abogado Salvador Trinxet, para desviar el dinero procedente de sus negocios.
Lo más difícil, elegir el nombre
Crear una sociedad anónima en Panamá resulta sorprendentemente fácil, rápido y, sobre todo, ventajoso a la hora de eludir al fisco. Ni siquiera es necesario acudir presencialmente al bufete de abogados, que se encarga de todo el proceso de constitución y de las gestiones, por las que cobra entre 500 y 750 euros en concepto de honorarios. Una vez ingresados en el banco 7.500 euros, el mínimo legal necesario constitución de una sociedad, y tras comprobar que el nombre elegido está disponible, apenas transcurren dos días hasta que la sociedad empieza a funcionar.
Para constituir la sociedad basta con llenar un escueto formulario, pero si es urgente, se puede elegir entre un extenso muestrario de compañías ya constituidas, que los propios despachos tienen en reserva. En Panamá no existe la obligación de revelar el nombre del dueño real de compañía o de sus accionistas y según destacan la mayoría de los bufetes “esos datos pueden mantenerse en secreto y fuera del alcance de terceros”.
Cualquier sociedad inscrita en Panamá puede abrir una cuenta bancaria en otro país, pero la elección más habitual son los denominados paraísos fiscales, y no hay obligación de declarar las actividades comerciales realizadas fuera de Panamá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario