cuando el río suena..
"El cáncer de la Enseñanza española son las Facultades de Magisterio"
En un aula universitaria donde se imparten clases del "Grado de
Magisterio", observo unos murales —como los que hacíamos en la clase de
religión a finales de los 70— que parecen trabajos del alumnado de la
carrera —¿o de los alumnos de los alumnos de estos estudios?— colgados
por las paredes, como testimonios de alguna especie de trabajo...
Voy a ser incómodo: el cáncer de la Enseñanza española son las Facultades de Magisterio;
reconozcamos, si quieren y con razón, mil metástasis ciertas, pero el
tumor principal es éste, lo demás es sobrevenido. Y no me voy a centrar
en el análisis psicosociológico, haciendo estadísticas de cuántos
maestros forman parte de Equipos Directivos de Centro, de Equipos de
Rectores, de Comisiones variadas o son miembros del tropel de asesores o
de la misma 'troupe' política, o qué responsabilidades han tenido en
las sucesivas reformas de los diversos tramos de enseñanza... No.
Es imposible transmitir lo que no se sabe. No se pueden transmitir los
rudimentos de la Cultura Occidental si uno no participa de ellos: ¿cómo
despertar el amor por Binchois, o por Nierenberg, o por Turner,
Schnitzler.. si uno no lo posee? Alguien, con razón, estará pensando:
"Yo no tengo por qué conocer a estos autores" —cuyos nombres bien podría
haber inventado yo—. No se trata de saber todo, de la erudición
violácea e inútil, se trata de que uno debe encontrar y vivir el por qué
de las bondades de Góngora y, entonces, quizá pueda adaptar esos
conocimientos a un cuento para niños; al revés no ocurre nunca; toda la
pedagogía clásica —incluida la tan cacareada Institución Libre de
Enseñanza— exige marcar objetivos lejanos para recorrer el máximo de
camino: al niño no se le puede exigir lo del niño: eso es un círculo
vicioso que los condena a la inmadurez intelectual. Nada ha hecho
más daño a la Enseñanza de la Literatura que los "libros juveniles", y
no hablo de aquéllos que tradicionalmente por su temática han sido
afines o a propósito de los jóvenes, sino de ese negocio callado y de
ese grupo profesional de escritores de "best-sellers de Instituto o
colegio", de los que no se habla pero venden más que la mayoría de los
"escritores consagrados".
El hecho es que los niños llegan casi adultos a la Universidad sin
apreciar ni la Literatura, ni la Música, ni la Pintura, ni ninguna de
las Artes, o sin tener una imagen aproximada de lo que la Ciencia dice
que es la realidad hoy. Si el "maestro" que estudia Magisterio no sabe
ni vive las Matemáticas, las Letras, la Música... jamás podrá trasladar
una pasión que no tiene, y eso es lo que deberían estudiar en la
Universidad, junto a las tendencias y los métodos pedagógicos. No puede, como ocurre ahora, bastar el cómo, importa el qué; y la profesión de enseñar consiste en hallar cómo impartir el qué.
Digámoslo claro: los que enseñamos, y no hemos estudiado pedagogía,
¡estamos hasta los... de la retórica huera e inútil para nuestra
práctica diaria de aquéllos que jamás sabrían qué hacer con 30
adolescentes y la Ética de Spinoza!, algunos de éstos con problemas
mentales, familiares, sociales, culturales, eso sin contar lo propio de
"adolescer", que se nos olvida.
Ya hemos visto pasar las modas terminológicas; lo que en un tiempo nos
acomplejaba como a ignorantes, terminó acomplejándonos por catetos
(objetivos, contenidos, capacidades... ); la moda, importada de las
normativas europeas de Formación Profesional, con sus "skills"
—competencias—, pasará y todos lo sabemos. Primer consejo a un docente:
preocúpate por tu fuerza pedagógica, rechaza toda verborrea falsa y
denúnciala, atrévete a saber, dilo claro: "Yo enseño Física", o lo que
sea. Las competencias, los objetivos, las capacidades, son medios, no fines. Al docente actual se le exige justificar los pasos de una obra cuyo plano final nadie conoce; ver árboles y no bosque.
En
ese aula ¡universitaria! repleta de murales de escuela, vemos un rasgo
de ese bilingüismo de mentira con el que se adoban las autoridades:
"What are the curriculum adaptation?" se supone que es "¿Qué son las
adaptaciones curriculares?", pero sobrecoge un "¿Quién la elabora?",
traducido al más puro ejercicio a lo Donne, Shakespeare o Wordsworth: "Who do it make?".
¿Quieren saber por qué el Sistema Educativo español es un puto desastre? La respuesta es: Magisterio.
Los niños salen de la escuela tras 6 años de reclusión sin saber leer
ni escribir correctamente, riéndose de la cultura y del trabajo... y
sigan la cadena.
Vaya como homenaje las maestras y los maestros que saben de qué hablo, a
los compañeros que no se toman esto como un ataque corporativo y a los
que les preocupa lo mismo que a mí: la Enseñanza.
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