alcalde hunde su pueblo.. literalmente..
no sólo lo carga de deudas (10 millones de Euros por un poludeportivo inacabado, y 25 millones por una red de galerías subterráneas..).. es que las galerías subterráneas han agrietado las casas..
y si le ponen multa al pueblo, imaginen quién acabará pagando el pato, y quién saldrá sin asumir ningún tipo de responsabilidad..
es lo que tiene la "democracia" en hispanistán..
disfruten lo votado..
Las cuevas "agrietan" Navalcarnero
Buena parte de los problemas de Navalcarnero saltan a la vista. Ahí
están, al alcance de cualquiera, el esqueleto del polideportivo
interrumpido a medias en 2008 tras una inversión de 10,5 millones de
euros de dinero público; las conexiones pendientes con la carretera de
Extremadura prometidas a los vecinos de los nuevos barrios construidos
al son del ladrillo; o las obras paralizadas de la conexión ferroviaria
con Móstoles. Con todo, los problemas de esta localidad de 26.000
habitantes no acaban en la superficie: Navalcarnero esconde bajo tierra
uno de los proyectos más polémicos de Baltasar Santos (PP), alcalde
desde 1995. El pueblo cuenta con una red histórica de cuevas bajo las
viviendas, usadas tradicionalmente como almacenes.
Pero la polémica se concentra en el entramado de galerías bajo la plaza
mayor, que según técnicos municipales no existía hace hace 10 años,
cuando el alcalde se puso a horadar el subsuelo como un queso gruyère.
La oposición critica la utilidad de una inversión que cifra en 25
millones de euros, cuando el Ayuntamiento ya suma una deuda de 250
millones “y subiendo”. Y cuestiona la antigüedad de las galerías,
exigiendo un estudio que certifique a qué tiempo se remontan. El
Ayuntamiento asegura que son “originales y existen desde hace 350 años”.
Pero sus detractores denuncian además el peligro de derrumbe. Los
trabajos, iniciados en 2004, están paralizados desde 2011 tras una
denuncia presentada por el PSOE. La intención de Santos, del que cada
vez más altos cargos del PP de Madrid recelan, es abrirlas esta
primavera, pese a las grietas que presentan algunos de los edificios de
la plaza. “Si esto no es de los túneles que ha excavado por debajo de mi
casa, usted me dirá a qué se deben”, expresa Manuel Muñoz, uno de los
propietarios perjudicados.
En el catastro de Ensenada de 1753 aparecen reseñadas más de 125 cuevas
en la localidad (en la actualidad están catalogadas más de 200 en el
casco histórico). La mayoría de los túneles fueron construidos por
particulares bajo sus casas para utilizarlos como despensas para la
matanza o bodegas para almacenar el vino. La versión del regidor, “una
fantasía” para los partidos de la oposición —el PP cuenta con 12 ediles,
por siete del PSM, uno de IU y otro del Partido Democrático Popular—,
es que el entramado de galerías creció y creció hasta formar “un
auténtico laberinto” en el que se podía ir “de una punta a otra” de
Navalcarnero, al estar comunicadas entre sí. Así lo ha dicho Santos
repetidas veces los últimos años. “Las cuevas que había eran antiguas
fresqueras donde se guardaban víveres. Y no estaban unidas, en contra de
lo que dice este señor... ¿Pero cómo iban a estarlo? ¿Para qué, para
que te pudiera robar un vecino tus bienes y llevárselos a su casa a la
otra punta de Navalcarnero?”, observa el portavoz socialista y anterior
alcalde, José Luis Adell. Los levantamientos de planos topográficos
encargados por el Ayuntamiento muestran la evolución reciente de las
excavaciones bajo la Plaza de Segovia.
Entre 2004 y 2011, Santos comenzó a realizar excavaciones bajo esta
plaza y sus alrededores, uniendo las cuevas existentes con la finalidad
de hacer un entramado de galerías de cara a explotarlas turísticamente.
Lo hizo saltándose requisitos legales y técnicos: las obras se empezaron
a realizar sin proyecto técnico; sin dirección facultativa realizada
por técnicos competentes (las obras las ha llegado a dirigir un
fontanero); sin coordinador de Seguridad y Salud; sin el pertinente
estudio geotécnico; sin solicitar la autorización a la Dirección General
de Patrimonio de la Comunidad a pesar de ser una zona de especial
protección de Patrimonio Histórico y declarada Bien de Interés Cultural
(BIC); sin informes de las distintas empresas suministradoras de gas,
alcantarillado y suministro de agua por dónde discurren sus
instalaciones... “En definitiva, sin ninguna garantía de seguridad para
personas y bienes, pues además de horadar el subsuelo de la plaza,
invade el subsuelo de propiedades privadas, motivos por los que existen
denuncias de particulares perjudicados al respecto”, interviene Juan
Benito, del Partido Democrático Popular, una formación independiente que
se define de centroderecha.
La oposición denuncia además que las obras fueron presupuestadas
inicialmente mediante un informe (que no proyecto) de poco más de un
millón de euros. La sospecha es que se haya destinado a las obras en las
cuevas más de 25 millones, mediante el desvío de partidas económicas de
otros proyectos municipales.
“Se ha hecho todo con los correspondientes permisos técnicos y
arquitectónicos necesarios. No se ha realizado nada a la ligera, sino
conforme a la ley y con la mejor voluntad”, sostiene un portavoz
municipal del Ayuntamiento. Sin embargo, sus palabras chocan con la
decisión del Gobierno de Ignacio González (PP) de proceder a la
inspección “inminente” de varios edificios históricos de la localidad
para comprobar si las obras realizadas en el subsuelo, concentradas en
la Plaza de Segovia, han causado daños en las edificaciones aledañas y
declaradas Bien de Interés Cultural. Así se lo comunicó la Comunidad al
Ayuntamiento la semana pasada, dentro de una investigación abierta por
la Dirección General de Patrimonio Histórico.
Una vez realizada la inspección, prevista a más tardar para esta semana,
la Dirección General de Patrimonio Histórico decidirá si abre
expediente sancionador contra el municipio. La multa podría alcanzar el
millón de euros en caso de infracción muy grave —la cuantía a pagar en
las leves es de hasta 60.000 euros y de hasta 300.000 en las graves—,
cifra que podría incluso incrementarse “cuando el beneficio obtenido
como consecuencia de la infracción sea mayor”, observan desde la
Consejería de Empleo, Turismo y Cultura que dirige Ana Isabel Mariño.
La Comunidad apunta que ha llevado a cabo diversas actuaciones desde que
en 2011 recibió denuncias por las obras ordenadas por Santos sin la
autorización de Patrimonio Histórico. Tras abrir diligencias previas y
realizar inspecciones, estas actuaciones quedaron paralizadas ese año
por la actuación judicial que obligó a Santos a detener las obras.
Ahora, varias denuncias recibidas en enero han llevado al Ejecutivo
autonómico a poner en marcha una nueva inspección “y determinar si se
sanciona al Ayuntamiento”, apuntan desde el Gobierno madrileño.
“Hemos trabajado en coordinación con la Comunidad, este Ayuntamiento no
va a hacer nada que ponga en peligro el patrimonio que tenemos en la
villa”, insisten desde el equipo del alcalde. En la Dirección General de
Patrimonio de la Comunidad “no hay constancia de solicitud de
autorización” para las obras realizadas.
Así consta en un informe fechado en octubre de 2011, firmado por el jefe
de Protección del Patrimonio Histórico, Nicolás Benet, y la
subdirectora general de Protección y Conservación, Ana de Miguel
Cabrera, en el que se señala “la falta de documentación relativa a
dichas intervenciones”.
El informe se produjo a raíz de la denuncia presentada por el Grupo
Municipal Socialista, en la que advertían que las obras consistían en
“rehabilitar, adecuar y conectar tales cuevas mediante la excavación y
trazado de nuevas galerías que o bien eran inexistentes o bien que hace
muchos años que estaban cegadas por derrumbes”. También se indicaba que
las citadas obras “pueden ser la causa” de las grietas en el número 2 de
la fachada de la Plaza de Segovia denunciadas por su propietario,
Manuel Muñoz.
A raíz de la denuncia del PSM en el Juzgado número 4 de Navalcarnero, el
alcalde, el arquitecto municipal, la interventora municipal y el perito
industrial municipal declararon en calidad de imputados. Santos aseguró
que las obras se ciñeron a trabajos de limpieza, rehabilitación,
adecuación y conservación. “No se ha hecho ninguna cueva nueva, lo que
pasa es que ha habido vecinos que han cedido las suyas para que el
recorrido sea más amplio”, se enrocan en el equipo del alcalde.
Pese a tales afirmaciones, el informe de Intervención Municipal de 3 de
junio de 2004 y los contratos laborales hablan textualmente de la
“rehabilitación de las cuevas existentes en la Plaza de Segovia y
ejecución de nuevos tramos”. Otros documentos aprobados por la Junta de
Gobierno explicitan también en qué consistían los trabajos en el
infra-Navalcarnero: “Construcción y consolidación de una cueva principal
y su unión con otras cercanas”.
“No se sostiene que fueran labores de limpieza”, rechaza Muñoz. Tras
alquilar durante años su inmueble al Gobierno local con una antigüedad
de 500 años como el antiguo ayuntamiento, del que es vecino, se lo
encontró con varios agujeros “enormes” en la planta baja que daban al
subsuelo. Bajo él, fotografió las cintas transportadoras que se usaron
para sacar toneladas de tierra.
Detrás de su casa, en un patio de propiedad municipal, se distingue un
acceso, del tamaño de una boca de metro, a las galerías. “Por ahí
sacaban tierra y más tierra”, denuncia Muñoz, que en varias ocasiones ha
acudido al pleno del Ayuntamiento para exponer sus problemas. Sin
resultado. El volumen estimado de tierras extraídas en “labores de
limpieza” es de unos 4.200 metros cúbicos. En un camión volcador normal,
entran seis metros cúbicos de relleno, arena o piedra, equivalente a la
capacidad de 700 camiones. Demasiado para una mera limpieza.
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