el anterior se negó a soltar
el control y murió con las botas puestas. Nunca quiso saber nada de
negocios inmobiliarios: sus hipotecas eran las más caras del mercado (no tenía ningún interés en concederlas), y en el consejo de
administración no cobraban nada más allá de los dividendos por las
acciones. Al morirse defenestraron a su
hermano, se pusieron unas dietas, bonus y pensiones de infarto al consejo
de administración que ni la Banca Morgan, unas inversiones en ladrillo
de espanto.. y todo ésto justo antes de que petase la burbuja (ah, no: que llegase "la crisis que vino de fuera".. claro, claro).
el resto ya lo conocen.. luego vienen los lamentos..
La liquidación de Popular deja a las familias del Opus camino de la quiebra
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