Boix pide las cintas porque los ´pinchazos´ se tradujeron al catalán
El exconseller de Solidaridad y diputado del PP en las Corts, Rafael Blasco, mostró ayer que uno de sus principales argumentos para defenderse de los seis delitos que la juez le ha imputado por el caso Cooperación va a ser tumbar los pinchazos telefónicos de la policía, como ya hiciera su abogado Javier Boix en 1991, el mismo que le asiste ahora, cuando logró que el Tribunal Supremo anulara las cintas del otrora conocido "caso Blasco", según fuentes jurídicas. Ayer, en su "deseada" declaración ante la magistrada del TSJ, Blasco se negó a contestar todo aquello que tuviera que ver directamente con las conversaciones intervenidas a la presunta trama corrupta y del exportavoz del PP con el empresario preso por la causa Augusto César Tauroni.
Según las mismas fuentes, su abogado Javier Boix solicitó el pasado día 10 de octubre las conversaciones originales, ya que las transcripciones "son interpretaciones" de la policía y no reflejan la realidad de lo que se decía por teléfono, en algunos casos verdaderas pruebas incriminatorias de la estrecha relación "de negocios" entre Blasco y el empresario preso Augusto César Tauroni.
Boix asegura que los pinchazos presentes en el sumario "son transcripciones de las originales, las cuáles fueron traducidas del catalán al castellano sin pasar por la tutela judicial del secretario". Es más, el letrado defiende que en las conversaciones los imputados "hablan valenciano coloquial y se ha traducido como un catalán normalizado, perdiendo el sentido original cuando se traduce posteriormente al castellano" explicaron las mismas fuentes jurídicas. Es más, incluso en un momento del interrogatorio, Blasco le puso un ejemplo al fiscal de su pronunciación "apitxada", la predominante en la zona de l'Horta y la Ribera, de donde es oriundo.
El argumento llama la atención en boca de Blasco, quien fue máximo dirigente del FRAP en Cataluña y un político que siempre ha tenido muy clara la unidad de la lengua catalana.
Blasco puso muchos impedimentos a contestar algunas de las preguntas relacionadas con las pesquisas que se iniciaron tras los pinchazos. Su magistrado pretende conocerlas en toda su extensión para la defensa. Esta no es la primera vez que un imputado intenta anular una escucha en este caso. De hecho, de momento se han tumbado pinchazos sobre temas personales.
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