Bonastre, Director General de la Generalitat, directivo del ICS, referente electoral de CDC y antes condenado a prisión por malversación
Desde hace días, y en relación a los diversos casos de corrupción que
afectan a CiU, los responsables de la campaña de Mas estaban preocupados
por el pasado de Ramon Bonastre Bertran, de 56 años, director general
de Relaciones Laborales y Calidad en el Trabajo de la consejería de
Empresa y Ocupación. Con la aparición de graves acusaciones contra Mas y
Pujol esta preocupación aumentará. En todo caso, este artículo se
empezó a redactar antes de las informaciones de 'El Mundo'. Se
necesitaron cuatro días para precisar algunos datos.
Bonastre fue condenado, el 30 de abril de 1991, por sentencia convertida en definitivamente firme, al agotar todos los niveles procesales, a la pena de un año de prisión y a la inhabilitación absoluta durante seis años y un día,
en concepto de autor de un "delito continuido de malversación de
capitales públicos". Fue cometido por Bonastre en el ejercicio de su
función, cien por cien pública, de "secretario interventor habilitado"
del Ayuntamiento de Ascó (Ribera d'Ebre). La sentencia, de la cual
reproduciré las partes más relevantes fue de una gran dureza.
Mas lo nombró sabiéndolo todo
A pesar de que este hecho era público, no solamente Mas lo designó para
el cargo mencionado sino que posteriormente lo ha hecho miembro del
consejo de administración del Institut Català de la Salut (ICS), la
empresa pública mayor de Catalunya, que gestiona toda la sanidad
pública. En el seno de CDC, desde 2008, Ramon Bonastre es presidente de
la sectorial de Trabajo y Relaciones Laborales. Como tal, organiza los
encuentros específicos de campaña que se celebran en la sede central de
CDC.
No parece que hable a los empresarios del delito continuado de malversación de capitales públicos, dado que
su condena no figura en su biografía oficial. Tampoco nunca ningún
diario de Barcelona ha escrito nada. Por supuesto, faltaría más, tampoco
han hablado de ello TV3 o RAC-1.
"Camiones egipcios": dos bomberos muertos
Hay otro aspecto criticable de Bonastre que se ha enterrado. En 2002,
fue nombrado director General de Emergencias de la Generalitat con Jordi
Pujol. Durante su gestión se produjo el escándalo de los camiones de
bomberos llamados "egipcios", porque habían sido concebidos y fabricados
para circular sólo por los desiertos egipcios.
Por lo tanto, tenían el centro de gravedad demasiado alto y
sencillamente tendían a volcar. Como sabe un niño que haya estudiado
Física en la enseñanza secundaria (o haya jugado en la playa con
determinadas figuras hinchables) el centro de gravedad siempre tiende a
estar en el lugar más bajo posible.
Aquel impresentable error causó vuelcos y la muerte de dos bomberos. Los
camiones continuaron en servicio, pero sólo podían ser usados a una
velocidad de bicicleta –ciertamente impropia de una emergencia– y para
incendios muy cercanos a su cuartel. Todavía hoy hay bomberos que
recuerdan la incapacidad de Bonastre. Todavía no les cabe en la cabeza
cómo y por qué se compraron aquellos camiones. Costaría mucho argumentar
que fuera en interés y beneficio de la Generalitat. Aun así, alguien
pudo quedar contento. No los bomberos ni sus familiares.
A punto de ser director general de la policía
Pero Mas continuó confiando en Bonastre. Nada raro, dado que Mas siempre
ha evitado pronunciamientos claros contra la corrupción, por las
razones que sea. Así, en enero de 2011, al llegar Mas a la Generalitat,
dos diarios muy prócimos a CDC publicaron que Ramon Bonastre sería
nombrado inmediatamente Director General de Policía en la consejería que
se acaba de confiar a Felip Puig. Fue entonces cuando recibí
información del personaje y publiqué dos artículos en el 'Diari de
Girona'. En los diarios de Barcelona, nada de nada, y esto ha sido así
hasta hoy. Por usar el título de un libro del gran poeta, ensayista y
periodista J.V. Foix, Bonastre es un apartado más de "Allò que no diu
'La Vanguardia'" (Edicions Proa, Barcelona, 1970).
Sentencia de gran dureza verbal
La sentencia
condenatoria de la Audiencia de Tarragona fue de una gran dureza
verbal. Afirma: "La contabilidad del Ayuntamiento se llevaba de forma
anárquica, rayando en lo caótico, pues no existía concordancia entre los
ingresos liquidados y los ingresos correspondientes, quedando al final
del ejercico restos por cobrar y pagar, sin los debidos soportes
documentales".
Un elemento clave de aquel delito, objeto de un sentencia condenatoria
cien por cien firme, es lo que la decisión judicial final dictamina que
era una "cuenta (bancaria) bisagra".
La propia sentencia alude a este tema delicado y clave. "Tanto el
secretario interventor (es decir, el hoy director general Ramon
Bonastre) –escriben y firman los magistrados– como el Depositario (que
fue condenado a una pena mucho menor) dieron viabilidad con sus firmas,
necesarias para realizar las transferencias, a sabiendas
que los fondos públicos iban a una cuenta (bancaria) que ellos no podían
intervenir ni vigilar, desentendiéndose por completo del destino que
dichos fondos pudieran tener ni de quienes han sido sus receptores".
¿Quién pudo quedar impune?
Esta frase final
de la sentencia deja claro que un punto clave no se pudo aclarar. En
efecto, no se supo a quién fue a parar el dinero. Si alguien lo
sabía, no lo dijo. Este hipotético personaje tendría que merecer el
agradecimiento por parte de quién acabó quedando impune. Como los jueces
no lo pudieron precisar, tampoco lo puedo hacer yo, ni insinuarlo. En
cuanto a presunciones, que todo el mundo piense en las suyas propias.
En cambio, hay otro dato objetivo. Consiste en que entonces un nuevo
ayuntamiento de Ascó se constituyó en acusador particular, pidiendo que
Bonastre fuera condenado a la pena de ocho años y un día de prisión
mayor. El fiscal, elemento del proceso penal sometido a una estructura
jerarquizada, pidió sólo la misma pena que acordó el tribunal.
El 20 de junio de 1997, la ministra de justicia del primer gobierno
Aznar, apoyada por CiU, Margarita Mariscal de Gante firmó, de manera
acorde con el Derecho, un indulto beneficiando a
Bonastre. Se habían cumplido los plazos de las penas. Hay que destacar
que un indulto acredita no la inocencia, sino precisamente la total
firmeza, es decir el agotamiento de todos los niveles procesales, de la sentencia condenatoria antes impuesta.
Malas referencias politicoadministrativas
En cuanto a la tarea administrativa y política de Bonastre, sólo he
podido conseguir malas referencias. El comité de empresa de Derby quedó
sorprendido de su poca competencia profesional. Una abogado que llevaba
un tema sanitario quedó boquiabierta al ver que le indicaba que le podía
poner una querella. Fácil y rápidamente le hizo bajar velas,
indicándole que quizás ella seria querellante y no querellada.
Varias veces ha comparecido para dar, en nombre de la Generalitat, datos
respecto al grado de seguimiento de huelgas –en concreto, de la general
acabada de llevar a cabo– que no tenían nada que ver con las
facilitadas por los sindicatos ni por fuentes independientes.
Las relaciones con empresarios, grandes financiadores de CDC, son para
este partido un tema clave. Esto es lo que puede explicar la gran
preeminencia política de Germà Gordó, antes gerente de CDC y ahora el
hombre más poderoso de la Generalitat, después de Mas. Que Bonastre esté
en este ámbito puede ser de interés. Las explicaciones públicas sobre
problemas laborales suelen corresponder a acciones también publicas de
los sindicatos. El papel de las relaciones con los empresarios es, muy
justamente, también importante, pero efectuado discretamente.
Las delicadas relaciones con empresarios
Costaría de creer que el PP no lo supiera. En todo caso, un reciente
cambio legislativo español ha hecho que actualmente los ERE no necesiten
la aprobación previa de la Generalitat, sino que puedan ir directamente
al ámbito judicial social. Aquella aprobación previa fortalecía la
relación entre CDC y los empresarios, que siempre hay que situar en un
terreno interesante y opaco. El mismo hecho de que Bonastre fuera dado,
al inicio de 2011, como inminente Director General de la Policía, por
dos diarios afines a CDC, muestra que es una persona a quien Mas le
puede confiar cuestiones delicadas.
Fuentes
periodísticas también lo retratan como incompetente, de expresión a
menudo ininteligible. Quizás por eso le han encargado que lleve a cabo
actas sectoriales de campaña. La política laboral y de calidad
del trabajo (¿bomberos incluidos, o excluidos?) de CDC puede aspirar a
pasar mejor cuando peor se explica y menos se entiende.
Un poder fáctico, musical
Hay un dato todavía más singular. Ramón Bonastre es hermano del
musicólogo Francesc d'Assis Bonastre, profesor de la Universidad
Autónoma. Una fuente afirma que Mas cree que este musicólogo disfruta de
un poder fáctico en este campo, debido en parte a un importantearchivo
histórico musical. La búsqueda del control social indirecto es básica en
la concepción del poder por parte de Mas. Es la cruda realidad de su
estatismo, de su "transición nacional" y de la consecución de
instrumentos de Estado. No parece que le preocupe que esto pueda
afectar, en el terreno cultural, a la libertad de creación ni, en los
otros campos, al Estado del Bienestar o a la racionalidad económica,
donde hoy la competitividad internacional es determinante. En el terreno
de la sanidad aquel afán de control social es el elemento capital. Por
eso Mas potencia clanes privados de poder sanitario, cómo he escrito a
menudo.
Mena, fracasado como consejero
Si Mas vuelve a ser presidente, está muy claro que el consejero Francesc
Xavier Mena no estará. Ha logrado el gran reto de ser pésimo –pero no
mala persona, como Boi Ruiz– en un gobierno que habrá sido cualquier
cosa menos "el de los mejores".
Ahora bien, no tengo nada claro que Bonastre hermano no obtenga una
canongia. La afirmación judicial firme según la cual asumió una gestión
"anárquica, rayando en lo caótico" está perfectamente asumida. Mas sólo
reclama que se berree "Estado", "Estado" y "Independencia",
"Independencia". El resto no lo tiene cuenta. Es una postura que
obviamente, visto el caso Palau, el caso ITV y otras informaciones
policiales más recientes, asume como aquel que nada. Su hígado es
grande, tan grande como un Estado territorialmente inmenso, como Rusia,
donde fue –como por todas partes, y en particular en Bruselas– muy mal
recibido. Todo lleva a creer que ahora estaría todavía más despreciado.
Alfons Quintà
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