El Gobierno incumplió su obligación de presentar un informe contra los desahucios - elConfidencial.com
El Gobierno incumple desde hace cuatro meses un mandato parlamentario
para presentar en las Cortes Generales un informe con medidas que
permitan frenar la sangría de los desahucios. Un lacerante problema que
se ha metido a toda prisa en la agenda de cuestiones urgentes a abordar
por el Gobierno tras el suicidio de Amaia Egaña este viernes en
Barakaldo y después de que jueces, colectivos y hasta la Unión Europea
hayan sacado los colores al Ejecutivo por una norma de principios de
siglo que ha dejado ya sin hogar a más de 350.000 personas desde el
inicio de la crisis. El lunes, seis técnicos del Gobierno y del PSOE
tratarán de dar forma a una solución urgente que, como primera medida,
fijará periodos de carencia -plazos exentos del pago de hipoteca que
permitan seguir viviendo en el hogar- para las familias en situación de
vulnerabilidad.
El Gobierno, sin embargo, llega tarde a un asunto al que debería, al
menos por mandato parlamentario, haber dado alguna solución hace meses.
Así se fijó, al menos, en la recta final de la anterior legislatura, en
la que el PSOE reformó la ley concursal (Ley 38/2011) e incluyó una
diposición adicional única en la que fijaba un periodo de seis meses
para que el Ejecutivo remitiese a las Cortes dicho informe. La reforma
se aprobó el pasado 11 de octubre aunque entró en vigor el pasado 1 de
enero de 2012 por lo que el plazo marcado expiró el pasado 30 de junio.
La disposición adicional única de dicha ley establece que el Gobierno
remitirá un “informe sobre la aplicación y los efectos del conjunto de
medidas adoptadas para mejorar la situación de las personas físicas y
familias que se encuentran en dificultades para satisfacer sus
obligaciones, y especialmente las garantizadas con hipoteca”. Los
legisladores aprobaron también que dicho informe incluyese “la posible
adopción de otras medidas, tanto sustantivas como procedimentales que, a
través de las oportunas iniciativas, completen la protección económica y
social de consumidores y familias. A tal efecto, podrán proponerse
opciones de solución extrajudicial para estos casos, sean de carácter
notarial o registral, de mediación, o de otra naturaleza”.
Es significativo que esta obligación gubernamental se incluya en la
reforma de la Ley Concursal, pues supone el reconocimiento implícito de
que a través de ese mecanismo -como ocurre en Alemania- podrían evitarse
situaciones de pérdida de vivienda protegiendo a los particulares
sobreendeudados y reconduciendo sus obligaciones con las entidades
financieras.
Hasta esta semana, en la que el Gobierno y el PSOE han acelerado
contactos al máximo nivel (Soraya Sáenz de Santamaría-Elena Valenciano)
para frenar el drama de los desahucios de forma urgente, los deberes
estaban sin hacer. El único texto remitido por Moncloa al Congreso fue
el famoso Código de Buenas Prácticas fijado en un Real Decreto del
pasado 9 de marzo al que se suscribieron de forma voluntaria las
entidades bancarias y que ha demostrado ser claramente insuficiente para
frenar las ejecuciones hipotecarias. El propio presidente del Gobierno,
Mariano Rajoy, reconoció el martes que “no ha funcionado como debería” y
que es “necesaria una nueva vuelta de tuerca”. “Si los bancos no lo
ponen en práctica –añadía- hay que tomar otro tipo de medias que pasen
por la obligatoriedad”.
Sin embargo, otras fuentes del Gobierno consultadas ayer por El
Confidencial sobre el incumplimiento de esta obligación legal aseguraron
que el Ejecutivo "dio el primer paso con la aprobación del Código de
Buenas Prácticas", y aseguraron que después "se ha seguido trabajando en
el régimen concursal para las personas físicas con el fin de dar una
solución a los sobreendeudamientos de las familias y empresas". Las
mismas fuentes admitieron implicitamente que -cuatro meses después de
expirado el plazo- no se ha presentado aún ningún informe ni tomado
medidas pero, dicen, "está bastante avanzado y, si es necesario, irá en
el paquete de medidas que se propondrán con caracter inmediato".
A esa tarea tratarán de darle forma el próximo lunes los seis técnicos
seleccionados por Gobierno y oposición para zanjar este asunto. Por
parte del Ejecutivo, será el subsecretario de Economía, Miguel Temboury
quien coordine al resto de los técnicos propuestos por Moncloa, que
podrán ir variando en función de las reuniones. La delegación
socialista, por su parte, está compuesto por la diputada Inmaculada
Rodríguez Piñeiro, el economista Julio Rodríguez y el notario Ignacio
Navas.
El PSOE no se atrevió a ir más allá
Jesús Quijano, ponente socialista en la Comisión de Justicia durante la
pasada legislatura explicó a principios de año, en una conferencia sobre
la reforma de la Ley Concursal, cómo fue la tramitación parlamentaria
de dicho proyecto y, también, de la inclusión de esa disposición
adicional única con deberes para el Gobierno. El PSOE, que a finales de
octubre, presentó en el registro del Congreso una proposición de ley
sobre esta materia y que es la base sobre la que trabajarán sus
expertos, no se atrevió tampoco cuando estuvo en el Gobierno, a
modificar la normativa, que data de principios de siglo.
“Creo incluso que en algún momento, y no lejano, deberemos aceptar
legislativamente que la persona física concursada, sobre todo en ciertas
circunstancias, merece una condonación o remisión del pasivo pendiente,
dentro de ciertos límites, con determinados compromisos de cumplimiento
temporal, y con los particulares requisitos de un deudor de buena fe;
pero también entendí entonces que introducir un elemento tan novedoso en
el contexto de esta reforma produciría en la situación actual una
alteración de las condiciones objetivas en que se mueve el procedimiento
concursal, con probables consecuencias no deseadas en términos de
seguridad jurídica, de incertidumbre crediticia y de solvencia
financiera”, explicaba Quijano en esa conferencia de principios de año.
“Dimos a la cuestión otra orientación (ahí está la Disposición Adicional
Única), porque no queríamos eludir la responsabilidad; pero ese fue el
criterio aplicado para no abordar de otra manera una cuestión en la que
había enmiendas en diversas direcciones”.
La propuesta de fijar periodos de carencia será estudiada el lunes por
el grupo de expertos, que analizará todas las propuestas de Gobierno y
oposición y decidirá cuáles son las más apropiadas. La intención del
Ejecutivo es que la batería de medidas esté en marcha cuanto antes y su
aplicación sea inmediata.
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