El empresario y su hermana están en paradero desconocido desde que se notificó el inicio del juicio
BILBAO. Jabyer Fernández y su hermana Susana están en paradero desconocido desde el pasado 16 de julio. La policía está intentando localizarlos a instancias del juez del Juzgado de Instrucción número 6 de Bilbao, José María Eguia, para comunicarles la apertura del juicio oral en la pieza penal por la quiebra de Iurbenor y un delito fiscal. La Fiscalía y las acusaciones particulares solicitan penas de cárcel que suman diez años para Jabyer.
El magistrado ha solicitado a las fuerzas de seguridad que averigüen el paradero del empresario vizcaino y su hermana como paso previo a una orden de busca y captura, que se dictará en el caso de que las policías comuniquen al juzgado que no han logrado encontrarlos.
Han pasado casi cinco meses desde que la justicia les perdió la pista si bien la ley no fija un plazo concreto para activar la detención. La orden de búsqueda es más reciente, 3 de octubre, aunque desde entonces tampoco se ha producido ninguna novedad. Siguen sin aparecer y si se diera el caso de que las Fuerzas de Seguridad comunicaran al juez que están oficialmente desaparecidos, el magistrado puede incluso dictar una orden internacional de captura.
Todo está el aire. Hasta la apertura del juicio que puede llevar al controvertido empresario a la cárcel. De hecho, Jabyer ha dejado de estar localizable justo en el momento en el que el juez le ha enviado el auto que marca el inicio del procedimiento. Técnicamente, ni él ni su hermana han recibido la comunicación y no se han puesto en contacto con el juez, ni ellos ni Juan Carlos Monclus y Juan José Miraved, sus abogados, que han recibido la notificación.
El exhorto, con fecha de 16 de julio, fue devuelto por el Juzgado de Paz de Santurtzi "sin cumplimentar por no residir en dicha localidad los acusados", según indica el magistrado en la providencia posterior de octubre en la que solicita a la policía que "practique las gestiones necesarias en averiguación del actual paradero y domicilio de los mismos".
No hay juicio si no hay acusados que presentar ante el tribunal. Y Jabyer Fernández se enfrenta a penas de hasta diez años de cárcel y una multa de cerca de 53 millones de euros. Está acusado de un delito de insolvencia punible por la quiebra de su entramado empresarial. La pieza mercantil ya le declaró culpable de provocar el concurso de acreedores de Iurbenor al descapitalizar la empresa con el desvío de fondos y fuentes judiciales consideran "improbable" que no corra la misma suerte en la parte penal. Los dos años contemplados como pena mínima ya supondrían su ingreso en prisión, pero se solicitan los seis años que establece la ley como máximo.
Además está imputado en otro delito contra la Hacienda Pública -de 1 a 4 años, también se pide el máximo- por no ingresar en la arcas de la Diputación de Bizkaia el IVA que se generó en la venta de los terrenos en Barakaldo en los que se estaba previsto construir las 2.000 viviendas del proyecto bautizado como Puerta de Bilbao.
Aquella ambiciosa promoción fracasó. Al igual que todo el imperio de Jabyer Fernández se ha derrumbado dejando el vacío de la explosión de una burbuja de aire. Tras la sentencia mercantil que les declaró a su hermana y a él culpables de provocar la quiebra de Iurbenor, se enfrentaban ahora al proceso penal paralelo y ha sido justo ese el momento en el que la Justicia no ha podido localizarlos.
La apertura del procedimiento al promotor y su hermana, imputada solo por el delito de alzamiento de bienes en la quiebra del grupo empresarial y para la que se solicita un pena de cuatro años de cárcel y una multa de 12.000 euros, hubiera supuesto un duro golpe. No solo por las consecuencias penales, también por las económicas ya que el juez daba a los acusados un plazo de un día, una vez recibida la notificación, para hacer frente en efectivo o en avales a una fianza de 164 millones. La mayoría de ellos, 117 millones, a cargo de Jabyer Fernández. Es la garantía que exige el magistrado para asegurar las responsabilidades económicas exigidas por las acusaciones pública y privadas, entre ellas la Diputación de Bizkaia. En el proceso penal también están personados sus exsocios en Iurbenor.
las claves
· 10 Años de cárcel. El fiscal y las acusaciones particulares solicitan para Jabyer una pena de seis años de cárcel, el máximo, por el delito de insolvencia punible y cuatro años para Susana Fernández. Un juzgado mercantil ya les declaró culpables de provocar la quiebra de Iurbenor por descapitalizar la empresa al desviar el dinero de la venta de los terrenos de Sefanitro. La Diputación de Bizkaia añade para Jabyer una petición de cuatro años por delito fiscal.
· Venta de Sefanitro. Los dos delitos, contra Hacienda y alzamiento de bienes, están ligados a la venta de los terrenos de Puerta de Bilbao.
Los dos acusados no han firmado el exhorto que iniciaba el proceso por alzamiento de bienes y delito fiscal
La apertura de la vista oral del juicio penal les obligaba a hacer frente a una fianza de 164 millones de euros
El blog de JC Latxaga: Nuestro ciudadano Kane
Ha sido como cuando tomas una cereza de un frutero. Se engancha a otra, y ésta, a una tercera, y así sucesivamente. Las cerezas salen en cadena, como en cadena han salido estos últimos días las noticias referentes a Jabyer Fernández y su grupo empresarial. Noticias un poco peores cada día hasta desembocar en la hecatombe que nos cuentan hoy los medios. Nada menos que una denuncia ante los tribunales de la que hasta ahora ha sido su propia gente, entre otros, Fernando García Macua, quien le debe nada menos que ser presidente del Athletic.
Se diría que Jabyer Fernández ha caído en desgracia. El otrora poderoso empresario milagro, al que se le reían las gracias y del que se alababa su espíritu de superación, ese que le llevó en apenas dos décadas de la zanja donde ejercía de peón al despacho enmoquetado desde el que dirigía un imperio económico con ramificaciones que llegaban a la política, como no podía ser de otra manera.
Una vez oí cómo un preboste político calificaba a Fernández como "el Amancio Ortega de Euskadi". El self made man, pletórico de éxito, ha llegado a tener en su mano a lo más representativo del deporte de Bizkaia. El Athletic, con García Macua como persona interpuesta, el baloncesto, con el patrocinio del Bilbao Basket por parte del Iurbentia, y el Kaiku, para quien reservó la marca Habidite. Si las pruebas de bueyes hubieran tenido suficiente impacto social, no le hubiera faltado una marca que grabar en sus lomos. El deporte era la imprescindible joya de la corona, el adorno brillante para un imperio de ladrillo y hormigón.
Eran otros tiempos, sin duda, cuando nuestro héroe era recibido en palacios (forales o no) y repartía regalos, dádivas y patrocinios a partes iguales mientras crecía su leyenda. Había quien le atribuía propiedades fastuosas, coches de ensueño, hasta un avión privado. No era solo el Amancio Ortega de Euskadi, ni un simple empresario del año, según proclamó en portada una revista especializada patrocinada por sus empresas, ni siquiera el millonario filántropo que revertía a la sociedad en forma de patrocinios deportivos parte de lo que la sociedad le había dado, según él mismo comentó en alguna entrevista. Era todo eso y mucho más; era, digámoslo tan resumido como sonoro, el puto amo.
Pero de pronto, aquellos que le adjudicaban las más faraónicas de las obras que se ejecutan en Bizkaia, los que veían en él a un modelo de empresario, los que palmeaban el hombro y se ponían a su lado para la foto, le han vuelto la espalda. Los que medraron a su sombra, incluso le han denunciado ante los tribunales acusándole de utilizar un dinero destinado a pagar el IVA a tapar agujeros de otras empresas. Se me escapan las razones que han impulsado este giro copernicano. Fundamentalmente porque serán muchas y complejas. Supongo que Jabyer Fernández seguirá siendo, en el fondo, el mismo hombre que cavaba zanjas y el mismo que fue amasando una fortuna gracias a caprichosas adjudicaciones de contratos variados. Supongo que el vestir un traje de dos mil euros no cambia demasiado lo que hay debajo. Como también supongo que todos los que antes le adulaban y ahora le han retirado el saludo, sabían lo que había debajo; lo bueno y lo malo.
Supongo también que no estamos solo en el final de un imperio sino en el comienzo de un escándalo de proporciones espectaculares. Hay mucha gente implicada en la biografía más reciente de nuestro ciudadano Kane, y muchas instituciones afectadas, demasiado como para que no acabemos conociendo el misterio de Rosebud. Permanezcan atentos a sus pantallas.
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