Cepsa amenaza con dejar el negocio del butano por las pérdidas en la tarifa
El Gobierno ha congelado el precio del butano tras eliminar por ley la
fórmula vigente para su cálculo sin haber elaborado otra nueva.
Operadores, como Cepsa, han amenazado en privado con abandonar el
negocio. El sector, que encabeza Repsol, reclama un déficit de tarifa de
400 millones desde 2009.
El sector dice que pierden tres euros por bombona por su congelación
El famoso RDL del pasado 31 de diciembre sobre mejora de la gestión del
sistema especial de empleados del hogar no incluyó únicamente medidas
relevantes sobre el déficit de tarifa, sino también la congelación del
precio de la bombona de butano "hasta la próxima revisión". Un precio
máximo cuya fórmula de aplicación establecida en una orden ministerial
de octubre 2009, fue anulada por una sentencia del Tribunal Supremo del
pasado 19 de junio.
Pues bien, el Gobierno no ha elaborado una nueva fórmula que sustituya a
esta, tal como exige el Supremo, y ha anulado la que estaba vigente,
que se remonta a 2008, con la que hubiese resultado un precio a partir
del 1 de enero de 19,06 euros por botella, frente a los 16,10 euros en
que ha quedado congelado.
Alegando que la elaboración de una nueva fórmula para determinar los
precios regulados de los gases licuados del petróleo (GLP),
esencialmente, el gas butano pero también el propano, "que concilie
estímulos a la competencia y elementos compensadores", como señala la
sentencia del Supremo, es algo "muy complejo", el Ejecutivo ha optado
por otra huída hacia adelante en la regulación del precio de la bombona.
Como llueve sobre mojado, y las pérdidas acumuladas por las empresas
desde octubre de 2009 ascienden a 400 millones de euros, según los datos
de la asociación del sector, AOGLP, el malestar de los operadores se ha
tornado en irritación. De hecho, la segunda compañía del sector, Cepsa,
con una cuota de mercado del 15%, ha llegado a comentar en privado que
está dispuesta a abandonar un negocio que le acarrea pérdidas dos
tercios de los meses del año. En la misma línea se pronuncian otros
operadores.
Oficialmente, la petrolera controlada por el fondo soberano de Abu Dabi,
IPIC, asegura que, "evidentemente", no es posible un abandono, aunque
sí se podría plantear la venta del negocio. El problema es que, con esta
regulación a pérdidas, es muy difícil encontrar un comprador. Cepsa
tiene un stock de ocho millones de bombonas, que no ha amortizado pues
fue el primer operador en renovar su parque al introducir la botella
ligera.
En el caso de Repsol, reconoce que pierde tres euros por cada bombona
que pierde. Unas pérdidas generalizadas entre el resto de compañías,
según la AOGLP. En el mercado del butano operan seis compañías, que
están integradas en dicha asociación. Junto a Repsol Butano, que
encabeza la lista con una cuota del 73%, y de la propia Cepsa Gas
Licuado, están Disa Gas, Vitogas España y Primagas Energía.
Estas empresas han venido reclamando desde hace mucho tiempo sin ningún
éxito la desaparición del precio regulado para el butano y que se
mantenga una bombona social subvencionada. También piden que se les
reconozca un déficit de tarifa como a las eléctricas. Desde 1992 el
sector ha acumulado pérdidas de 600 millones de euros, lo que obligó al
cierre de operadores y distribuidores, según AOGLP. Con todo, el mayor
desfase se ha producido desde octubre de 2009.
Otro lío legal en el sector Una orden ministerial de octubre de 2009 del
Gobierno socialista modificó el sistema de cálculo para fijar los
precios máximos del butano. Según fuentes empresariales, la novedad de
aquella metodología, que modificaba otra orden de 2008 vigente en aquel
momento, es que referenciaba el precio de la materia prima al mes en el
cual esta había estado más baja (el mes de abril de aquel año) y fijaba
un coeficiente que dejaba "estáticos los precios". El resultado
inmediato fue una caída del precio del butano del 4,8% y una denuncia de
los operadores en los tribunales.
El pleito se resolvió en junio del año pasado con una sentencia del
Supremo por la que anuló la orden de octubre de 2009, con lo que volvía a
regir la de 2008 que había sido modificada.
El Gobierno anterior elaboró un anteproyecto de modificación de la Ley
de Hidrocarburos donde se recogían algunas de las propuestas de las
empresas, como la implantación de una bombona social. Pero el adelanto
electoral dio al traste con el proyecto.
En los últimos días de diciembre, el ministro de Industria, José Manuel
Soria, anunció, para sorpresa de las compañías, que el precio de la
bombona se congelaría en enero (16,10 euros). Algo que se materializó en
el ya famoso RDL sobre empleados del hogar, que alude a "la
complejidad" para elaborar una nuevo fórmula para fijar los precios de
los GLP" y elimina la orden de 2008 (que fue modificada pero no anulada
por la de 2009) para congelar así el precio de la botella. Una medida
transitoria hasta la próxima revisión trimestral, que fija el 1 de marzo
en lugar del 1 de abril, lo que podría ser una errata.
La AOGLP ha asegurado que se reserva el derecho de emprender acciones legales contra esta medida.
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