El gran éxito de la reforma laboral: 100 ERES diarios
Los últimos datos facilitados por el propio Gobierno corroboran los
catastróficos efectos que la reforma laboral vigente desde el 12 de
febrero de 2012 está teniendo sobre el empleo . Después de tres bajadas
consecutivas, que los apologistas de la reforma interpretaron a su
conveniencia, el número de despidos colectivos volvió a crecer en
octubre. Sólo ese mes, se comunicaron a la autoridad laboral 3.077
expedientes de regulación de empleo (ERE), a razón de cien diarios, con
un aumento del 56% respecto a la cifra de septiembre.
Los datos acumulados son aún más aterradores: hasta octubre, 27.055
empresas se habían acogido a ese procedimiento para aligerar sus
plantillas, frente a las 15.870 de los diez primeros meses de 2011. Una
subida tan espectacular (el 70%) sin duda tiene que ver con el creciente
deterioro de la situación económica, pero también con las notables
facilidades para el despido que la reforma laboral introdujo. Desde
febrero, los ERE no requieren ya autorización administrativa previa, lo
que en la práctica da carta blanca a los empresarios para despedir con
la indemnización mínima de 20 días por año.
No sólo el número de expedientes aumentó hasta octubre, sino también el
de trabajadores afectados, que fue de 374.773, un 53% más que en el
mismo periodo de 2011. Eso y la desaparición de unos 200.000 empleos
públicos explican la pésima evolución del empleo en España durante los
doce meses transcurridos desde el regreso del PP al poder. Según la
última EPA, bajo el mandato de Rajoy, pese a los costosos sacrificios
exigidos a los ciudadanos, medio millón de personas han ido a engrosar
las listas del paro.
El presidente del Gobierno dijo no hace mucho que se siente satisfecho
con los resultados de su reforma porque ha disminuido la destrucción
definitiva de puestos de trabajo, al acogerse muchas empresas a las
suspensiones temporales de empleo. Eso, sin embargo, no responde a la
realidad: entre enero y octubre hubo más trabajadores afectados por
ERES temporales, sí; pero también más despedidos; en concreto, un
20,5%%, que no es moco de pavo.
En consecuencia y como era previsible, la reforma, al menos hasta el día
de hoy, no ha servido para animar la creación de empleo, sino todo lo
contrario. Está siendo masivamente utilizada por los empresarios para
continuar, a menor coste, el ajuste laboral que empezó con el estallido
de la crisis y que ha puesto a España en el umbral de los seis millones
de parados. Un acierto más que los trabajadores tenemos que agradecerle a
Rajoy.
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