Los pisos más baratos de la década
Así podría haber comenzado un artículo de CincoDías en los ochenta.
Desde entonces han pasado 33 años y 10.000 números y, así como ha
variado el periódico, lo ha hecho el país.
Uno de los ámbitos en los que más turbulencias se han experimentado ha
sido el del sector de la vivienda. En poco más de tres décadas, las
familias han visto cómo los precios de sus pisos alcanzaban cifras
desorbitadas y, súbitamente, comenzaban a descender.
Es eso a lo que llamamos burbuja inmobiliaria y su estallido. ¿Pero qué
es una burbuja? Según el informe sobre la Situación inmobiliaria de
2002, elaborado por el BBVA, "una burbuja surge cuando los precios del
activo aumentan por encima de lo que justificaría la evolución de sus
fundamentos económicos". En España, el precio de la vivienda se
incrementó, entre 1997 y 2007, un 114% en términos reales, según el
Banco de España.
Los expertos responsabilizan del crecimiento de los precios a la caída
del desempleo (de un 24% en 1994 a un 11% en 2004), la bajada de los
tipos de los interés hipotecarios, gracias a la incorporación al euro, y
el fácil acceso a los créditos. Además, la inmigración masiva, pues
según el Instituto Nacional de Estadística, la población extranjera se
quintuplicó entre 1991 y 2001. Tampoco hay que olvidar que una de las
causas fundamentales de la burbuja fue que la compra de viviendas se
convirtió en la forma preferida de inversión para muchos españoles.
Ante el aumento de la demanda, la oferta también lo hizo, pero se vio
desbordada y los precios comenzaron a ascender. El Fondo Monetario
Internacional (FMI) cifró la sobrevaloración de la vivienda en España a
finales de 2007 en torno al 17%, similar a la de EE UU (20%) y Reino
Unido (28%). Si los precios entre 1995 y 1997 crecieron por debajo de la
inflación, desde entonces lo hicieron anualmente un 10%, según el Banco
de España.
Cinco años después de que pinchara la burbuja, aún estamos sufriendo sus
trágicas consecuencias en forma de una grave crisis económica mundial.
Durante el último año, los precios de la vivienda de segunda mano
sufrieron un descenso del 10,5%, el mayor hasta ahora, informa
Fotocasa.es. Desde abril de 2007, fecha en la que alcanzaron su valor
máximo (2.952 euros por metro cuadrado), ya se acumulan 62 meses
consecutivos de caída, alcanzando así un descenso total del 36%. Sin
embargo, el portal inmobiliario considera que "el precio de la vivienda
continuará experimentando leves descensos que reflejan el poder de
negociación del precio a la baja, debido a la coyuntura económica actual
y a la restricción del crédito a las familias" y no mostrará un repunte
al alza hasta que "se restablezca la financiación a las economías
domésticas y disminuya el paro".
La imposibilidad de muchos españoles endeudados para pagar sus viviendas
ha hecho que estas hayan sido embargadas por los bancos y ahora estén
vacías, ante la inexistencia de compradores que puedan hacer frente a
sus altos costes.
El Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda 2012-2024 (Pitvi)
cifra el número de casas nuevas sin vender en 900.000, aquellas con
potencialidad turística, entre 150.000 y 300.000, y las usadas, en torno
a 3,1 millones, aunque en este último caso parten del censo de
población y vivienda realizado por el INE en 2001. Esto supondría entre 4
y 4,3 millones de viviendas desocupadas, cantidad que algunos expertos
elevan actualmente a 5 millones, es decir, un 20% del parque
inmobiliario.
El nuevo Plan de Vivienda quiere reducir esta cifra, y para ello
pretende promover la rehabilitación de las viviendas usadas e impulsar
el alquiler. Este año ha reservado 765,9 millones de euros con este fin,
un 6,6% menos que el año anterior, siguiendo así los principios de
austeridad anunciados por Ana Pastor, ministra de Fomento.
Inicios del boom inmobiliario
Entre 1984 y 1991, los precios de los pisos en España se incrementaron
un 106%, según el Banco de España, y su valor se estabilizó hasta 1997.
Si en 1987 el metro cuadrado estaba valorado en 50.000 pesetas, en 2001
ya alcanzaba las 142.628 pesetas, con datos del Ministerio de Fomento.
Junto con las cotizaciones, también se multiplicó el número de viviendas
construidas. Entre 1980 y 1998 se construían de media 250.000 al año y
poco después alcanzaron las 500.000, de acuerdo a las cifras del
servicio de estudios de BBVA de 2002.
Viviendas sobrevaloradas y vacías
Antes del estallido de la burbuja, en 2004, el metro cuadrado en España
estaba valorado en 1.538,8 euros y el número de transacciones
inmobiliarias alcanzó las 848.390, según el Ministerio de Fomento. El
censo de población y vivienda, elaborado por el Instituto Nacional de
Estadística en 2001, mostró que el número de casas había subido un 20%
con respecto a principios de los noventa, a pesar de que la población
solo lo hiciera un 5%, por lo que el número de hogares vacíos alcanzó el
15%.
Las consecuencias de la burbuja
El informe de Fotocasa.es Los españoles y su relación con la vivienda
desvela que los estragos causados por la burbuja inmobiliaria no han
eliminado de la mente del 49,1% de los españoles su deseo de adquirir
una vivienda propia. Consideran que sale más rentable a largo plazo que
el alquiler, opción que solo contempla como modelo de vida un 4%. El
hogar al que aspiran mide 96 metros cuadrados, aunque desearían que
alcanzara los 120, cuesta 1.891 euros por metro cuadrado y cuenta con
tres dormitorios y un baño.
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