los ineptos echan la culpa a "la crisis", mientras que los que administran con responsabilidad duermen con la consciencia tranquila.. disfruten lo votado..
“Con lo que cuesta una tarde de toros damos trabajo a dos personas”
Son un milagro en medio del desierto presupuestario de las
administraciones públicas españolas. En España existen municipios donde
sus representantes no han vivido por encima de sus posibilidades.
Políticos que han hecho de la necesidad virtud, han capeado como han
podido la crisis y, contra todo pronóstico, cerraron las cuentas de 2012
sin deber ni un solo euro. En la Comunidad de Madrid, 36 de los 176
municipios no tienen deuda. Cuatro de ellos, Gascones, Lozoya,
Horcajuelo de la Sierra y San Agustín de Guadalix, han desvelado a El
Confidencial el único secreto de su éxito: administrar las cuentas de
todos como cada uno haría con su libreta de ahorros.
En la Sierra Norte de Madrid viven los 180 vecinos de Gascones. La
secretaria interventora municipal, Encarnación Sanz, se comparte con
otros municipios colindantes. “Los ingresos propios del ayuntamiento se
utilizan para los gastos comunes: alumbrado público, calefacción de los
edificios, el médico, las reparaciones que van surgiendo…”. El secreto
para que los vecinos no hayan tenido que sufrir subidas en los impuestos
municipales en esta época de crisis es muy sencilla: “No hemos gastado
nunca más de lo que ingresamos, ni siquiera en la época en la que
recibíamos más dinero de la Comunidad de Madrid”, resume Sanz. Para
gestionar el dinero público municipal, en el consistorio únicamente
trabajan dos auxiliares. Nada de personal eventual. “Y no hemos tenido
nunca ningún problema”.
Lozoya vive con un presupuesto anual que se aproxima al millón de euros.
Sus 600 vecinos pueden presumir de que el consistorio no tiene ni un
solo crédito bancario, “y eso que la Comunidad de Madrid ha reducido
bastante la subvención que nos da anualmente”, cuenta Alicia Sánchez, la
secretaria del consistorio. Incluso con las cuentas saneadas, los
responsables municipales no tiraron nunca la casa por la ventana y
miraban siempre al milímetro todos los gastos corrientes que se tenían.
Para gastos extraordinarios, como las fiestas del pueblo, los
responsables municipales preguntan a sus vecinos antes de invertir
dinero de todos en organizar una fiesta. Sin ir más lejos, el año pasado
hicieron un referéndum para votar si estaban dispuestos a que el
ayuntamiento se gastase 25.000 euros en una corrida de toros. “Votamos
que no. Con ese trabajo dimos trabajo a dos personas”. Los afortunados
son dos vecinos del municipio que se han convertido en “chicos para
todo”. Uno, ha sido bautizado como el “peón municipal”, y se encarga de
“hacer de todo, hasta de segar”. La otra afortunada es otra paisana, que
desde entonces es la bibliotecaria “y da las comidas en el comedor del
colegio”.
De las 95 personas que viven en Horcajuelo de la Sierra, solo dos están
en paro. La alcaldesa, Lucía Fernández, también tiene a su disposición
trabajadores multiusos. “El propio secretario lo comparto con tres
ayuntamientos más”. Las fiestas patronales que se celebran en agosto se
costean entre el consistorio y los vecinos. “Solemos recoger unos 6.000
euros entre todos”. Durante tres días están garantizadas las sardinas
asadas, la sangría y la caldereta que se comen todos juntos en la plaza.
“Somos como una gran familia”. El consejo de Fernández a otros alcaldes
que están ahogados por las deudas es gobernar con sentido de la
responsabilidad: “Hay que mirar el dinero más que el propio, porque es
de todos, y hay que administrarlo con respeto”. Por eso en Horcajuelo de
la Sierra no hay piscina pública ni pabellón, “porque no nos lo podemos
permitir”. Su alcaldesa tampoco aceptó los “juegos para mayores” que la
Comunidad de Madrid ofreció. “No los íbamos a utilizar porque no
cuadraba con los gustos de nuestros vecinos. Así que les dijimos que lo
llevasen a otros municipios donde sí les darían uso”.
Los municipios más grandes, los peor administrados
A Joaquín Aspiroz, concejal de Hacienda de San Agustín de Guadalix, le
tocó la tarea más complicada cuando el PP ganó las elecciones del
municipio en 2011: “cuadrar un presupuesto desbocado: teníamos un
déficit de 2,5 millones de euros”. El factor determinante fue el
crecimiento en la recaudación de impuestos. “Pese a esa subida, seguimos
estando por debajo de la media de lo que pagan los demás madrileños”.
Con estabilidad presupuestaria “y mucho esfuerzo por parte de todos”, el
equipo de gobierno consiguió cerrar 2012 con un superávit de 1,4
millones de euros. “Somos autosuficientes y podemos mirar al futuro con
optimismo”.
No pueden decir lo mismo hermanos mayores con muchos más recursos como
Móstoles (el más grande de la región tras la capital, con más de 200.000
vecinos), que tiene una deuda de 126 millones de euros; Alcorcón
(168.000 habitantes) que cerró 2012 debiendo 265 millones; Alcalá de
Henares con una deuda de 182 millones y Torrejón de Ardoz, que debe 152,
sin hablar del Ayuntamiento de Madrid, el municipio más endeudado de
toda España. Mientras los más grandes sobreviven 2013 como pueden y
echan la culpa de su situación económica a la crisis que asola a todo el
país, en Gascones, Lozoya, Horcajuelo de la Sierra y San Agustín de
Guadalix sus responsables municipales pagan “en tiempo y forma” a los
proveedores y todos, políticos y vecinos, duermen con la conciencia muy
tranquila.
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