Defensa hace caja: la Armada pone en venta submarinos de 'saldo' por sólo 68.000 euros
Los recortes han dejado exhaustas las arcas del Ministerio de Defensa.
"Ya estamos en el límite", advirtió recientemente el titular del
departamento, Pedro Morenés. Para paliar esa dramática situación y
tratar de hacer caja, el Gobierno, además de "hacer malabares" con los
presupuestos de las Fuerzas Armadas -en palabras del propio ministro-,
ha puesto a la venta material militar de saldo, empezando por el de la
Armada. Por poco más de 68.000 euros se puede adquirir, por ejemplo, el
submarino Marsopa, que saldrá a subasta el próximo 22 de mayo en el
Arsenal de Cartagena (Murcia).
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el pasado martes un anuncio
de Defensa para convocar la licitación pública del sumergible, que entró
en servicio en la Armada en 1975 y fue dado de baja, junto a los otros
tres submarinos de la serie 60, entre 2003 y 2006. El esqueleto del
buque, desprovisto ya de su armamento, instrumentos de navegación y
sistemas de comunicación, será subastado por 68.035 euros, y su destino
más que probable es el desguace para su transformación en chatarra. Si
la primera subasta quedara desierta, se convocarían nuevas pujas,
aplicándose un 15% de descuento en cada una de ellas.
Pero la inminente venta del Marsopa no va a ser, ni mucho menos, la
única. Antes de final de año también será subastado por 241.000 euros el
buque de asalto anfibio Hernán Cortés, que prestó servicio en la Navy
estadounidense entre 1972 y 1994, y desde entonces hasta 2009 en la
Armada española. Y en los próximos meses se ofrecerán al mejor postor la
fragata Baleares y los patrulleros Bergantín, Mouro y Marola, todos
ellos a la espera de comprador en la base naval de Ferrol (La Coruña).
El mismo destino aguarda a la fragata Asturias y el patrullero Chilreu,
aunque aún no hay fecha para su licitación.
Ni siquiera el portaaviones Príncipe de Asturias, buque insignia de la
Armada durante los últimos 25 años, se librará del desguace. El pasado 6
de febrero, el príncipe Felipe de Borbón despidió en la base aeronaval
de Rota (Cádiz) al portaaviones, que realizó su última travesía hasta
Ferrol, donde será inmovilizado, desarmado y subastado. La crisis y los
recortes forzaron a Defensa a tomar esa dolorosa decisión: el
mantenimiento del Príncipe de Asturias costaba casi 30 millones de euros
anuales. Y su modernización ya se descartó en 2003, en plena bonanza
económica, por su elevado presupuesto: más de 400 millones.
Residuos peligrosos
No parece fácil que un particular o una entidad privada se animen a
pujar por el submarino Marsopa u otros buques de la Armada para
transformarlos, por ejemplo, en museos flotantes. Entre otras razones
porque el comprador también deberá afrontar los gastos de reciclaje de
los residuos peligrosos que contienen los barcos de guerra. Y la
legislación de la Unión Europea (UE) en materia medioambiental es muy
estricta, imponiendo rigurosos controles en el tratamiento de materiales
contaminantes.
Si bien en 2013 el recorte del presupuesto de Defensa es un 2,89%
inferior a la de la media de los ministerios (8,9%), la reducción
acumulada durante el período 2008-2013 ha sido de un 30,09%, lo que
representa un tijeretazo de algo más de 2.555 millones de euros en los
seis últimos años. El crédito inicial disponible para este ejercicio
representa el 0,55% del Producto Interior Bruto (PIB) previsto, e
implica una caída del gasto a niveles próximos a los del año 2000
(5.799,77 millones). España se sitúa, así, entre los Estados miembros de
la UE que menos fondos destinan a gasto militar en términos
porcentuales sobre el PIB.
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