un artículo de los "medios de información" del régimen.. disfruten lo votado..
Rajoy temía más a la prima que a los parados
Hay
que reconocer que Mariano Rajoy es un hombre de acero. Impasible a las
emergencias nacionales. Tan seguro de sí mismo que no pierde los nervios
ni ante la amenaza de secesión de un territorio ni ante más de seis
millones de parados. Hay que tener la autoestima por las nubes para
recibir la pavorosa noticia de los seis millones doscientos mil parados y
no llamar de forma inmediata a la ministra de Empleo para ordenarle que
se pusiera a llorar o a pedir disculpas ante los españoles. Muy
seguro, muy desolado, muy noqueado o muy confundido tiene que estar el
Gobierno para no hacer una valoración política el día que se conoce la
EPA más brutal de la historia.
Puede que a
estas alturas a Mariano Rajoy ya no le espante nada porque el año pasado
se vio las caras con el mismísimo diablo y acabó por cansarle hasta que
se retiró. Le daba mucho más miedo la prima de riesgo que el
paro y los mercados infinitamente más que Luis Bárcenas. Su ex tesorero
es, de momento, menos peligroso que los hedge funds que ponían la prima
el año pasado a 600 puntos. No es nada raro. Él quiere acabar la
legislatura. La prima de riesgo podía haberle desalojado de La Moncloa y
los parados no pueden.
Levantarse todos los días pensando en la evolución de la prima. Eso sí
que era angustioso. Lo de ahora no tiene ni punto de comparación. Con
un PSOE en el 9% de intención directa de voto en los sondeos, un PP que
aprendió disciplina con Aznar –nada menos-, y los cuatro gatos que
pretendieron esta semana tomar el Congreso con un petardo de los que
tiran los niños en Nochevieja, Rajoy puede estar tranquilo. El
estallido social del que hablan los analistas y que temen algunos
dirigentes de su partido no le quita el sueño porque no lo ve.
La troika sí estaba en disposición de arrebatarle el puesto y acabar con
la legislatura. Los manifestantes y los parados no. La plataforma
antidesahucios, Ada Colau, Jorge Vestrynge, Joan Baldoví y los
periodistas que le critican ya pueden desgañitarse. Él tiene más
resistencia que todos ellos. Los escraches no dejan de ser un
divertimento destinado a que María Dolores de Cospedal salga por
televisión hablando de "nazismo puro". E incluso le vienen bien porque
puede presentar a los que protestan como una minoría violenta y radical
que quiere destruir el sistema.
El 26 de abril marcó un antes y un después en su legislatura. Rajoy
dejará más parados que los que a él le dejó Zapatero. Una hecatombe en
términos políticos para cualquiera. Un incidente en el camino para
Mariano Rajoy. La comparecencia en el Congreso puede esperar quince días
o dos meses si fuera necesario. ¿Y ahora qué? Tendrá que cambiar su
discurso. Tendrá que hacer algo. Ningún Gobierno puede aguantar esas
cifras de paro. ¿Ninguno? Sí, el que preside Mariano Rajoy en una
esquina de Europa. Él seguirá gobernando como entiende que hay que
gobernar. Cualquier cosa antes de inmutarse.
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