El post de hoy tiene más cifras que
literatura, y en este sentido es atípico. Nace de la información de un
viejo y entrañable amigo que me puso en la estela de lo que aquí cuento.
No he podido resistir la tentación de trasladarlo y comentarlo en el
blog.
Andalucía tiene una población que se
acerca al 20% del conjunto nacional y llega al 32,5 % de paro, 1,3
millones de parados, la cifra más escalofriante entre todas las regiones
españolas. Uno de cada tres parados nuevos se produce en Andalucía. El
déficit andaluz es del 3,2% del PIB y supone un agujero de más de 4.000
millones de euros. Con este panorama, en una sociedad subvencionada en
la que prácticamente una tercera parte de la población vive del dinero
público, los andaluces, desde la libre voluntad de su voto, se han
encontrado tras las elecciones con un Gobierno bipartito PSOE-IU cuyo
futuro está plagado de incógnitas. No creo que esa coalición
gubernamental fuese lo que los electores andaluces buscaban. Gran parte
del voto dado a IU era un voto contra el PSOE.
Pero los despropósitos y los desmadres
económicos vienen de antes, de un Gobierno de Griñán sin mezcla alguna
de IU. Y aquí van evidencias de ello.
En el Boletín Oficial de la Junta de
Andalucía número 73, de 16 de abril de 2012, se publica, dentro de la
sección correspondiente a la Consejería de Presidencia, una Resolución
de 21 de marzo de 2012 de la Agencia Andaluza de Cooperación
Internacional para el Desarrollo, por la que se hacen públicas una serie
interminable de subvenciones, “con indicación de las entidades
beneficiarias, el título de los programas, la zona geográfica, en su
caso, el importe concedido y las cuantías por anualidades en las que se
hará efectiva la subvención”.
La primera observación ha de referirse a
la fecha de la Resolución: 21 de marzo de 2012, exactamente cuatro días
antes de las elecciones autonómicas andaluzas y cuando todas las
encuestas anunciaban una holgada victoria del Partido Popular y, por
consiguiente, la salida de los socialistas de la Junta. Griñán quería
dejar una patata caliente a sus sucesores en el Gobierno: unas arcas
vacías y unos compromisos adquiridos que incluyen subvenciones nada
menos que hasta el año 2014. La lista del generoso Griñán contiene,
además, bastantes pagos no satisfechos correspondientes a 2011. No era
cosa de dejar al entonces previsible Gobierno del Partido Popular sin
estas cargas. El anuncio de la concesión de subvenciones cuatro días
antes de las elecciones trataba de movilizar, además, el voto agradecido
de las alrededor de ciento ochenta asociaciones y fundaciones
beneficiarias.
Esta estrategia de la “tierra quemada” y
del “vale todo” me recuerda las subvenciones millonarias del Gobierno de
Zapatero, en diversos Ministerios, concedidas precisamente en periodo
electoral. Los socialistas en esto como en tantas otras cosas
manifiestan escasa imaginación. Siempre hacen lo mismo. En muchos
Ayuntamientos que cambiaron de signo político en las elecciones
municipales del 22 de mayo de 2011 intentaron, y muchas veces
consiguieron, dejar a última hora las cajas vacías. Algún intento se
frustro, por motivos diversos, pese a sus planes. Y sólo conozco un
caso, por cercanía, en el que una alcaldesa electa del Partido Popular,
abogada de profesión, consiguió una oportuna sentencia judicial que
impidió al alcalde socialista en funciones gastar cerca de seis
millones de euros en satisfacer a sus amigos y a sus afines. Fue María
José Martínez de la Fuente en Aranjuez.
Un detalle chocante en la lista de
subvenciones otorgadas por la Junta de Andalucía es cierta
identificación nacional de las dádivas. En el apartado “país” se
consigna “Andalucía” entre los destinatarios, y Andalucía no fue país ni
en tiempos del Califato. Al fin y al cabo esa nostalgia histórica del
extinto Bin Laden, “Al Andalus”, abarcaba en su conjunto la parte
conquistada de la península, y de la “patria andaluza” no se habló hasta
que lo hizo el notario Blas Infante que, al dictado sentimental de su
andalucismo pasado por la morería, viajó a Marruecos en 1924 y en Agmat
visitó la supuesta tumba de Al Motamid, el último rey de Sevilla y gran
poeta. Blas Infante fue fusilado en agosto de 1936 en una cuneta
sevillana, uno de los execrables crímenes de las retaguardias de la
guerra civil. Con la Historia en la mano Andalucía no tiene más de
musulmana de lo que puedan tener Valencia o Toledo, pongo por caso, ya
que toda la península, menos parte de Asturias y otras zonas menores,
fue ocupada por los sarracenos a los que tanta herencia positiva
debemos.
Otro aspecto chocante, pero menos, es
que las subvenciones anuales de la larga lista publicada en el Boletín
Oficial de la Junta de Andalucía no superan los 300.000 euros. Hay
muchas dádivas que se aproximan estrechamente a esa cifra, y no pocas
llegan a la sospechosa cantidad de 299.999 euros. Supongo que para
ceñirse a una adjudicación directa.
Si se analiza con alguna atención esa
lista de subvenciones se producen más sorpresas. De muchas de ellas se
benefician asociaciones y fundaciones de las que uno no había oído
hablar nunca hasta su presencia en la generosa relación. En alguna de
las dádivas ni siquiera se consigna destino concreto. Por ejemplo una
“Asociación Madre Coraje” es favorecida con 279.200 euros para algo tan
vaporoso como “Mejorando nuestro futuro”. Supongo que no se refiere a
la mejora del futuro de la afortunada Asociación gracias a esos euros,
sino al futuro de alguien o de algo.
Entre estas subvenciones se dedican
249.506,64 euros a la “Promoción de la gestión del riesgo ante el cambio
climático” (El Salvador); 300.000 euros a la “Creación de una
industria cultural del pueblo saharaui”; 2.057.223 euros, en cuatro
anualidades, a “Desarrollo territorial integrado en Angaraes” (Perú);
292.717,60 euros a fortalecer la capacidad “Para el ejercicio de la
ciudadanía” (Nicaragua), que no logro concretar; 284.729,83 euros para
el “Fortalecimiento de la sociedad civil en el distrito de Maguade”
(Mozambique), que por mi torpeza no logro concretar tampoco; y nada
menos que 1.138.239,47 euros, en tres anualidades, al “Ejercicio de la
ciudadanía plena” (El Salvador), que -mi torpeza es cósmica- tampoco
soy capaz de concretar.
Otras curiosidades: el rey mago Griñan, o
algún colaborador cercano, debe tener cierta relación con Intibucá,
(Honduras), porque dos cuantiosas subvenciones tienen ese destino:
900.000 euros a “Programa de apoyo a la implementación de proyectos
agrarios (no figuran los proyectos concretos) en el departamento de
Intibucá”, y 614.259,41 euros a “Liderazgo, innovación, desarrollo local
y fortalecimiento municipal en Intibucá”. En la columna de “Entidades
beneficiarias” aparecen respectivamente la “Secretaría de Estado de
Agricultura y Ganadería de la República de Honduras” y la “Secretaría
Técnica de Planificación y Cooperación Exterior de la República de
Honduras”. Andalucía se convierte en caritativo cooperante de organismos
del Gobierno hondureño. Queda claro que el órgano administrativo de
cooperación exterior de la Junta de Andalucía se dedica a dar mientras
que el órgano administrativo de cooperación exterior de la República de
Honduras se dedica a recibir.
Cuando se alza tanta polvareda sobre
recortes educativos en España, el generoso Griñán destina a proyectos en
Educación por esos mundos muchas de sus subvenciones. Así, entre
tantas, concede 1.050.000 euros, en tres anualidades, para “Apoyo
educativo al niño y a la niña (qué agobio este
desconocimiento del idioma castellano) andinos” (Perú); 1.005.227 euros,
en tres anualidades, para “Educar, participar y crecer: contribución al
derecho a la educación de calidad y universal en Tánger y Tetuán”
(Marruecos); 1.863.288,92 euros, en tres anualidades, al
“Fortalecimiento del sistema público de educación” (Marruecos); 300.000
euros para “Mejora de las condiciones socio-educativas del colegio
Sidi-Yamani en Tánger” (Marruecos); 296.742,05 euros para “Mejora de la
educación formal y no formal en Mweso” (República Democrática del
Congo).
Y siguen las generosidades educativas de
Griñán: destina 299.695 euros a “Mejora de las infraestructuras de un
complejo escolar en el barrio de Mpasa, Kinshasa” (República Democrática
del Congo); 296.870 euros para “Educación de calidad en el barrio de
Kitambo, Kinshasa” (República Democrática del Congo); 300.000 euros para
“Mejora de las condiciones educativas en Beranda Catio” (Guinea
Bissau); 109.897,32 euros para “Apoyo a la mejora educativa en las
regiones norte y sur de la Costa Atlántica” (Madagascar); 197.402,70
euros para “Mejora educativa en la comuna de Zinat” (Marruecos); 211.666
euros para “Escuela deportiva para niños y niñas en Khemisset” (otra vez el “igualitarismo” idiomático) (Marruecos).
En una Andalucía con 1,3 millones de
parados y necesitada como pocas regiones de España de reactivación
económica y de apoyo a los emprendedores, el generoso Griñán concede,
entre otras muchas subvenciones en este ámbito, 299.999 euros para
“Acceso al empleo de jóvenes en Hebrón” (Territorios Palestinos);
299.999 euros para “Mejora de la formación personal y el autoempleo en
el distrito de Bamako” (Malí); 299.977,10 euros para “Creación de empleo
en Halhul, Hebrón, Tafuh y Siuj” (Territorios Palestinos); 189.487
euros para “Aumento de los ingresos para productores y productoras
(insistencia en el atentado al idioma castellano) en la comuna de
Gomitradougou” (Mali); 201.535 euros para “Aumento de la generación de
ingresos para mujeres en la comuna de Sanankoroba” (Mali); 283.328 euros
para “Mejora de ingresos de actividades animales en Kita” (Mali).
Y más ejemplos de subvenciones al empleo y
al desarrollo económico de los demás: 299.980 euros para “Favorecer
emprendimientos en los valles Cruceños” (Bolivia); 300.000 euros para
“Impulso de iniciativas agro-empresariales y mejorar la productividad y
competitividad de productos del cacao en el Corredor Maya” (Honduras);
294.230 euros para “Talleres y programas de capacitación” (Panamá),
299.989,08 euros para “Consolidación de estructuras productivas y
económicas en La Habana” (Cuba); 154.503,36 para “Mejora de la capacidad
productiva de los champiñones en Chefchauen” (Marruecos); 154.015,90
euros para “Acceso al mercado de familias productoras de café y
aguacate” (República Dominicana); 197.301,65 euros para
“Fortalecimiento de la gestión sostenible de los recursos naturales en
la provincia de Gaza” (Mozambique); 685.853,60 euros, en tres
anualidades, para “Desarrollo empresarial local” (El Salvador); 246.125
euros para “Mejora de las condiciones de vida de 160 jóvenes creando
oportunidades de empleo” (República Democrática del Congo); 231.824,73
euros para “Creación de un centro juvenil de capacitación en
Ouagadougou” (Burkina Faso). Andalucía es líder en paro juvenil en
España y en Europa, con más de un 59% de sus menores de 25 años en paro,
y Griñán gasta dinero de todos en apoyar el empleo joven en lejanos
países algunos de los cuales personas medianamente ilustradas no sabrían
ubicar en el mapa.
La lista de países beneficiados por las
subvenciones de Griñán es amplia. Ahí va, y entre paréntesis anoto las
dádivas recibidas del generoso Griñán en cada caso: Bolivia (2.714.000
euros), Burkina Faso (1.280.000), Cuba (474.000), Ecuador (1.732.000),
El Salvador (3.711.000), Guatemala (242.000), Guinea Bissau (896.000),
Honduras (2.168.700), Mali (1.202.000), Marruecos (6.587.000),
Mauritania (1.129.000), Mozambique (2.861.000), Nicaragua (2.719.000),
Panamá (294.000), Paraguay (769.000), Perú (8.599.000), República
Democrática del Congo (1.880.000), República Dominicana (1.862.000),
Territorios Saharauis (900.000), Senegal (643.000), Territorios
Palestinos (1.514.000), Togo (111.000). El total de las subvenciones
exteriores asciende a 44.288.200 euros salvo error u omisión, como se
anotaba y no sé si se anota todavía, en los asientos contables.
En el mismo número 73 del Boletín Oficial
de la Junta de Andalucía de 16 de abril de este año, y por la misma
Resolución de la Consejería de Presidencia de 21 de marzo de 2012, se
publican también las subvenciones destinadas a ese nuevo “país”:
Andalucía. De su lectura se extraen no pocas sorpresas.
Resulta extraña la subvención de 80.000
euros en la que figura como “entidad beneficiaria” la “Asamblea de
Cooperación por la Paz”, cuyo objeto es: “Promoción del rol de la
sociedad andaluza en la construcción de la paz en Oriente Medio”. Nada
menos. Igual de extraña es una subvención de 59.787 euros concedida a la
asociación o fundación “CESAL” (no se aclara su condición) cuyo objeto
es NOPOKI (¿?). Otra rareza: se otorgan 78.828,51 euros a “Movimiento
por la paz, el desarme y la libertad” que se destinan a otro objeto
incógnito: “Red ciudadana por la paz”. Y siguen los sobresaltos: una
subvención de 64.000 euros se otorga a la “Fundación economistas sin
fronteras” para otro objeto difuso: “Univeresitari@s (así de cursi) por
una economía más justa”. Y a la “Fundación Entreculturas” se le conceden
299.243,52 euros para elaborar una “Propuesta desde Andalucía para el
ejercicio de una ciudadanía global”. Toma ya.
Pero probablemente la subvención más
enternecedora es la que Griñán, el generoso, destina a la fundación o
asociación “PRODIVERSA” con una cuantía de 77.496,88 euros y cuyo objeto
es: “Sin excusas: ¡El Mundo debe ser mejor!”; ¡Pues claro! Aunque no
confío que tan tremendo asunto se arregle con una subvención. Se anota
junto a la cantidad y los objetivos que se trata de la “4ª fase”. Ya lo
pensaba yo: en las tres fases anteriores el mundo no se arregló y estos
beneficiarios crean que a la cuarta lo conseguirán.
Una entidad llamada ASECOP recibe
79.906,52 euros para “Fortalecimiento de la solidaridad con el pueblo
palestino”, y no saliéndonos de la solidaridad, a la “Asociación
Solidaria Andaluza de Desarrollo” se le destinan 58.007,50 euros para el
programa “Comunica tus derechos”. En la misma línea solidaria a
“Solidaridad en acción” se le conceden 77.301 euros para una palpitante
cuestión: “Interpretando la Educación para la Ciudadanía en el ámbito de
la Educación formal”, mientras a una asociación o fundación rotulada
“Mujeres en zona de conflicto” se le otorgan 353.202 euros para cumplir
el “Programa de promoción de cultura de paz andaluza desde el enfoque de
género”. Me he quedado de piedra porque hasta ahora conocía la “pax
romana” pero no la “paz andaluza”, aunque no debe sorprendernos
demasiado porque Griñán destina 375.773 euros a un enorme reto:
“Andalucía desde lo local hacia la ciudadanía global”.
No acabo de entender qué hara la
Fundación Albihar para ganarse los 80.000 euros que recibe para el
objetivo “Conflictos por recursos”, y no me atrevo a hacer cábalas al
respecto. “Solidaridad en acción” mete en su bolsa una nueva subvención
(no son pocas las asociaciones y fundacions que acumulan dádivas), en
esta ocasión de 316.471 euros para realizar una “Campaña de
sensibilizaión social e incidencia sobre el eje Derechos Humanos”. Otras
dos subvenciones abultadas: “Intermon” recibe 344.403 euros, en tres
anualidades, para crear una “red de docentes andaluces para una
educación global”, y la “Asociación Madre coraje” (una vez más
beneficiada) recibe 300.008 euros, en tres anualidades, para el programa
“Profesorado desarrollando procesos para incluir la Educación para el
desarrollo en la educación formal”.
El total de las subvenciones concedidas
al “país” andaluz asciende a 5.825.005 euros que sumados a los
44.288.200 euros de las subvenciones repartidas por esos mundos, suponen
la bonita cifra de 50.113.205 euros, que es el destrozo al dinero
público que hizo Griñán en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía
el pasado día 21 de marzo.
El viejo-nuevo Presidente de la Junta
ha anunciado que no cumplirá la Ley de Estabilidad Presupuestaria.
Menudo ejemplo. Y Rajoy, que es como un capuchino, y, aún más, como un
capuchino chino, lo digo por la paciencia, aguantando el chaparrón y sin
que nadie recuerde, ni él mismo, que el desmadre de las Comunidades
Autónomas tiene mucho que ver con la derogación de la Ley de Estabilidad
Presupuestaria por el sonriente Zapatero que entonces tenía en la
despensa muchas reservas de la herencia recibida de Aznar.
Así gasta Griñán el dinero de todos. Y no
cuento subvenciones anteriores, desde el día 12 de marzo, y otras
subvenciones directas y para cursos de formación concedidas a UGT y a
CCOO. Que los curiosos busquen en Internet el número 73 del Boletín
Oficial de la Junta de Andalucía y tendrán la información completa de lo
que aquí cuento. Se explicarán muchas cosas del pesebrismo y de la
sociedad subvencionada. Y Valderas, el comunista endomingado, si le
agrada y le conviene, que calle y otorgue.
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