La Audiencia Provincial de Madrid publicó ayer lunes la
sentencia contra uno de los estafadores más peculiares de los últimos
tiempos. El condenado a 25 años de cárcel por 10 delitos de amenazas es
el sevillano Jorge García Valcárcel, un joven emprendedor que en enero de 2008 fue detenido por
el envío de cartas a empresarios del País Vasco y Navarra para
exigirles pagos en nombre de ETA. Aunque la permanencia máxima entre
rejas será de siete años y medio, el juez Alejandro Benito López considera
probado que remitió un número indeterminado de misivas entre el 2 y el 8
de enero de 2008 en las que reclamaba dinero bajo la falsa amenaza de
atentar contra los destinatarios.
En las cartas, que sólo constaban de una hoja e incorporaban dos anagramas de la banda terrorista, remitía un texto inspirado en las verdaderas amenazas de la banda: “La Organización Euskadi Ta Askatasuna (ETA), por medio de la presente carta, le hace saber que le considera parte de los responsables de la actual situación de conflicto entre Euskal Herria y el Estado español. ETA le considera objetivo de su accionar armado [sic] -con todo lo que esto conlleva- y le exige un pago de [generalmente cantidades de 15.000 euros, aunque en algunos casos de hasta 50.000 euros]”, según recoge la sentencia, a la que ha tenido acceso este diario.
El documento confeccionado por García Valcárcel incluía un número de teléfono móvil que debía ser utilizado por los amenazados para acordar la fórmula de pago con los supuestos miembros de la organización terrorista. Y este número de teléfono permitió a la Policía llegar hasta su verdadero autor. Los investigadores intervinieron sus comunicaciones y se hicieron pasar por uno de los empresarios amenazados. Cuando llegó el momento de efectuar la entrega del dinero, el ahora condenado les indicó que lo depositaran en un cuarto de basuras que resultó encontrarse en la planta baja del mismo edificio en el que residía.
Sólo dos semanas después del envío de las primeras cartas, el 16 de enero de 2008, la Policía procedió a su detención y al registro del local que ocupaba una de sus sociedades, la firma Mosaico Logistic & Supply Chain Consulting SL. En 2007, la dirección de esta firma, que continúa en activo en otro domicilio, era Paseo de la Castellana, 141, B, Edificio Cuzco IV, la misma que aparece como referencia para las tres sociedades (Fully Best Group Limited, China Bay Group Limited y Mosaico Logistics and Supply Chain Consulting Limited) que tiene domiciliadas en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes Británicas, según la documentación a la que ha tenido acceso este diario.
Las tres empresas fueron creadas en un breve espacio de tiempo, entre abril y noviembre de 2007, poco antes de que tuviera lugar toda la operativa de extorsión en nombre de ETA que concluyó con su detención. Para la creación de las sociedades en las Islas Vírgenes, en las que figura como único director y accionista, García Valcarcel se sirvió del proveedor local Portcullis Trustnet y del intermediario de Hong Kong Offshore Business Consultant (HK). En los archivos de la investigación periodística publicada sobre paraísos fiscales, el ahora condenado remite como dirección original la misma desde la que urdió toda la operativa para estafar en nombre de ETA.
En el local de esa dirección, los policías encontraron el teléfono que aparecía en las cartas y el ordenador portátil que se utilizó para elaborarlas. Su defensa alegó que los datos del teléfono, que había sido comprado en agosto de 2007 en la República Dominicana, uno de los países a los que viajaba con frecuencia, le fueron usurpados por un desconocido, que el ordenador portátil fue pirateado y que su cliente, un estudiante de chino que importaba componentes informáticos y juguetes de China, había sido víctima de un complot.
A pesar de estos antecedentes judiciales, el condenado siguió en activo durante los años posteriores a través de la firma Mosaico, de la que aún figura como propietario, ahora en la Calle de Gran Vía, 71, 2º piso, que se anuncia como consultora especializada en comercio internacional. Asegura contar con seis divisiones de negocios y delegaciones en Shenzhen (China) y Santo Domingo (República Dominicana). Según su página web, entre sus clientes se encuentran multinacionales como Alcampo, Orange, Verizon, Coca-Cola, Lego, Carlsberg, Ups, Hertz, Esso, Maersk… y también compañías españolas como Prisa e Iberia. Además, destaca que Mosaico ha canalizado en el último año y medio 40 millones de inversión china en España.
Precisamente, esa relación con el gigante asiático ha permitido a García Valcárcel convertirse en propietario de otro lucrativo negocio, esta vez como promotor de la Cámara de Comercio Hispano-China, una empresa privada con apariencia de oficial que cobra a empresarios españoles y chinos por facilitarles el acceso a mercados e inversores. Curiosamente, la Cámara de Comercio Hispano-China tiene su domicilio en España en la misma dirección de Mosaico Consulting, en la calle de Gran Vía 71, 2º piso. Y los teléfonos de ambas compañías sólo varían en su último dígito.
Toda la información de la página web de la Cámara va encaminada a captar socios. Sin la cuota de abonado (desde 135 a 4.500 euros anuales) es imposible acceder a los servicios legales, comerciales, de asesoramiento y hasta de traducción que supuestamente ofrece. La sociedad de García Valcárcel asegura disponer incluso de oportunidades laborales en China y organiza viajes empresariales para acceder a potenciales negocios. Sólo los socios de la Cámara pueden acceder a esta información. Para facilitar la recaudación de fondos, la web de la Cámara cuenta con un servicio de pago online.
Además, Mosaico Consulting aparece como socio privilegiado de otra cámara de funcionamiento similar, la Asociación Dominico-Española de Compras e Inventario. La delegación en España de esta institución de propiedad privada, dedicada también al fomento de las relaciones comerciales entre ambos países, se ubica también en la Calle de Gran Vía 71, 2º piso.
Los cargos como presidente de ambas instituciones han granjeado a García Valcárcel numerosas apariciones en los medios de comunicación y contactos con las instituciones del Estado gracias a la aureola de oficialidad que las rodea. Con motivo de la Operación Emperador, que desarticuló una trama de lavado de dinero vinculada a la mafia china, la red liderada por Gao Ping que habría evadido alrededor de 300 millones de euros, Valcárcel ejerció como portavoz de la comunidad china en España. En su blog personal y en las páginas de sus empresas aparece en fotografías con empresarios, diplomáticos y cargos políticos de otros países, probablemente sin que nadie supiera su pasado como estafador haciéndose pasar por un terrorista de ETA.
García Valcárcel fue contactado por este medio para conocer su valoración de la sentencia, de la aparición de su sociedad en las Islas Vírgenes y de sus actividades relacionadas con estas cámaras de comercio, pero rechazó contestar y respondió a través de su abogado con un escueto mensaje: “El Sr. García quiere manifestar que esas informaciones son 100% falsas, y que tienen el único objetivo de calumniar e injuriar a su persona. Con todo el respeto que le merece su Periódico y su persona, manifiesta que si dichas informaciones falsas son publicadas tomará las medidas legales necesarias para salvar su imagen personal profesional, y resarcir los daños y perjuicios de todo tipo que esa publicación causara a su persona, sus negocios, o su familia”.
En las cartas, que sólo constaban de una hoja e incorporaban dos anagramas de la banda terrorista, remitía un texto inspirado en las verdaderas amenazas de la banda: “La Organización Euskadi Ta Askatasuna (ETA), por medio de la presente carta, le hace saber que le considera parte de los responsables de la actual situación de conflicto entre Euskal Herria y el Estado español. ETA le considera objetivo de su accionar armado [sic] -con todo lo que esto conlleva- y le exige un pago de [generalmente cantidades de 15.000 euros, aunque en algunos casos de hasta 50.000 euros]”, según recoge la sentencia, a la que ha tenido acceso este diario.
El documento confeccionado por García Valcárcel incluía un número de teléfono móvil que debía ser utilizado por los amenazados para acordar la fórmula de pago con los supuestos miembros de la organización terrorista. Y este número de teléfono permitió a la Policía llegar hasta su verdadero autor. Los investigadores intervinieron sus comunicaciones y se hicieron pasar por uno de los empresarios amenazados. Cuando llegó el momento de efectuar la entrega del dinero, el ahora condenado les indicó que lo depositaran en un cuarto de basuras que resultó encontrarse en la planta baja del mismo edificio en el que residía.
Sólo dos semanas después del envío de las primeras cartas, el 16 de enero de 2008, la Policía procedió a su detención y al registro del local que ocupaba una de sus sociedades, la firma Mosaico Logistic & Supply Chain Consulting SL. En 2007, la dirección de esta firma, que continúa en activo en otro domicilio, era Paseo de la Castellana, 141, B, Edificio Cuzco IV, la misma que aparece como referencia para las tres sociedades (Fully Best Group Limited, China Bay Group Limited y Mosaico Logistics and Supply Chain Consulting Limited) que tiene domiciliadas en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes Británicas, según la documentación a la que ha tenido acceso este diario.
Las tres empresas fueron creadas en un breve espacio de tiempo, entre abril y noviembre de 2007, poco antes de que tuviera lugar toda la operativa de extorsión en nombre de ETA que concluyó con su detención. Para la creación de las sociedades en las Islas Vírgenes, en las que figura como único director y accionista, García Valcarcel se sirvió del proveedor local Portcullis Trustnet y del intermediario de Hong Kong Offshore Business Consultant (HK). En los archivos de la investigación periodística publicada sobre paraísos fiscales, el ahora condenado remite como dirección original la misma desde la que urdió toda la operativa para estafar en nombre de ETA.
En el local de esa dirección, los policías encontraron el teléfono que aparecía en las cartas y el ordenador portátil que se utilizó para elaborarlas. Su defensa alegó que los datos del teléfono, que había sido comprado en agosto de 2007 en la República Dominicana, uno de los países a los que viajaba con frecuencia, le fueron usurpados por un desconocido, que el ordenador portátil fue pirateado y que su cliente, un estudiante de chino que importaba componentes informáticos y juguetes de China, había sido víctima de un complot.
A pesar de estos antecedentes judiciales, el condenado siguió en activo durante los años posteriores a través de la firma Mosaico, de la que aún figura como propietario, ahora en la Calle de Gran Vía, 71, 2º piso, que se anuncia como consultora especializada en comercio internacional. Asegura contar con seis divisiones de negocios y delegaciones en Shenzhen (China) y Santo Domingo (República Dominicana). Según su página web, entre sus clientes se encuentran multinacionales como Alcampo, Orange, Verizon, Coca-Cola, Lego, Carlsberg, Ups, Hertz, Esso, Maersk… y también compañías españolas como Prisa e Iberia. Además, destaca que Mosaico ha canalizado en el último año y medio 40 millones de inversión china en España.
Precisamente, esa relación con el gigante asiático ha permitido a García Valcárcel convertirse en propietario de otro lucrativo negocio, esta vez como promotor de la Cámara de Comercio Hispano-China, una empresa privada con apariencia de oficial que cobra a empresarios españoles y chinos por facilitarles el acceso a mercados e inversores. Curiosamente, la Cámara de Comercio Hispano-China tiene su domicilio en España en la misma dirección de Mosaico Consulting, en la calle de Gran Vía 71, 2º piso. Y los teléfonos de ambas compañías sólo varían en su último dígito.
Con motivo de la ‘Operación Emperador’, Valcárcel ejerció como portavoz de la comunidad china en España. En su blog personal y en las páginas de sus empresas aparece en fotografías con empresarios, diplomáticos y cargos políticos de otros países, probablemente sin que nadie supiera su pasado como estafador haciéndose pasar por un terrorista de ETA.
Toda la información de la página web de la Cámara va encaminada a captar socios. Sin la cuota de abonado (desde 135 a 4.500 euros anuales) es imposible acceder a los servicios legales, comerciales, de asesoramiento y hasta de traducción que supuestamente ofrece. La sociedad de García Valcárcel asegura disponer incluso de oportunidades laborales en China y organiza viajes empresariales para acceder a potenciales negocios. Sólo los socios de la Cámara pueden acceder a esta información. Para facilitar la recaudación de fondos, la web de la Cámara cuenta con un servicio de pago online.
Además, Mosaico Consulting aparece como socio privilegiado de otra cámara de funcionamiento similar, la Asociación Dominico-Española de Compras e Inventario. La delegación en España de esta institución de propiedad privada, dedicada también al fomento de las relaciones comerciales entre ambos países, se ubica también en la Calle de Gran Vía 71, 2º piso.
Los cargos como presidente de ambas instituciones han granjeado a García Valcárcel numerosas apariciones en los medios de comunicación y contactos con las instituciones del Estado gracias a la aureola de oficialidad que las rodea. Con motivo de la Operación Emperador, que desarticuló una trama de lavado de dinero vinculada a la mafia china, la red liderada por Gao Ping que habría evadido alrededor de 300 millones de euros, Valcárcel ejerció como portavoz de la comunidad china en España. En su blog personal y en las páginas de sus empresas aparece en fotografías con empresarios, diplomáticos y cargos políticos de otros países, probablemente sin que nadie supiera su pasado como estafador haciéndose pasar por un terrorista de ETA.
García Valcárcel fue contactado por este medio para conocer su valoración de la sentencia, de la aparición de su sociedad en las Islas Vírgenes y de sus actividades relacionadas con estas cámaras de comercio, pero rechazó contestar y respondió a través de su abogado con un escueto mensaje: “El Sr. García quiere manifestar que esas informaciones son 100% falsas, y que tienen el único objetivo de calumniar e injuriar a su persona. Con todo el respeto que le merece su Periódico y su persona, manifiesta que si dichas informaciones falsas son publicadas tomará las medidas legales necesarias para salvar su imagen personal profesional, y resarcir los daños y perjuicios de todo tipo que esa publicación causara a su persona, sus negocios, o su familia”.
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