La crisis del ladrillo hunde un 34% el negocio de notarios y registradores
Edificios y obras abandonados a medias, destrucción de empleo en todos
los sectores. Son las cicatrices más visibles que el pinchazo de la
burbuja inmobiliaria deja en España desde el año 2008. Pero el parón de
la actividad en el sector de la construcción y la disminución de la
compraventa de viviendas ha afectado también a categorías laborales que
no suelen asociarse con la crisis económica: registradores de la
propiedad y notarios.
“La actividad del notario puede verse como un termómetro de la realidad
social. Esto siempre pasó y sigue pasando también en un momento de
crisis económica”, explica a este diario Alfonso Cavallé, oficial mayor
del colegio notarial de Canarias y portavoz del Consejo Nacional. Los
datos le dan la razón. Desde el año 2007, el volumen de actos que los
notarios tramitan cada año ha bajado a un ritmo medio del 8% anual. En
2012, se realizaron en España siete millones de actos de este tipo, un
34% menos de los más de 11 millones de 2007, según los datos que el
Consejo ha facilitado a El Confidencial.
Como buen espejo, o termómetro de la sociedad, la actividad notarial fue
bajando de la mano de la compraventa de inmuebles. El negocio
relacionado con la vivienda representó históricamente el mayor volumen
de escrituras manejadas por estos funcionarios públicos especializados
en Derecho. Ya que hoy se tramitan menos de la mitad de inmuebles que en
2007, las transacciones notariales de vivienda bajaron de media un 58%
en las diferentes comunidades autónomas.
Las polémicas cláusulas suelo o la letra pequeña de las hipotecas suelen
asociarse con la actividad notarial. Pero “con la crisis, las actas
familiares o empresariales son las que más manejamos, con diferencia”,
aseguran desde el Consejo. La confianza de la población en la actividad
notarial, corroborada por los estudios sociológicos al respecto, y los
precios relativamente bajos de los aranceles hacen que se mantenga la
actividad. El informe "Doing Business" de 2013, del Banco Mundial,
indicaba que los notarios españoles son los más baratos de su entorno,
muy por debajo de la media alemana (con aranceles medios de 1.104 euros)
o la austriaca (1.500 euros).
Estas cifras no han evitado que los 3.000 notarios españoles tuvieran
que hacer “enormes esfuerzos” para mantener inalteradas sus plantillas.
En el sector se estima que la facturación de las notarías bajó entre el
40% y el 70% desde el comienzo de la crisis. Un portavoz del Consejo
asegura que, a pesar de esto, los 17.000 empleos que crean las notarías
se mantienen inalterados. Pero sí hay noticia de notarías que han tenido
que declararse en concurso de acreedores, aunque el Consejo no recoge
ningún dato oficial. Fuentes de los colegios regionales señalan que, en
2011, cinco notarías tuvieron que declarar la suspensión de pagos en
España. La estadística del Instituto Nacional de Estadística (INE)
incluye esta actividad laboral entre las “actividades jurídicas”. De
ellas, 14 empezaron este trámite previo a la quiebra en el año 2012, el
doble de las siete de 2008.
Ángel Luis Serrano, notario asturiano con 24 años de carrera sobe sus
hombros, asegura que hoy factura la tercera parte de lo que facturaba en
2007. La crisis golpeó duro: en 2011 su notaría entró en un concurso de
acreedores recientemente resuelto. Sin embargo, el número de empleados
en la notaría (en cuanto a contratación, el notario es un empresario
más) se redujo a la mitad: de 20 a 10 personas. “Las escrituras
relacionadas con la vivienda representaban la gran mayoría de las que
firmaba”, explica Serrano a El Confidencial. Los 30 euros por un
testamento “no dan ni para mantener a la persona que lo redacta”,
asegura. Ahora mismo, añade, “pólizas, ampliaciones y documentos de
empresas son lo que está manteniendo a flote el sector”.
En el último concurso público para acceder a la profesión, de 204 plazas
disponibles 139 quedaron vacantes. Sin embargo, eso no implica que la
notaría 'cierre': con el siguiente concurso o a través de traslados se
suelen cubrir esas plazas.
Esto no pone a salvo de los expedientes de regulación de empleo (ERE).
Algunos de los colegios regionales contactados por El Confidencial han
señalado que, por primera vez, varias notarías se han visto obligadas a
llevar a cabo ese procedimiento laboral. El Consejo no tiene un dato
oficial sobre esta práctica, pero hay casos ejemplares. Entre ellos, la
Comunidad Valenciana: el 50% de las 382 notarías de Alicante, Castellón y
Valencia tuvieron que aplicar varios ERE para reducir plantillas u
horario de trabajo.
Es muy parecida la forma en la que se ha visto afectada la actividad de
los registradores de la propiedad, a menudo en conflicto abierto
justamente con los notarios. El colegio profesional que reúne a esta
categoría no ha facilitado ulteriores datos al respecto.
Las estadísticas de transmisión de derechos, disponibles en el INE,
aclaran que el volumen anual de este trámite ha bajado en un 40% desde
el 2007 hasta la actualidad. En las ciudades es donde más se notó la
bajada: las transmisiones de derechos de viviendas urbanas bajaron en un
62% hasta 2012. En el caso de los solares, hoy se maneja el 38% de los
que se tramitaban antes de la crisis.
La Comunidad de Madrid es una de las que más transmisiones de derechos
de este tipo realiza cada año: si el Colegio de la capital tenía que
registrar, de media, 61 transmisiones cada día en 2007, su número ha
bajado hoy a 31, como consta tras analizar los datos que el INE publica
mensualmente. La contundencia de este dato ha provocado que el Colegio
de Registradores, contactado por este diario, no quisiera añadir
comentarios al respecto: “Los hechos son más contundentes que las
razones”, se limitó a afirmar un portavoz.
Entre estos hechos cuentan también los numerosos ERE. El primero llegó
en noviembre de 2011 al Registro de la Propiedad número 1, de Burgos. En
la última semana, la Asociación Profesional de los Registradores y los
sindicatos del sector no llegaron a un consenso para firmar el nuevo
convenio colectivo. Según denuncia UGT, el acuerdo prevería una rebaja
salarial del 38% en las oficinas con menos de diez empleados.
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