África se rebela contra China
Foto de archivo del aeropuerto de Maputo
Cientos de campesinos salen con sus catanas en la mano a expulsar al "enemigo" de sus terrenos. La policía tiene que actuar para impedir un linchamiento que podría haber provocado víctimas. Días después, agentes de seguridad del Gobierno se desplazan hasta la zona para calmar los ánimos y evitar nuevos enfrentamientos.
Toda esta situación se ha sabido ahora que ocurrió el pasado 16 de agosto en una rural e empobrecida zona de Mozambique, Chibonhanine, donde la mayoría de la comunidad local sobrevive de la pequeña producción de sus huertos. Es esta población la que se levantó contra la ocupación y explotación de los terrenos por parte de la comunidad china. "Estamos asistiendo a la devastación de nuestros huertos y pastos. Es un problema de nuestra supervivencia y la de nuestro ganado. Ahora ya hasta labran los pastos donde come nuestro ganado", denuncia Boavida Maonda, líder comunitario, en el periódico O País.
Este es sólo un ejemplo de la reacción que comienza a haber por la controvertida y frenética actividad económica que China realiza en Mozambique y en todo el continente. "Preferimos que vengan blancos. Los blancos dan trabajo. Los chinos lo único que hacen es llevarse todo y vienen con sus trabajadores, no nos dan nada", explicaba a El Mundo un trabajador maderero en la zona de Nampula, al norte del país.
Esta empieza a ser una opinión generalizada en una parte de la comunidad africana que ve a los chinos con recelo. Las leyendas sobre ellos crecen dentro de las áreas rurales. "Tenemos que cazarlo". "Yo he oído que sale por la noche y entra en las casa cuando la gente está durmiendo". "No, es en los caminos cuando está a oscuras cuando asalta a sus víctimas". "Sí, escoge a hombres que van solos y les corta sus testículos". "Estos chinos son peligrosos". Esta conversación ocurrida entre varios ciudadanos en una chapa (autobús local) fue un caso real ocurrido en la provincia de Inhambane, donde parte de la comunidad rural vivía atemorizada por un supuesto chino que se dedicaba a cortar los genitales de sus víctimas masculinas.
Al norte, en la zona de la sierra de Gorongosa, Domingos, un integrante del equipo del Parque Nacional, nos denunciaba una situación repetida y escuchada por este periódico en otros países. "Donde hay chinos hay muchas violaciones. Estamos trabajando en programas de seguridad porque los casos son muy agresivos. Las mujeres son violadas de forma muy agresiva", nos explica.
Una denuncia que enlaza con otra de las leyendas, también repetida por locales en países como Zambia y Uganda, de que la inmensa mano de obra que China traslada a África para trabajar en su numerosa obra pública está compuesta por presidarios. "Los traen de cárceles y luego cuando acaban su trabajo no los llevan de vuelta a sus países, se quedan en el país", nos explica Víctor, un empresario portugués con negocios en Mozambique y Angola.
Lo cierto es que hay inmensas ciudades dormitorio donde vive hacinada la comunidad china llegada para hacer algunas de las numerosas obras públicas que ocurren en África. En la mayoría se incumplen los baremos de legislación de contratados extranjeros y locales. Ya dijo Obama en su reciente visita a África que "se aseguraran cuando alguien viene a ayudar que los trabajadores que realizan las obras son del país que recibe la ayuda", en clara alusión a este problema.
También comienza a haber un fuerte debate sobre la calidad de los trabajos. "Los estándares de calidad son pésimos. Ahora los contratos se firman con garantías de cinco años. Hemos aprendido que no nos podemos fiar", explica Antonio, un ingeniero mozambiqueño que trabaja directamente con ellos.
Sin embargo, China sigue siendo el motor de la mayor parte de la obra pública africana. Sólo en Maputo, capital de Mozambique, han realizado el nuevo palacio gubernamental, el aeropuerto, el estadio olímpico y ahora están construyendo la carretera de circunvalación de la ciudad. Son sólo algunos ejemplos, la lista es innumerable. "Regalan las obras a cambio de materias primas". Una realidad que todo el mundo sabe, de la que todo el mundo habla y que empieza a generar un rechazo. Se está comenzando a pasar del amigo chino que nos construye hospitales, al enemigo chino que se queda con nuestras tierras.
En todo caso, hay parte de leyenda en algunos casos, como la que cuenta y asegura, así me lo han prometido varias personas, que el norte de Angola había una comunidad china que practicaba el canibalismo. "Le juro que yo vi las fotos, eran terribles, durísimas", aseguran personas de un buen nivel educativo y social. Nosotros nunca las vimos, pero hemos escuchado a muchas personas hablar de ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario