Keiser es demasiado duro con EEUU. Jamás se detiene a analizar por qué su país deslocalizó las empresas y exportó puestos de trabajo. Sostiene que EEUU podría tener altísimos niveles de vida si mantuviese la producción y unos altos salarios. Eso no ocurre exactamente así, puesto que de haberlo hecho de ese modo sería un país tan poco exportador como es ahora y difícilmente mantendría una hegemonía mundial si no estuviese exportando capitales a base de financiarizar su economía, como ha venido haciendo desde hace 35 años. Producir dinero de la nada y que esa inflación se la paguen otros, ha sido el modelo de crecimiento que le ha dado esa supremacía. Ahora bien: ese modelo toca a su fin. Si EEUU decidiese volver a ser un país productor lo conseguiría fácilmente, pero de ningún modo obtendría liquidez para mantener el imperio militar que tiene.
El hecho es que desde el abandono patrón oro en 1971 la economía ha ido cayendo en manos de una oligarquía financiera que funciona como un oligopolio, y ahora que ha entrado en crisis como una verdadera cleptocracia que se hace con los poco activos rentables que van quedando, al recibir dinero gratis de un banco central, la FED, que esa misma oligarquía controla desde 1913.
Steve Jobs y muchos otros empresarios se quejaron de que en EEUU hay “escasez de habilidades”. Jobs dijo que nunca construiría una fábrica en su país porque sus ciudadanos son “idiotas” (lo entrecomillo porque son palabras de Keiser; seguramente dijo que no tenían formación suficiente). Y es que el deterioro de la enseñanza técnica (formación laboral) en EEUU es semejante a la de muchos países de Occidente, por ejemplo el nuestro.
China
China tiene un 20% de su territorio contaminado de metales pesados. Se ha descubierto que la élite china se alimenta de una granja de 200 hectáreas vigilada por el ejército. Habrá que preguntarse si la élite de EEUU se alimenta de productos transgénicos y los tóxicos con los que son tratados. Poco le importará a Soros pagan cien dólares por cada huevo que se come.
Pero esa información sobre China es muy posible que sea cierta. Recuerden a este ministro que tenía un harén y al que fusilaron recientemente (jo, qué pinta de José Luis Torrente la del menda):
El invitado, un norteamericano que lleva quince años viviendo en Shangai, compara las infraestructuras chinas y de EEUU. Dice que en EEUU cuanto uno sale de los núcleos importantes se encuentra con una red de infraestructuras propias de hace cincuenta y hasta cien años, dado que no se ha invertido nada en las últimas tres décadas, y eso hace que esa red sea comparable a la de países del mundo subdesarrollado. En 2008 China no tenía red de alta velocidad, y hoy tiene más kilómetros que ningún otro país. Además no sufre la absorción de la economía por parte del sector financiero, tal y como sucede en EEUU. En el país asiático es tal la capacidad de ahorro que la mitad de las viviendas se pagan “de una vez y en efectivo, por tanto es una economía mucho más capitalista que la de EEUU”. El hombre recuerda que en su país hay 47 millones de personas que están acogidas al programa de cupones para alimentos.
En EEUU solo el 65% de las personas en edad de trabajar tiene un empleo, con un sueldo medio de 10 dólares por hora. Ataca las cifras oficiales de recuperación: actualmente se producen 7 millones de coches, mientras que en el año 2000 se producían 13 millones.
En China, al ser una economía centralizada y controlada pero que ha aprendido mucho de los errores del sistema capitalista, se ha prohibido adquirir más de una vivienda, precisamente para atajar las burbujas inmobiliarias y la especulación, todo lo contrario que en Occidente, donde se adquieren mayormente para especular.
(Lo cual prueba tres cosas: que en EEUU no existió el liberalismo que nos han vendido, por la sencilla razón de que nunca existió, ni allí ni en ninguna otra parte, puesto que el libre mercado lejos de estar enfrentado al Estado, necesita de él, y no solo como soporte de la ley sino como motor económico; dos: que desde Reagan hasta hoy se ha caminado precisamente en dirección contraria al libre mercado; tres: nuestros economistas liberales y nuestros periodistas más locuaces, todos ellos unos verdaderos ‘pigs’, merecen la pena de muerte, uno por engañarnos y otro por engañarse a ellos mismos, acomodando su ignorancia locuaz a puros mitos, tanto economicistas como políticos y sociales acerca del país que nos ponían como ejemplo. Recuerden al evangelista de Vallecas y sus más recientes sermones acerca de la miseria de nacer católico y español frente a la gloria de ser un criminal que exterminó a los indígenas siguiendo el libre albedrío de la interpretación de la Biblia, nativos a los que les aplicó las leyes que en su día aplicaron los israelitas a otros pueblos, tal y como cuenta el Antiguo Testamento. Los mismos imbéciles que creían en esa metafísica de la libertad individual y la acción humana, algo así como Adán en el Paraíso sin rendir cuentas a nadie, Adanes que se supone tocados por la gracia de Dios, especialmente si uno se hace rico, aunque sea escribiendo un libro por semana para decir sandeces).
“Toda la inyección de dinero –dice el invitado—continúa desviándose al sistema financiero, mientras todo lo demás sigue igual o peor, incluido el sistema fiscal. China posee cuatro billones de dólares en reservas, cualquier desajuste de la economía es fácil de corregir. Una prueba del mal funcionamiento de las empresas está en la comparación de la NASA, que tiene un presupuesto 17 veces mayor quie el de la investigación espacial china, a pesar de ello el país asiático lanzó el doble de misiones que EEUU” (quizá por eso haya que contar el camelo de la misión a Marte, donde no hay más prueba que lo que nos cuenta la NASA a través de vídeos de animación y en ruedas de prensa)
Continúa el invitado: “Pertenezco a varios consejos de administración de empresas en China y hemos subido los salarios el 200% en cuatro años” (debería hablar de la deslocalización que ya padece China, en favor de Vietnam, Camboya y Bangladés) “Un trabajador de nuestras empresas gana entre 500 y 800 dólares mensuales” (en paridad de poder adquisitivo eso es muchísimo dinero). “Sin embargo –ataja Keiser—no hay seguridad social ni planes de Pensiones” (Viva ‘er comunihmo’) “Por eso ahorran el 40% de lo que ganan”, responde el invitado. (Algún día China se verá como EEUU, aunque para ese entonces no sé qué habrá sido de los norteamericanos y de todos nosotros).
El gran problema de China: el desastre medioambiental: el aire irrespirable y la contaminación de los suelos. Hay provincias donde la mitad del suelo cultivable está inutilizado por la contaminación de metales pesados. (Acabarán recogiendo miles de millones de metros cubicos de tierra y arrojándolos al mar, al tiempo; tal y como hace Japón con el agua radiactiva de Fukushima, donde vierte al Pacífico 300 toneladas diarias. Al paso que vamos, en muy poco tiempo tendremos que dejar de comer pescado).
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