El 70% de los políticos no saben lo que es una nómina en la empresa privada
- ¿Sabía que el 70% de nuestros políticos no ha trabajado jamás en la empresa privada?
- ¿Sabía que las diputaciones nos cuestan 22.000 millones euros al año y algunas son auténticos viveros de nepotismo?
- ¿Sabía que en España hay unos 17.000 asesores políticos que ganan una media de 50.000 euros al año?
- ¿Sabe que con sólo siete años de empleo público, nuestros diputados y senadores tienen derecho a una pensión vitalicia de 32.000 euros anuales?
- Todos estos datos y sus explicaciones, están en ‘Mamá, quiero ser político’, de los periodistas Sandra Mir y Gabriel Cruz.
¿Sabía que el 70% de nuestros políticos no ha trabajado jamás en la empresa privada? Son lo que se dice ‘políticos profesionales’, que se afilian al partido a los 16 años y van pasando de cargo a cargo hasta que encuentran su retiro en algún consejo consultivo, institución internacional o empresa a la que previamente han beneficiado.
Son los casos, por ejemplo, de Bibiana Aído y Leire Pajín, ambas ministras con José Luis Rodríguez Zapataro, ambas pertenecientes a familias del PSOE y ambas sin currículum destacable. Tras su periplo en el gobierno, las dos han conseguido una extraordinaria colocación en la ONU, con sueldos de 8.000 euros mensuales.
Bibiana, la ‘miembra’ más joven de un gobierno hasta la fecha, encontró refugio en la agencia ONU Mujeres, a la que donó como ministra la friolera de 33 millones de euros en dos años – y comprometió 224 millones hasta 2016 –, mientras que Leire Pajín se colocó en la Organización Panamericana de Salud, dependiente de la OMS, a la que España pasó de donar 100.000 euros a diez millones con la llegada de los socialistas.
¿Sabía que las diputaciones nos cuestan 22.000 millones euros al año? Y todo para haberse convertido en los grandes campeones del nepotismo, con casos tan paradigmáticos como los de Carlos Fabra, cuya familia lleva ya seis generaciones al mando de la Diputación de Castellón o José Luis Baltar, que antes de haber sido inhabilitado por nepotismo, dejó a su hijo Baltar II como presidente de la Diputación de Ourense, estableciendo un linaje que, de momento, nadie ha osado interrumpir.
El clan de los Fabra lleva 140 años ejerciendo el poder en Castellón, desde que el tatarabuelo ‘Pantorrilles’ – llamado así por su calzón corto que dejaba ver las piernas –pasara de labrador con posibles a cacique influyente. ‘Don Carlos’, ha logrado perpetuar la estirpe en la figura de Andreíta, diputada precoz que de momento sólo se ha distinguido por una frase vinculada al recorte de las prestaciones de desempleo: “Que se jodan”.
Baltar, conocido en Ourense como ‘el cacique bueno’, tiene en su haber un récord mundial en colocación de bedeles: 33 en un edificio de 3 puertas, nada menos que once por puerta. Buen ejemplo de su gestión de los recursos humanos es el centro ecuestre de A Limia, dependiente de la Diputación, que cuenta con quince caballos y 17 cuidadores. Aunque Baltar padre ha sido inhabilitado por su gestión, a día de hoy, su hijo Manuel Baltar ya ocupa el sillón y las maneras de su padre en la baronía ourensana.
¿Sabía que en España hay unos 17.000 asesores políticos que ganan una media de 50.000 euros al año? Y todos ellos han sido escogidos rigurosamente a dedo por nuestros sufridos políticos, que se han acostumbrado tanto a seguir sus dictámenes que no hay cara más desvalida que la de un diputado buscando con la mirada a su esquivo asesor ante la inquisitiva mirada de una manada de periodistas.
Rajoy, por ejemplo, cuenta con 82 asesores en nómina, 27 más que Zapatero, al que se acusaba de poca preparación… En la Diputación de Alicante, cada diputado toca a 1,35 asesores. No son más que 31 políticos pero pagan por los servicios de 42 cargos a dedo, todo un tijeretazo si tenemos en cuenta que han llegado a tener 77.
El asesor forma hoy la corte del político y su número es tan abundante como impune se sienta la administración que los contrata, pues de otra forma no se puede explicar que la diputación de Zaragoza tenga más asesores (62), que todo el gobierno regional de Aragón (49).
¿Sabe que con sólo siete años de empleo público, nuestros diputados y senadores tienen derecho a una pensión vitalicia de 32.000 euros anuales? Y no sólo eso. Nuestros representantes políticos ganan un fijo de 2.813,87 euros más dietas, que van de un mínimo de 800 euros si el diputado reside en Madrid, hasta 1.800 si reside fuera. Participar en una comisión como vocal o portavoz supone mil eurillos más y si te toca presidirla la cosa aumenta a 1.500 euros.
Lo normal es que su sueldo ande en torno a los 5.000 euros y todo por tres días de trabajo – martes, miércoles y jueves –. Tres días a lo sumo, porque nadie controla la asistencia – y varía mucho según quién tenga la palabra – ni tampoco la participación.
En el Senado, cuyas sesiones generan mucho menos interés, habitaron seres como Casimiro Curbelo, presidente del cabildo insular de La Gomera, que en cuatro legislaturas sólo formuló tres preguntas, lo cual no le impidió aludir al sempiterno “usted no sabe quién soy yo” cuando fue ‘cazado’ por la policía tratando de marcharse de un prostíbulo madrileño sin pagar.
¿Sabe que en las empresas del Ibex 35 hay más de 40 consejeros con un pasado político más que notable? Hay multitud de ejemplos, algunos más conocidos que otros e incluso los hay que están en el consejo asesor de varias empresas, como Guillermo de la Dehesa, secretario de Estado hasta 1988 y hoy consejero del Santander y Campofrío, vicepresidente de Amadeus y presidente de Aviva.
De la Dehesa comenzó en una energética, Unión Fenosa, antes de diversificar cargos y sueldos, lo cual es bastante habitual en todos los políticos que empiezan a hacer carrera en la empresa privada, porque es uno de los sectores más regulados y una ley a favor o en contra puede suponer muchos millones. Aznar está en Endesa, privatizada durante su mandato, y Solbes en Enel, que pertenece al mismo grupo empresarial que Endesa.
La lista de políticos fichados por energéticas es inabarcable y va desde Miguel Boyer hasta Ángel Acebes, pasando por Narcís Serra, Miguel Roca o Luis María Atienza. Tampoco se libra de esta lista Elena Salgado, que para eludir incompatibilidades fichó por una filial de Endesa en Chile.
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