cuando el Gobierno y los "medios de información" hablan de economía sumergida, hacen del que vende un saco de patatas o del que trabaja alguna hora sin contrato, un delincuente, pero luego cuando llega el momento, los beneficiados de las amnistías fiscales (y hablamos de muchos millones de Euros) son otros.. pero claro.. hay que exprimir al de abajo..
disfruten lo votado..
Llega la segunda amnistía fiscal de Montoro
La economía sumergida cuesta a Hacienda 80.000 millones anuales
El 18,6% del PIB, o lo que es lo mismo, unos 200.000 millones de
euros anuales. Esa es la magnitud a la que el prestigioso informe anual
de Friedrich Schneider eleva el volumen económico de la economía
sumergida en España en 2013, incluyendo el empleo no declarado y el
registro inadecuado de ingreso por ventas o prestaciones de servicios.
Una
tasa de fraude que, aún situándose en la media europea, supera
ampliamente el registro de los países de referencia de la UE, como
Alemania, Francia y Reino Unido, con tasas del 13% para el país germano y
del 10% para galos y británicos.
Aparte de esta diferencia en volumen, otro factor que diferencia
la economía sumergida en España del resto de la mayoría de sus socios en
la UE es el elevado peso del fraude en materia laboral, que se estima en torno al 8 por ciento del PIB, equivalente a ocultar un millón de empleos a tiempo completo.
Impacto en los ingresos
Una
cifras de defraudación que tienen un fuerte impacto en pérdida de
recaudación fiscal, hasta el punto de que el informe sobre la economía
sumergida que se incluye en el último boletín del Servicio de Estudios
de La Caixa, calcula que la erradicación de la economía sumergida
acarrearía un aumento de la recaudación fiscal de entre 60.000 y 80.000
millones de euros anuales. Un importe "notable, si se tiene en cuenta
que, en 2012, el total de impuestos y contribuciones sociales pagados en
España fue de 347.000 millones de euros.
Estas cifras resultarían del objetivo casi utópico de la erradicación
total de esta lacra de la economía sumergida. Pero el mismo informe de
La Caixa apunta que "si partimos de una corrección más realista, por
ejemplo de una reducción del peso de la economía sumergida hasta el
equivalente alemán (del 18,6 al 13 por ciento del PIB), se afloraría una
recaudación de entre 18.000 y 20.000 millones de euros.
Ello ayudaría sensiblemente a acortar la distancia con la zona euro
en términos de recaudación fiscal sobre el PIB, que en España es de sólo
el 33 por ciento, frente al 42 por ciento de media en los países de la
moneda única.
A la vista de las magnitudes señalas, los autores del informe
concluyen que , "en un contexto de crisis económica y con la imperiosa
necesidad de consolidar las cuentas públicas, es evidente que esa menor
recaudación fiscal derivada de la economía sumergida es un lastre para
la economía española".
La carga fiscal en el origen
Respecto
a las causas que impulsan a empresas, trabajadores y consumidores a
ocultar su activad el estudio de La Caixa apunta "dos terminantes
clave": la carga fiscal y la intensidad regulatoria del país. Asimismo,
el fraude "será más o menos probable en función de tres factores
adicionales: la posibilidad de que la práctica sea detectada y
sancionada, sancionada, el grado de aceptación social de las prácticas
sumergidas y la facilidad para incurrir en dichas prácticas.
Respecto a este último aspecto, los autores destacan que resulta más
fácil, por ejemplo, en una economía con escaso recurso a las
transacciones electrónicas (ver gráfico) o en sectores como la
construcción o el comercio que, a diferencia de otras actividades como
los servicios financieros o los suministros, tienden a una mayor
utilización de efectivo en las transacciones comerciales.
En el caso español, y para determinar cuales son los factores más
relevantes que impulsan la actividad defraudadora, uno de los pocos
estudios empíricos disponibles, el de Schneider y Buehn, correspondiente
al ejercicio de 2012, relaciona el relativamente abultado tamaño de la
economía sumergida española con la excesiva e ineficiente regulación en
un ámbito muy concreto: el mercado laboral.
A cierta distancia de esa sobrerregulación laboral, también
identifican el nivel de imposición indirecta y la imposición personal
(no estudian el impacto del impuesto de sociedades) como factores que
incentivan la ocultación de actividades en España. Asimismo, establecen
que el grado de aceptación social de las prácticas fraudulentas es un
factor relevante, aunque mucho menos que las variables laborales y
fiscales.
En base a estos estudios, el análisis del Servicio de Estudios de La
Caixa concluyen que "aunque la motivación explícita no es la lucha
contra la economía sumergida, parece indudable que la simplificación de
los trámites administrativos y tributarios minora los incentivos a la
actividad no regulada", por lo que recomienda, incidir en las medidas de
simplificar el entorno legal empresarial.
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