ya, y ahora voy y me lo creo..
El CNI interviene un millar de líneas telefónicas
Para unos son muchas y para otros pocas. Depende de cómo se lean las
cifras. El Centro Nacional de Inteligencia asegura que del total de
líneas telefónicas que existen en España -aproximadamente 66 millones-
«sólo» son intervenidas, y por tanto susceptibles de escucha, en torno a
un millar. Y siempre, según intentó garantizar ayer el director general
del centro en el Congreso, previa autorización judicial.
Félix Sanz Roldán insistió en que todas las actuaciones del CNI se
ajustan siempre a la ley y añadió, además, que está seguro «al 99,9%» de
que las comunicaciones del presidente del Gobierno -y otras
personalidades- no han sido interceptadas, como podría sospecharse de
las revelaciones de Snowden y de lo que aseguran haber padecido otros
líderes políticos.
Siempre queda, en cualquier caso, un margen de duda, pero en caso de que
éste se confirmara, el Centro, según las explicaciones de su máximo
responsable, no habría tenido arte ni parte en el mismo. «El CNI no sale
de caza», llegó a afirmar el general después de explicar que únicamente
cabría pensar que Rajoy ha sido escuchado si ha mantenido algún
contacto con alguien que sí tuviera intervenido el teléfono.
De esta manera, Sanz Roldán intentaba trasladar a los miembros de la
Comisión de Secretos que la relación entre los servicios de inteligencia
español y estadounidense es fluida, estrecha y se basa en la confianza,
aunque no pueden controlarse absolutamente todos sus resortes.
De hecho, el general inició su exposición mostrando un gráfico
explicativo de los canales de ayuda e intercambio que existen entre las
agencias de espionaje. Confirmó, por tanto, el trasvase de millones de
metadatos del CNI a la NSA, pero aseguró que este tipo de información
procede de «zonas de operaciones» y no del territorio español. Es decir,
se trata de contactos recabados en áreas de riesgo en las que operan
miembros cualificados de la Inteligencia española. Las regiones en las
que los agentes españoles han resultado ser especialmente eficaces se
sitúan en el Sahel y en Oriente Medio.
En relación con el territorio nacional, el director del Centro explicó
que se extreman las garantías. Para el CNI, la intervención de un
0,0014% de las líneas telefónicas es algo ínfimo y responde siempre,
aseguran, a indicios fundados de riesgo que cuentan con el aval de la
Justicia.
A juzgar por los parcos comentarios que se prestaron a hacer quienes
escucharon la exposición, el director del CNI fue convincente. Todos
dijeron sentirse «satisfechos» con sus explicaciones y calificaron sus
palabras de «clarificadoras».
Señalaron, no obstante -así lo hicieron al menos los portavoces del PSOE
y la Izquierda Plural- que lo que corresponde ahora es pedir también
explicaciones cumplidas a EEUU.
«La Inteligencia española ha hablado», llegó a decir la portavoz
socialista Soraya Rodríguez al término del encuentro-; «ahora le
corresponde explicarse a la norteamericana».
El representante de la Izquierda Plural, Cayo Lara, probablemente el
portavoz más reticente de la cita, salió de la comisión señalando que el
CNI le suscita más confianza que la NSA estadounidense. Lara fue quien
más preguntas planteó a Sanz Roldán. Una quincena en total. El general,
como reconoció el propio portavoz, dio respuesta a todas ellas.
Durante la reunión, que duró algo más de dos horas e incluso después se
prolongó, ya de manera informal y sin la presencia de Jesús Posada,
durante otros 20 minutos, uno de los portavoces sugirió la conveniencia
de someter las instalaciones del Congreso a un barrido de seguridad para
garantizar las comunicaciones. Sanz Roldán se limitó a señalar que una
decisión de ese tipo corresponde a la propia Cámara Baja. De hecho, la
idea ya fue planteada el martes en la reunión de la Junta de Portavoces y
el presidente Posada «tomó nota» y se mostró dispuesto a trasladarla al
secretario general del Congreso.
Fuentes del CNI aseguraron que la comparecencia había sido fructífera y
confiaban en que los diputados hubieran considerado suficientes las
explicaciones. Las mismas fuentes hicieron hincapié en que la actitud
del Gobierno en el escándalo del espionaje es «inteligente» porque busca
un «equilibrio» entre la petición de explicaciones a EEUU y la
necesidad de preservar la colaboración entre inteligencias.
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