y ésto en hispanistán, una república bananera que sigue anclada en un modelo económico, político y administrativo propio
del siglo XIX, y nos hablan de los procesos automatizados de profesores y
abogados.. y que van a desaparecer cajeros (será por falta de "money") y arquitectos (será porque hay viviendas de sobra)..
disfruten lo votado..
"Sobran seres humanos": por qué va a desaparecer el 47% de los puestos de trabajo
No hace tanto tiempo, la idea de un mundo en el que las tareas más
arduas fueran realizadas por robots, lo que permitiría al ser humano
dedicarse a labores creativas que le autorrealizasen, fue vista como
utopía liberadora, una suerte de cielo en la tierra que nos conduciría a
otra etapa como especie. Pero ese futuro brillante, lleno de máquinas
que nos descargarían de los trabajos mecánicos, también trajo consigo un
buen número de amenazas que la cultura se encargó poderosamente de
reflejar en obras que fueron desde 2001, una odisea del espacio hasta
Matrix. Los robots, la inteligencia artificial y los programas
informáticos que aprendían por sí mismos fueron percibidos como paraíso o
como apocalipsis.
Hoy reviven esas mismas esperanzas y otros mismos miedos ante la
posibilidad de que las máquinas vuelvan al centro del progreso. La
llegada del big data está afectando sustancialmente a los procesos
laborales y está transformando el modo en que entendemos el mundo, al
igual que lo hace la implantación de un cada vez mayor número de robots
en las fábricas. La posibilidad de producir exclusivamente a través de
máquinas parece estar a la vuelta de la esquina, afirman los expertos, y
aunque no fuera así, los cambios que ya han generado la mecanización y
tecnificación acelerada de los procesos de producción está siendo de tal
magnitud que hará que en el futuro cercano se destruya gran cantidad de
puestos de trabajo.
Esta tendencia, no obstante, no parece haber levantado demasiadas
reticencias en Occidente, ya sea porque estamos acostumbrados a que la
deslocalización productiva se haya llevado los puestos de trabajo a
países que prometen costes más bajos, ya porque no lo entendamos como
una amenaza, puesto que la mayoría de los empleos de nuestros países
tienen que ver con o tareas de alto valor añadido o con el sector
servicios, áreas en teoría nada susceptibles de ser programadas e
informatizadas.
Sin embargo, esa visión parece ser demasiado optimista. Según el
informe The future of employment, realizado por los profesores de la
Universidad de Oxford Carl Benedikt Frey y Michael A. Osborne, el 47 por
ciento del empleo total está en situación de alto riesgo, “ya que
muchas de sus ocupaciones son susceptibles de ser automatizadas en una o
dos décadas”. En una primera fase, la mayoría de los trabajadores del
sector del transporte y de la logística, así como los administrativos y,
en general, todos los relacionados con la oficina, y los vinculados a
los procesos de fabricación y producción, “son susceptibles de ser
sustituidos por el capital informático”.
Cajeros, asesores fiscales y arquitectos, fuera
Lo que no esperábamos es que, como señala el informe, una parte
importante del empleo en servicios, ventas y ocupaciones de la
construcción también cuente con una elevada probabilidad de ser
informatizado. El mercado de robots de servicios personales y domésticos
ya está creciendo un 20 por ciento anual (2013) y en la medida en que
se vayan mejorando las prestaciones de los ingenios mecánicos,
disminuirá la ventaja comparativa del trabajo humano. En segundo lugar,
aun cuando la actividad comercial requiera de un grado evidente de
presencia personal y de inteligencia social, algunas de sus áreas, como
los cajeros, los empleados de mostrador y los teleoperadores de
marketing verán cómo el número de sus puestos de trabajo desciende
sensiblemente. En tercer lugar, la prefabricación transformará las obras
de construcción, lo que terminará por reducir sustancialmente la mano
de obra empleada.
El sector profesional de alto valor añadido tampoco se libra de estos
procesos y está sufriendo sensiblemente los embates de la
informatización. Incluso sectores en teoría poco susceptibles de ser
reemplazados por máquinas, como los diseñadores de chips de ordenador,
los asesores fiscales o los arquitectos están viéndose afectados por los
programas de software.
Las negras consecuencias de los avances tecnológicos
Hay áreas en las que el peso de los sistemas informáticos está
creciendo, como es la jurídica, en la que los programas están
sistematizando y procesando grandes cantidades de información de forma
que hacen prescindibles a buena parte de sus profesionales medios. Estas
nuevas formas de automatización han renovado el debate sobre las
consecuencias económicas de los avances tecnológicos. David H. Autor,
profesor de economía en el Instituto de Tecnología de Massachusetts,
aseguraba al New York Times que esta tendencia está provocando que se
pierdan muchos puestos de trabajo en la parte media de la pirámide
económica, y que el crecimiento del empleo en la parte superior esté
desacelerándose.
Las predicciones, pues, son mucho más negativas de lo que creemos. "Los
abogados, profesores o periodistas verán cómo se automatiza su trabajo, y
con bastante éxito” señala Lord David Finkelstein, Editor Ejecutivo del
diario The Times, toda vez que tareas en las que entendíamos que se
necesitaba inteligencia humana, como era la calificación de exámenes
escritos, es posible ya realizarla, “y bastante bien”, a través de
ordenadores.
Y dado que el grado de eficacia en la tarea va a ser similar y que las
máquinas son más baratas que el trabajo humano, es claro que “se van a
necesitar menos personas en el proceso productivo”. Una situación que
puede intentar paliarse en las sociedades occidentales a través de
nuevas políticas redistributivas, y en ese sentido van algunas de las
propuestas que se están debatiendo en Gran Bretaña estos días, como la
reducir impuestos a aquellas empresas que suban el sueldo a los
asalariados peor retribuidos. Pero todo tiene sus límites, afirma
Finkelstein, no solamente porque la aplicación de ese tipo de políticas
puede generar problemas, sino porque no termina de solucionar un
problema de fondo complejo y profundo.
La respuesta más popular
Dado que las políticas fiscales, tanto en lo que se refiere al aumento
de la presión como a su rebaja, no son la panacea y que la tendencia a
la reducción de puestos de trabajo parece imparable, nos encontramos
ante una encrucijada a la que debemos dar respuesta urgente. La más
habitual y la más popular es la que señala la necesidad de que nos
formemos (y formemos a nuestros hijos) en matemáticas y ciencias, de
modo que seamos nosotros los que mandemos sobre las máquinas y no al
revés. Pero esta solución tiene mucho de ficticio porque en un entorno
de destrucción de empleo poseer un mejor currículo puede ser
individualmente útil, pero deja el problema intacto: aun cuando cuenten
con mejores armas, mantiene al mismo número de luchadores en la arena
compitiendo por los mismos premios.
El empleo en los años próximos va a ser un asunto central, como lo será
el manejo de las tensiones sociales que causará el descenso de número de
puestos de trabajo. Sin embargo, el asunto parece pasar desapercibido,
preocupados como estamos de generar políticas que aseguren la devolución
de intereses de deuda y no de generación de puestos de trabajo. El
problema sigue ahí: harán falta menos seres humanos…
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